Narda Lepes. En la cuarentena surgen cada vez más cocineros amateurs
Puede ser que lo siguiente contenga sesgo, pero las personas a las que les gusta cocinar y aprecian la comida rica tienden a caerme mejor. Me resultan más interesantes, me gustan más: de alguna forma siento que notan que pueden sumar valor a su vida y la de quienes los rodean.
No importa dónde esté, yo siempre encuentro la manera de comer rico: puede ser un plato de alto vuelo, o puede ser algo en un pueblo rutero, humilde. Y llego preguntando quién come sabroso, quién cocina bien, desde empanadas hasta un queso. Olfateando, como Ratatouille.
Claramente vivo en una burbuja de comida rica y es parte de mi trabajo, pero sé que en esta burbuja también hay herreros, taxistas, banqueros, maestros, contadoras, costureras, y muchos más.
A veces los reconocés por la forma en que miran lo que comen: cómo eligen la porción en una cena, cómo estudian un buffet de desayuno. Es una especie de "club de la pelea": un club en el que nadie habla, pero en donde te reconocés en el otro.
Claro que mi trabajo me lleva a querer que cada vez mas personas sean parte de este club. Que crezcan los que se entusiasman por que compraron un bolsa de porotos alubias de cosecha de esta año, o los que están ansiosos por estrenar uno olla de barro nueva, los que planean cuándo abrir una lata rica que alguien les trajo de regalo porque los conoce bien, los que eligen el hueso con grasita dorada antes que el súper corte de puro músculo. En otras palabras: que se sumen los que saben dónde está el sabor.
Están los cocineros hogareños y los cocineros amateurs y ojo, quiero separar estos grupos: el primero es el que cocina porque no le queda otra, porque cocinar forma parte de sus tareas y entonces se esfuerza y aprende para llevar la vida adelante. Y está el amateur: ese es, como lo dice la palabra, el que hace algo por que lo ama. Es quien ama cocinar, ama comer, ama compartir algo rico con sus seres queridos.
Quizás esta pandemia nos obligó a compartir la cocina hogareña con los que no les tocaba nunca. Pero también dejó salir al "amateur" que estaba oculto o en reposo, a descubrir que algunos estaban muy ocupados para dedicarle tiempo a algo que aman. Porque lo cierto es que cuando hacés lo que amás, no importa qué, te abstraés de todo por un lapso de tiempo. Y estas nuevas circunstancias piden a gritos alguna forma de pensar en otra cosa.
Cocinar y comer rico hacen que las personas se unan, las que se conocen y aquellas que no se vieron ni hablaron nunca en la vida. Hoy, a través del teléfono, compartimos con aquellos que están en otro lugar nuestro amor y pasión por algo común.
Aparecen en escena los que disfrutan la sensación de caminar alejándose de la cocina o la parrilla con una fuente entre las manos; esos segundos que mezclan orgullo y satisfacción al grito de: "¡Hagan lugar!".
Tal vez sucedió más seguido durante esta época de aislamiento, nivelando un poco la balanza emocional.
Así, la comida que se resuelve rápido, la que soluciona el día a día ajetreado y brinda buenos atajos, como las milanesas, la pasta con oliva, los salteados, va dando lugar de a poco a la de los porotos cocidos en la heladera, los caldos, los pickles, los estofados, las salsas para guardar, los dulces estacionales.
Se trata de una paleta nueva para divertirse y experimentar. Por ejemplo, ¿tenés algo de pollo frío, zapallo asado y garbanzos? El amateur ve rápidamente una sopa suculenta. Con risotto que sobró, ajo y pickles , yo veo croquetas con alioli. A una lata de sardinas le sumamos pan rico tostado con oliva y algo de salsa de tomates de ayer. Y así, miles de opciones. Todos tenemos algunos favoritos como éstos, es simplemente que te guste comer, lo demás llega solo. Aprendiendo de otros, del mismo club.
Vamos a ver durante esta etapa cada vez más amantes del comer y el cocinar; son quienes disfrutan poder hacer lo que aman. Para algunos quizás sea descubrir algo y hacer un giro en su vida, entonces vamos a ver también más emprendedores que descubrieron que son buenos o mejores de lo que creían haciendo algo que consideraban hobby. Más panaderos, más cocineros, más comidas ricas evolucionando.
El club esta abierto y quiere más miembros: siempre recluta, no es exclusivo. Cada paleta de sabor nueva que uno aprende a amar destraba niveles y sumas puntos. Cuantas más cosas sabés disfrutar, más fácil es comer rico.
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