El taco aguja, un aliado para la defensa personal
Convencidas de que no hay que perder la femineidad para estar seguras, las mujeres aprenden a utilizar los accesorios a su favor
NUEVA YORK.- En una reciente noche lluviosa de Manhattan, unas 30 mujeres, en su mayoría en tacos altos, se reunieron en un recinto del centro de la ciudad para aprender una serie de enérgicas maniobras físicas: golpes martillo, feroces patadas, y codazos que permiten liberarse de una llave de cuello.
"La idea es fijar la memoria muscular", dice la líder del grupo, Avital Zeisler, una ex bailarina de 26 años de postura envidiable y trenzas negras. Zeisler no es ni modelo ni actriz. Los movimientos que enseña tampoco forman parte de una clase de gimnasia efectista, como el baile del caño. Zeisler es experta en lucha cuerpo a cuerpo, una disciplina en la que ha entrenado a militares y agentes de policía, además de actrices como Keri Russell, Megan Boone y Amanda Seyfried.
Es una apasionada de la defensa personal femenina, sin importar lo que las mujeres tengan puesto en el cuerpo? o en los pies. Por eso este taller de entrenamiento, por el que a veces cobra hasta 80 dólares por participante, fue gratuito.
"El objetivo es interrumpir el proceso mental del atacante; aunque más no sea, hacerlo pestañear", les dice Zeisler a las mujeres.
Lydia Billings, fotógrafa de 24 años y cofundadora del colectivo End Rape Now ("basta de violaciones ya"), asistió a la clase y se quedó impresionada. Su mejor amiga fue violada en la escuela secundaria, pero es la primera vez que Billings estudia defensa personal.
"Con un par de movimientos muy simples y potentes, es posible salir de cualquier situación", dice Billings, que fue a la clase en tacos altos.
Zeisler no es la primera ni la única persona que enseña técnicas de defensa personal. El sitio web educativo Howcast ha publicado videos sobre el uso de los tacos altos como arma de defensa personal, y como estamos en el año 2015, no hay que olvidar que un iPhone también puede convertirse en una poderosa herramienta. Jennifer Cassetta, una entrenadora de 39 años de Los Ángeles y cinturón negro de tercer grado de hapkido, ya en 2007 dictaba un curso llamado "Taco aguja y defensa personal".
"Cuando usan tacos altos, las mujeres se sienten empoderadas -dice Cassetta-. Los tacos altos me encantan. Mis piernas se ven fabulosas. Pero la mayoría de las mujeres tiene dificultades para caminar en tacos altos, y ni hablar de correr. Y si una no puede correr, mejor que aprenda a defenderse de un ataque. Siempre hay que estar preparadas, sin importar lo que tengamos puesto, sin importar nuestra estatura."
Aunque ya todo el mundo sabe que los zapatos pueden convertirse en armas letales (el año pasado, Ana Trujillo, de Texas, fue sentenciada a reclusión perpetua por matar a su novio clavándole un zapato de taco aguja de 14 cm), no siempre es fácil usarlos como arma cuando una los lleva puestos. Además, tienden a convertirse en un impedimento para la mejor estrategia de autodefensa que existe: salir corriendo.
Pero a pesar de las advertencias sobre los riesgos y los estragos que pueden causar en la espalda y los tobillos ("Trabajar con tacos es perjudicial para las pantorrillas, y puede causar desgarros o tendinitis", dice Rob Cononello, deportólogo podiatra de Orangeburg, Nueva York), difícilmente las mujeres urbanas dejen de usarlos para ir a la oficina. Por lo tanto, quienes se preocupan por la seguridad han comenzado a pensar la situación desde esa realidad poco modificable.
Según un análisis de Naciones Unidas, alrededor de un 35% de las mujeres del mundo dice haber sufrido alguna forma de violencia física; entre estas, violación, intentos de asesinato o acoso.
Zeisler es una de ellas. A los 19 años, fue atacada sexualmente por su novio de aquel entonces, tras lo cual se sumió en una profunda depresión. Abandonó su hogar en Toronto y se fue a Israel, tierra natal de su padre, para estudiar Krav Maga, o sea, "defensa personal" en hebreo. En 2013, empezó a enseñar el método Soteria (Soteria es la diosa griega de la seguridad), una técnica que combina entrenamiento físico, autodefensa y, como no podía ser de otra manera, "empoderamiento". Zeisler define la defensa personal como "la capacidad de crear, de vivir y de proteger una vida que uno ama". Su argumento es que las mujeres no deberían tener que sacrificar su apariencia física ni "ceder en su femineidad" para protegerse.
"Cuando enseño defensa personal, mi objetivo es asegurarme de que sea específica y genuinamente para mujeres", dice Zeisler, también autora del libro Weapons of Fitness (Las armas del fitness). Entre esas armas, por qué no, puede contarse un par de zapatos Christian Lou-boutin. "El sentido de entrenar con tacos es que, si somos blanco de un ataque cuando llevamos tacos altos, hay un par de técnicas de supervivencia que pueden salvarnos la vida".
Lori Hartman Gervasi, de 57 años, cinturón negro de karate tradicional y también instructora de defensa personal en tacos altos, cree que las mujeres tienen que pensar en los zapatos que llevan puestos, así como en el resto de sus accesorios, incluso antes de que se produzca un ataque. "Si están mentalizadas, no se van a dejar arrastrar pasivamente de los pelos hasta el auto de algún infeliz, pensando que, para colmo, los tacos altos les impiden defenderse", dice Gervasi, que vive en California y es también autora del libro Fight Like a Girl? and Win: Defense Decisions for Women (Peleá como una chica? y ganá: decisiones de defensa personal para mujeres). "Por el contrario, esa mujer debe saber que tiene muchas opciones para zafar de esa horrible situación, como meterle el pulgar en el ojo al atacante y clavarle el taco en la pantorrilla, antes de la consabida patada en la ingle."
Seyfried tiene 29 años y entrena esporádicamente con Zeisler desde hace dos. Dice que los consejos de su instructora también incluyen varias hipótesis. "Son técnicas de supervivencia básicas sobre cómo ser mental y físicamente más rápidas que el agresor -plantea Seyfried-. No sólo se trata de aprender esas técnicas, sino de generar una memoria muscular y ósea. Zeisler nos hace imaginarnos las posibilidades de ataque, nos obliga a visualizarnos en esas situaciones. Por ejemplo: qué hacer si el lugar tiene una sola salida y el agresor la está bloqueando." ¿La respuesta? Observar si el atacante está armado, y a continuación improvisar un arma, como una silla? o un zapato.
Vanessa McDaniel, de 33 años, entrena con Zeisler desde 2012. "Desde que entreno con Avi siento mucha más confianza en mí misma -dice-. Cuando camino por la calle, me siento preparada para enfrentar las groserías u otras situaciones. Y ya he tenido la suerte, o la desgracia, de usar algunas de las técnicas que Avi me enseñó." Y Dayna Bloom, de 26, dice que las técnicas le han sido útiles en otros aspectos: "Es un modo de enfrentar la vida en general, aunque no te estén agrediendo".
Traducción de Jaime Arrambide
Abby Ellin
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