El mejor regalo para el Día del Padre en un solo lugar: un whisky, una salida, una cata, una botella personalizada.
Conocé Johnnie Walker House,
el primer centro de experiencias de la marca en Argentina
Se acerca el Día del Padre y tenemos un repertorio de regalos que no fallan: entre ellos, un buen whisky escocés. Teniendo eso en cuenta, la etiqueta del caminante abrió las puertas de Johnnie Walker House, un centro de experiencias único y la primera tienda pop-up de la marca en Argentina, y la más grande del Cono Sur. Hasta el 23 de junio, de 10 a 22 horas, los aficionados, conocedores o no tanto, tienen una cita con los whiskies más deliciosos de las destilerías de Escocia en la planta baja de Unicenter Shopping,
sector Plaza del Sol.
“Es la primera tienda pop-up de la marca en Argentina. Creemos que el whisky es un gran regalo para el Día del Padre. Y en este espacio las personas que quieran elegir van a encontrar entre todas nuestras etiquetas la que mejor se adapte a sus gustos. Ojalá el público lo pueda disfrutar tanto como nosotros; y que esta sea la primera de muchas tiendas pop-up de Johnnie Walker que haya en Buenos Aires y en el resto del país”, contó Gonzalo Aguirre, Gerente General de Diageo de Argentina, mientras hacía el tradicional corte de cinta rodeado de personalidades como Julieta Cardinali, gran amiga de la marca, Laura Laprida, que se declaró fan del Whisky, Benjamín Vicuña, Matías Mayer y Diego “Córdoba” Domínguez.
Un viaje a la profundidad de los aromas
Johnnie Walker House en Unicenter
Johnnie Walker House en Unicenter
Johnnie Walker House en Unicenter
Johnnie Walker House en Unicenter
Johnnie Walker House en Unicenter
Johnnie Walker House en Unicenter
Johnnie Walker House en Unicenter
Johnnie Walker House en Unicenter
Para los amantes del whisky, es una gran oportunidad de interactuar con la marca de diferentes formas. El diseño de la Johnnie Walker House permite que quienes la recorran vivan una verdadera experiencia, y puedan aprender más del fascinante mundo del scotch de manera autodidacta, ya que las diversas estaciones representan la historia de cada etiqueta y sus aromas descriptivos. Un gran atractivo es el área Blue Label, diseñada con la privacidad de una cabaña de madera, donde se realizan degustaciones guiadas con inscripción previa.
El objetivo: hacer un viaje sensorial y ayudar al público en la decisión de compra. En la tienda también hay un espacio exclusivo para los amantes de los single malts. Allí están expuestas diez etiquetas provenientes de las distintas regiones de Escocia, parte del amplio portfolio. Y para relajarse, mientras los visitantes esperan su turno para la degustación, hay una barra para probar coctelería a base de Johnnie Walker, con sus deliciosas mezclas como el Johnnie & Lemon o el Johnnie Highball.
Ediciones limitadas
para hombres especiales
Los amantes del whisky saben el valor que tiene una edición limitada: cada botella es única, está numerada y la excelencia del whisky está reconocida con el sello Real.
JW Blue es de por sí un blend extraordinario, una mezcla whiskies de destilerías centenarias, logrando una explosión de sabores complejos pero a la vez una suavidad excepcional. Bajo el nombre de Johnnie Walker Blue Country Edition, la marca tiene una edición limitada de su gran etiqueta de lujo, donde la propia botella se convierte en obra de arte dedicada a Argentina. Otra edición limitada es el White Walker Game Of Thrones que ofrece un blend único en una botella que al ser enfriada devela un mensaje oculto: "Winter is here" ("El invierno está aquí").
Una experiencia a medida
Pero hay mucho más, porque una vez que la decisión de compra esté tomada, la marca te ofrece dar un paso más hacia el regalo perfecto. Durante los fines de semana, una artista especializada en caligrafía grabará las botellas de Blue Label con mensajes personalizados para tu papá o nombres propios. Un toque diferente que te permite sorprender con un regalo memorable.
El regalo perfecto
para todo padre
¿Qué mejor homenaje para papá que una botella de Johnnie Walker, la marca número uno del scotch whisky en el mundo? Se trata no sólo de una bebida única, intensa y deliciosa, añejada por largos años en barricas de roble bajo el frío clima de Escocia, sino además de una familia completa de whiskies, ofreciendo las mejores opciones para cada momento. Blends diversos, cada uno con su propio perfil de sabor y estilo. Así como cada padre tiene su personalidad única, cada etiqueta de Johnnie Walker ofrece una experiencia tan única como personal. Aquí, el whisky ideal para cada papá.
Herencia de padres
a hijos
La historia de Johnnie Walker es mucho más que contar el nacimiento de una marca de whisky. Es mostrar el desarrollo de un país, de su economía y cultura. Es también mostrar la modernidad del mundo a través de los descubrimientos científicos y tecnológicos. Pero antes que nada, es la historia de una familia y de su búsqueda por lograr los mejores blends del mundo. En el Día del Padre, hablar de Johnnie Walker es hablar de una pasión transmitida por generaciones.
Corría el año 1820, en una Escocia que se asomaba a la Revolución Industrial. Eran los tiempos de los grandes barcos transatlánticos recogiendo materias primas en los destinos más exóticos. Allí, en Kilmarnock, un pequeño pueblo cercano a Glasgow, John Walker abrió una pequeña despensa especializada en especias y tés importados. John comenzó a trabajar con las distintas hebras de té, reconociendo sus aromas y sabores. En esa misma despensa vendía también whiskies producidos en la región, destilados rústicos elaborados de manera artesanal e inconsistente en el tiempo. Para mejorarlos, comenzó a aplicar los conocimientos aprendidos del té: mezcló maltas, las añejó en barricas, logrando un producto más suave, complejo y estable. John Walker comenzaba así la tradición del master blender, el responsable de lograr un sabor único y propio. Un conocimiento que le transmitió a su hijo Alexander.
Cuenta la historia que Alexander tenía las mismas características de su padre -la determinación, la visión de futuro-, pero con aún más ambición. Eran los años de expansión del Imperio Británico, y Alexander quería llegar al mundo entero con whiskies capaces de seducir a los cinco continentes. Así, en 1867 nació el Old Highland whisky, un blend que definió la excelencia de la época. Ya para 1879, los whiskies de la familia Walker estaban considerados entre los mejores del planeta, obteniendo premios en destinos tan lejanos como Sydney, Jamaica, París, Londres, Brisbane y Bruselas.
El año 1888 fue clave para la empresa, con la incorporación de Alexander II, el hijo menor de Alexander, quien entendió que el whisky debía ser no sólo de alta calidad, sino también versátil. Con este objetivo, en 1906 creó un blend capaz de enfrentar el desafío de ser bebido con hielo, agua o soda, sin perder su identidad. Se trataba del Special Old Highland whisky, cuyo heredero directo es el actual Johnnie Walker Red Label.
A partir de entonces, el crecimiento fue imparable. En 1908, el caricaturista Tom Browne dibujó el primer Caminante, un tributo al fundador John Walker y a su visión de avanzar siempre hacia el futuro. En 1909 la marca ya tenía en el mercado sus emblemáticos Red y el Black Label. Para 1920, a cien años de sus comienzos, los whiskies de Johnnie Walker estaban presentes en 120 países distintos, llevando su inconfundible botella cuadrada a millones de consumidores. Una botella creada para facilitar el transporte en los depósitos de los barcos, que pronto se convirtió en marca registrada.
Un siglo más tarde, el Caminante sigue aquí, avanzando siempre al futuro. A lo largo de los últimos cien años, la marca acumuló fechas, hitos, premios, presentando nuevos blends, como el icónico Blue Label en 1992, considerado por la crítica como “el que cambió las reglas del juego”. La historia se escribe día a día. Pero en su origen hay una familia: John Walker, abriendo esa primera despensa en Kilmarnock; Alexander y Alexander II, innovando sin olvidar de dónde vienen. Tradición y modernidad, padres e hijos. Esa es la historia de Johnnie Walker.
Tres planes para compartir
El próximo domingo 16 de junio buena parte del mundo se une para celebrar el Día del Padre, una excusa perfecta para compartir un momento único entre padres e hijos. En estos tiempos veloces, es común que la rutina diaria nos obnubile y nos quite tiempo a lo que es realmente importante. Por eso, Johnnie Walker, la marca número uno de scotch whisky en el mundo, invita al disfrute compartido, con tres planes ideales para festejar.
Visitar la Johnnie Walker House en Unicenter
Por primera vez en el país, Johnnie Walker armó una tienda pop up exclusiva, dentro de Unicenter. Un lugar único, donde es posible probar los distintos whiskies del porfolio, reconociendo sus sabores mientras se aprende de barricas, blends y modos de elaboración. El plan puede comenzar reservando un lugar en las clases (para tan solo ocho personas) que los mentores de la marca ofrecerán todas las semanas hasta el 23 de junio, donde hacen una cata y explican regiones de Escocia, estilos de destilación y aromas de las distintas etiqueta. Luego, puede seguir recorriendo las experiencias que propone el pop up store. Y terminar finalmente de la mejor manera: regalándole a tu papá una increíble botella del icónico Johnnie Walker Blue Label, grabada en el momento con su nombre o una dedicatoria especialmente para él.
Cocinar juntos
Un plan más íntimo, sin salir de la casa. Una cena compartida en familia, donde los cocineros son vos y tu papá. Lo primero es abrir una botella de su Johnnie Walker favorito, para tener a mano mientras arman el menú. Lo segundo, elegir el plato adecuado. Si la idea es maridarlo con el whisky, una buena opción es apuntar a una entrada intensa, como una brusqueta con salmón ahumado o una picada de quesos duros acompañada por higos en conserva rociados con aceite de oliva. Luego, seguir por una carne roja, como una paleta de cordero braseada, que se llevará fantástico con un Johnnie Walker 18 años servido con un poco de agua para que abra sus aromas. Para el final, lo mejor es un postre a base de chocolate, acompañando los sabores a caramelo, frutos secos y vainilla de un delicioso Gold Label.
El bar, la charla, la botella
¿Hace cuánto que no te reunís con tu papá, sin otra excusa que simplemente hablar de la vida, reflexionando juntos, compartiendo un momento? Este Día del Padre invitalo a un bar, de esos que ofrecen bottle service (es decir, que podés pedir una botella de una espirituosa completa). Elijan el Johnnie Walker deseado; si no saben cuál pedir, el bartender les dará su recomendación; él sabrá ayudarlos. El whisky debe llegar a la mesa en una bandeja, con dos vasos cortos, una hielera repleta de rocas de hielo cristalinas y una botella de agua, para que cada uno lo beba como más le guste. Si buscan algo más fresco, pueden sumar una gaseosa de lima-limón helada. Hoy sos el anfitrión y tu papá el invitado: abrí la botella, servile el whisky, completá luego tu vaso. Y antes de empezar la charla, brinden. Un brindis por el tiempo pasado; y por el tiempo futuro, que siempre está comenzando.
Una gran familia
Ahí están, siempre presentes, en las barras de todo el planeta: esas icónicas botellas, con sus etiquetas inclinadas en exactos 24° grados, el líquido dorado y brillante, cada una exhibiendo su nombre. Red, Black, Gold, Green, 18 años, Blue Label; la gran familia de Johnnie Walker. Como sucede en toda familia, cada integrante tiene su propia personalidad. Estamos hablando de la principal marca de whisky escocés del planeta, distribuida en más de doscientos países; cada segundo del día se abren y disfrutan cuatro botellas de Johnnie Walker en los cinco continentes. Blends pensados para distintos momentos, gustos y estilos de consumo. Hay un Johnnie Walker perfecto para mezclar y beber en refrescantes highballs; otro que aguarda en el freezer, para beberse puro, casi congelado; está el que se disfruta después de la cena, con apenas un golpe de agua; y el que se bebe en todo momento, versátil, capaz de adaptarse a cada situación. De eso se trata una verdadera familia: de ideas e intenciones distintas, compartiendo una historia, un presente y un futuro en común.
Hay un JW perfecto para mezclar y beber en refrescantes highballs; otro que aguarda en el freezer, para beberse puro, casi congelado; está el JW que se disfruta después de la cena, con apenas un golpe de agua; y el que se bebe en todo momento, versátil, capaz de adaptarse a cada situación. De eso se trata una verdadera familia: de ideas e intenciones distintas, compartiendo una historia, un presente y un futuro en común.
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