El sueño lúdico: pasar un día en el universo de las camas elásticas
Grandes y chicos reservan turnos con anticipación para saltar sin límites en el primer parque temático de este estilo que, importado de Londres, acaba de llegar a la Argentina
Domingo, 11.30AM. La cortina metálica se abre, los chicos ansiosos se agachan para mirar, todos vinieron con ropa cómoda para andar a los saltos y los que llegan sin reserva se desayunan con la noticia de que no hay lugar hasta... ¡las 18! Adentro, el galpón cubierto tiene seis metros de alto. Hay camas elásticas por todo el suelo y piletas llenas de cubos de gomaespuma con trampolines de distintas alturas. También una cancha para jugar al quemado a los saltos, otra para básquet y una especie de tubo mecánico que gira para saltarlo, juego que, dicho sea de paso, trae a la memoria alguna reminiscencia de Supermatch, aquel ciclo de pruebas que pasaban allá lejos y hace tiempo por Telefé. Asimismo, hay una viga para hacer equilibrio: en caso de fallar, un pozo de goma espuma amortigua la caída.
La imagen recién descripta no pertenece a la fantasía lúdica de un adulto con tendencias saltarinas, ni a la de un niño fanático del rebote que sueña con superficies acolchonadas en todas sus formas y variantes. Se trata, en verdad, de una mezcla de ambas: Rush Trampoline Park es el primer parque de camas elásticas de Argentina y el más grande de América latina. Abierto hace sólo unas semanas, cuenta con la infraestructura para que alrededor de 90 personas puedan saltar simultáneamente durante todo el día. En los próximos meses se habilitará el total del predio de 2500 metros cuadrados para que salten el doble. Desde que inauguraron, al igual que en las sucursales del mundo, las reservas telefónicas y desde la web colmaron todos los turnos.
La expresión "saltar de alegría" define lo que se ve en las caras de los que recién entran al parque para arrancar su turno. Toda caminata allí dentro es al ritmo del rebote. Los chicos se manejan con toda liviandad y no paran de saltar. La superficie por fuera de las camas está cubierta de un material acolchonado. Son varios los adultos que también se animan a los juegos y muchos de ellos tardan bastante en salir de las piletas de goma espuma que los succionan como arena movediza. Los que no se animan, esperan en el bar, que tiene vista a todo el parque, y desde allí, obviamente, registran todo a través de los celulares.
"Es muy divertido. Me hace acordar de cuando saltaba en las camas elásticas de la playa. Las articulaciones no responden igual que en ese entonces, pero me fue bastante bien. Parecía yo el chico diciéndole a mi sobrina que me mire y me saque fotos", dice Gastón Rojo, de 40 años después de su turno de una hora. Entre los amateurs que van para divertirse, se mezclan algunos atletas que parecen estar entrenando. Rebotan contra las paredes elásticas y se atreven a saltos mortales en el aire. La supervisión de los instructores es constante, el sonido del silbato indica que hay demasiadas personas en una cama elástica o que algún grupo de amigos está jugando a la lucha. Los menores de 5 años no pueden ingresar a la parte de salto abierto, pero hay actividades pensadas para todas las edades.
"Es la segunda vez que venimos en la semana. Ahora entendimos que era más rápido haciendo la reserva. La de 10 años hace gimnasia artística y acá se siente como pez en el agua. Y el de 6 no paró un segundo, salió empapado, como si hubiera corrido una maratón", cuenta Mariana López Soria mientras espera a sus hijos en el bar y obedece las instrucciones de la mayor para grabar un Boomerang destinado a subirse a Instagram.
De Londres a Buenos Aires
El éxito de estos parques es mundial. Jeremy Baker es inglés y vive hace 6 años entre Uruguay y Argentina. Según cuenta, hace dos llevó a sus hijas a un parque Rush en las afueras de Londres: las chicas ya habían hecho la reserva online. Él simplemente se preparaba para mirar un rato su celular y matar el tiempo mientras ellas hacían piruetas, pero cuando llegó a ese galpón de colores donde la gente se veía tan liviana saltando por los aires, tuvo una sensación diferente y no pudo sacarse las ganas de saltar él también. Cuando se acercó a la caja, le dijeron que no había más turnos libres para ese día.
Jeremy volvió a la Argentina con la idea en la cabeza y llamó a su compatriota, Heath Baines, que también había elegido estas latitudes para instalarse hace más de 20 años. Le contó de este fenómeno y juntos se comunicaron con los que fabrican los equipos de camas elásticas para ver cómo podían traerlas al país. "Cuando hablamos con la empresa estadounidense nos dijeron que hacía tiempo estaban esperando un llamado desde Argentina, sabían que era un mercado donde funcionaría y nos ofrecieron ser socios. Eso nos sorprendió y nos entusiasmó", recuerda Heath Baines. La empresa en cuestión es FunSport, fabricante de los equipos: es la principal accionista y suman 50 años de experiencia en el rubro de las camas elásticas. Tienen sucursales en Noruega, Dinamarca, Finlandia, Inglaterra, Sudáfrica y Estados Unidos. A las pocas semanas, Jeremy y Heath decidieron viajar a los Estados Unidos y terminar de cerrar el negocio.
El éxito los agarró un poco por sorpresa porque "aunque los yanquis nos habían avisado que esto pasaría, no lo creímos hasta que sucedió. Todavía tenemos algunas dificultades con las reservas pero estamos mejorando". Heath Baines agrega que ya están buscando un nuevo espacio que reúna todos los requisitos de capacidad y buen acceso para abrir la segunda sucursal.
Sin dudas, más de uno querrá dar una vuelta tras leer esta nota. Las sugerencias para que todo sea más rápido en la visita al parque son: reservar por la web o por teléfono, llegar con 20 minutos de anticipación y firmar la exención de derechos por la web para no demorarse en llenar allí el formulario, que es en realidad una autorización para poder ser asistido en caso de emergencia médica. Después, sólo es cuestión de disfrutar (a los saltos).
Info útil a la hora de la visita
Cuánto
El turno de una hora tiene un precio desde $ 200. En la entrada, es necesario comprar un par de medias antideslizantes que cuestan $ 45 y son reutilizables.
Cuándo
Los horarios son de lunes a jueves de 10 a 22 y viernes, sábados, domingos y feriados de 12 a 00. En los próximos meses habrá capacidad para más personas por turno.
Dónde
En localidad de Pilar, Acceso Norte, km 50, frente al hotel Sheraton.