En San Isidro: el sector ribereño que busca ser paisaje protegido; dónde queda y cómo visitarlo
Los vecinos de la zona buscan la manera de preservar uno de los espacios que mejor permite el contacto con la naturaleza
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Cada vez se toma más conciencia sobre la importancia de contar con espacios verdes (públicos y de libre acceso) dentro del planeamiento urbano. Con múltiples beneficios en el bienestar de las personas, estos paisajes habilitan a las personas a conectar con la naturaleza: ya se por convertirse en lugares de paseo y relajación o por ser el escenario de encuentros con amigos o el espacio para poner en práctica actividad física como correr, hacer yoga o andar en bicileta. Su importancia es tan alta que ya en 2016 la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomendó que las ciudades cuenten con, al menos 0,5 hectáreas de espacio verde a menos de 300 metros de cada vivienda.

Es por esto que para los vecinos de San Isidro - y para ser honestos de otras localidades cercanas- que se respeten los espacios donde disfrutar del verde y todo lo que la naturaleza puede ofrecer es una necesidad por la que vale la pena pelear para conservarla lo más virgen posible.
De Águila Club hasta Malloy´s
Considerado uno de los espacios verdes más populares de zona norte y un favorito definitivo de los vecinos que empezaron a disfrutarlo aún más luego de la puesta de valor del área hace ya unos cuantos años, el sector que buscan proteger se extiende desde el predio conocido como Águila Club hasta el emprendimiento comercial Malloy’s, entre la calle Sebastián Elcano y el Río de la Plata.
Ubicado a aproximadamente un kilómetro del Parque Natural Ribera Norte, Águila Grande forma parte de un corredor biológico que conecta la reserva Ribera Norte con la reserva de Vicente López. Una de sus particularidades más grandes es que se trata de uno de los pocos tramos de la costa que mantiene su paisaje natural casi sin intervenciones: ausencia de la iluminación artificial, no hay caminos de cemento, ni bancos. Todas estas características convierten a este espacio en un sitio privilegiado para contemplar la fauna del lugar (biguas, garzas, patos, picaflores, cardenales), así como a la noche disfrutar del firmamento y participar en actividades nocturnas vinculadas a la astronomía y otras prácticas afines.

Además de su valor ecológico, esta franja natural es, además, una barrera natural contra inundaciones (mitigando el impacto de crecidas y filtrando contaminantes antes de que lleguen al río); además de actuar como sumidero de carbono y moderador de la temperatura local.
Qué actividades se podrán hacer (y cuáles no)
El objetivo de lograr la nominación “Parque protegido” implica algunos cambios en las actividades y eventos que se organizaban en esta área. Entre aquellas que se mantendrán y se podrán seguir realziando, están el uso público del espacio para caminatas, observación de la naturaleza, actividades recreativas pasivas y educación ambiental. Además, el plan contempla la organización de visitas guiadas, talleres, programas de conservación, voluntariado y propuestas culturales que no alteren el entorno.
Teniendo en cuenta el entorno, también se prohibirán algunas actividades: ya no se podrán organizar actividades comerciales masivas como recitales, ferias, food trucks, instalaciones de pantallas o parlantes, eventos deportivos con estructuras, nuevas construcciones y todo tipo de intervención que modifique el paisaje natural. También se restringe la circulación vehicular, la iluminación artificial intensa y la disposición de residuos o vertidos contaminantes.

Protección del cielo nocturno
Una de las novedades que se destacan en el pedido de la ordenanza es la protección del cielo nocturno. De aprobarse, se implementarán medidas para reducir la contaminación lumínica y preservar la oscuridad natural del entorno, lo que permitirá mejorar las condiciones para la observación astronómica y proteger los ritmos biológicos de la fauna silvestre. La iluminación artificial será limitada y deberá cumplir con criterios ambientales específicos; lo potenciará aún más la experiencia de las noches de luna llena durantes las cuales muchísimos vecinos van a disfrutar del espectáculo natural.
Qué significa “Paisaje protegido”
Mientras que existen diferentes categorías de conservación, cuando un área natural es categorizada como “Paisaje protegido” se busca reconocer el “valor ecológico, cultural, paisajístico o histórico, y se decide preservarlo mediante normativas específicas”. A diferencia de otras categorías que pueden incluir más límites, como “reserva natural estricta” o “parque nacional”, la categoría otorgada al sector ribereño de San Isidro habilita cierto grado de interacción con la comunidad, priorizando un equilibrio entre el uso público y la preservación. “Este tipo de protección no solo busca conservar la biodiversidad y los ecosistemas presentes, sino también garantizar que las futuras generaciones puedan disfrutar de sus beneficios ambientales y sociales”.
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