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 • HISTORICO

Emprender. Cómo balancear tu vida personal y tu proyecto


Tu vida profesional y tu vida personal... están balanceadas?

Tu vida profesional y tu vida personal... están balanceadas?



Muchas veces es difícil encontrar un equilibrio entre nuestra vida personal y profesional. Especialmente si somos madres.Por eso, convocamos a Elvia Zacher, experta en márketing estratégico, consultora y coautora del libro Impulsatupropiamarca.com, para que nos ayude a entender cómo minimizar las culpas cuando arrancamos con un emprendimiento que nos demanda tanto tiempo.

Nuevo panorama

"El avance de la tecnología y su alto grado de inclusión en la vida cotidiana de los individuos no sólo ha cambiado la forma de hacer las cosas, sino que ha influido sustancialmente en las dinámicas sociales y económicas que venían rigiendo. Mientras hace un par de décadas conseguir una carrera o aprender una profesión aseguraba la obtención de un trabajo a largo plazo y una vida en gran parte predecible, la realidad actual se aleja bastante de ello. Las profesiones tienen una obsolescencia programada cada vez a menor plazo, la innovación llega más rápido dando lugar a cambios profundos en tiempos más acelerados, por ende la actualización de competencias y habilidades deja de ser opcional para la competitividad profesional.
Lo antes dicho nos deja expuestos a una gran demanda de tiempo y dedicación que pone en riesgo el equilibrio de la conciliación familiar con nuestras aspiraciones profesionales. La dificultad de cumplir las convenciones tradicionales, especialmente para las mujeres que suman las exigencias de los tiempos biológicos de la maternidad, resultan agobiantes para gran parte de la sociedad.

La clave: establecer prioridades

Alinear los proyectos familiares y personales es una obligación ante una realidad exterior que pone limitaciones considerables. La intención es profundizar en el autoconocimiento para poder trazar un plan con plena conciencia en que, lograr los objetivos que nos planteemos cualquiera sea el ámbito, requiere tomar decisiones que implican pagar precios. El día sigue siendo de 24 horas y nuestras obligaciones contraídas no pueden ponerse en pausa, y la única forma de no sentir que pagamos altos precios se logra cuando realmente invertimos tiempo y dedicación a lo que realmente anhelamos.
Lograr un balance de vida positivo no tiene una única receta del éxito para todos, cada quién debe conocer cuáles son sus prioridades de acuerdo a sus aspiraciones, dejando de lado los prejuicios y minimizando los juicios de valor de terceros. Normalmente las autoexigencias son exageradamente pretenciosas como para tener que sumar culpas adicionales por no cumplir con las convenciones de una sociedad que se queda desactualizada frente a la realidad. Esto no quita que debamos plantearnos desafíos fijando metas posibles y alcanzables, negociando y llegando a acuerdos con las personas que integran nuestro círculo más próximo para no truncar sus objetivos vitales.
Al final, la autosatisfacción es un deber para "honrar" nuestra vida y hacer lo que nos apasiona en cualquier ámbito en el que deseemos estar, y esto sólo se logra cuando damos lo mejor que está a nuestro alcance afrontando nuestras responsabilidades con calidad, y sin condicionar el autodesarrollo de nuestros seres queridos.

Cómo lograr ordenarse

La única forma de lograr una configuración adecuada para cada persona es haciendo un trabajo de análisis que nos permita establecer prioridades y criterios de organización acordes a nuestro verdaderos deseos. Acá te cuento las 4 dimensiones de mi proceso de planificación:
  • Objetivos: reconocer nuestros deseos más profundos en el ámbito profesional, definir la pasión que nos mueve, aquello que haríamos aunque fuéramos millonarios, y también en el aspecto personal, qué es lo que queremos lograr para nuestra vida, cómo queremos recorrerla, si tenemos la intención de trascender a través de un legado familiar. Esto último requiere un trabajo de sinceramiento en el que debemos identificar cuántos deseos forman parte de mandatos sociales y cuáles son genuinamente nuestros, para establecer prioridades y eliminar ruidos que puedan interferir con nuestros sueños. Una vez establecidas las metas a lograr, hay que evaluar que sean compatibles, pensando en horizontes de tiempo y teniendo en cuenta que deberemos alternar etapas donde lo profesional se lleve más energía que lo personal y viceversa. Frecuentemente, y de forma peligrosa, nos auto engañamos creyendo que una persona puede estar con sus energías a pleno en todo lo que hace todo el tiempo, cuando en realidad ese ritmo puede mantenerse muy poco tiempo, el cansancio lleva a colapsar y dispara sentimientos tan contraproducentes como la frustración, el conformismo y la tristeza, que incluso pueden ocasionar una bajada de la autoestima y hasta la depresión. Entendamos que el proceso se asimila más a una maratón, no a una carrera de velocidad. Este paso es más complejo para la mujer, porque cuando realmente está el deseo de ser madre debe incorporarse a la planificación los tiempos naturales que marcan la fertilidad, así como también el rol protagónico que debe ejercerse durante las primeras etapas de mayor dependencia de los hijos que absorberán mucho tiempo y energía.
  • Roles: en esta perspectiva deberemos cumplir con el análisis de las distintas dimensiones de nuestra vida personal y profesional para determinar qué ¨papeles¨ ejercemos en nuestro día a día y en nuestro futuro ideal. Somos padres, hijos, hermanos, amigos, pero también estudiantes, trabajadores, directivos de una empresa, socios de una asociación profesional, y sobre todo personas, es importante no olvidarse que somos individuos con necesidades de tiempos propios de disfrute y esparcimiento. Llegados a este momento tomaremos un punto vista práctico, evaluaremos cuánto contribuye cada rol a los objetivos que fijamos en el paso anterior, y le asignaremos una dedicación temporal lo más realista posible para poder evaluar si la misma está en sintonía con nuestros deseos o está desfasado. Muchas veces ocurre que queremos tener más tiempo para seguir capacitándonos o trabajar en nuestro crecimiento profesional, pero cuidar a adultos mayores o niños se lleva más tiempo del esperado, por ejemplo, en estos casos es útil plantearse la posibilidad de contar con otras ayudas que faciliten que la asignación de tiempos pueda cumplirse.
  • Recursos: en tercer lugar, deberemos evaluar cuáles son nuestras capacidades, herramientas, ayudas, para concretar aquello que deseamos, de modo de determinar si son suficientes o necesitamos más. Es imprescindible evaluar la situación y reconocer aquellos recursos claves sin los cuales llegar a nuestros objetivos resulta imposible, para determinar si podremos desarrollarlos o adquirirlos y ajustar nuestras metas en consecuencia. Muchas veces no contar con ellos puede condicionar solamente los plazos, no necesariamente hay que reformular las metas o frustrarse; quizás aceptar la situación y flexibilizar los tiempos puede ser la alternativa para no tener que renunciar a los sueños.
  • Personalidad: en último lugar, abordamos el aspecto de la personalidad como aquella dimensión de atributos que hacen a nuestra identidad y por la que nos reconocen. Nuestros objetivos son la expresión de cómo queremos desempeñar los diferentes roles que ejercemos en nuestra vida, y es importante que estos sean un reflejo de nuestra forma de hacer las cosas, sin medias tintas ni ofreciendo una calidad distinta a la que nos hace sentir cómodos. Todo nuestro plan de acción debe estar en sintonía y coherencia con lo que somos como personas para evitar sentimientos negativos como la culpa.
La idea es poder organizar un proceso dinámico que simplifique la conceptualización de ideas y la ejecución de planes que nos permitan alcanzar las metas de forma realista, teniendo visibilidad del tiempo y los recursos que debemos invertir en ello, para ser consciente y tener el poder de la situación todo el tiempo. Debemos ser conscientes de los precios que pagamos para que el proceso sea claro y nos permita tener el poder de la decisión en vez de que las circunstancias nos pierdan evitando que nuestros días transcurran como si fuésemos robots programados para cumplir con tareas. La vida es una sola y tenemos la responsabilidad de disfrutar el camino y no sólo la llegada.

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