Amor por la historia, destellos de color y decisiones inteligentes para acompañar la rutina
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“Cuando lo visitamos por primera vez, el departamento estaba cerrado desde hacía dos años y medio. Había muchos muebles y las instalaciones no funcionaban, pero tenía potencial. ¡La pregunta era si queríamos meternos en semejante obra!”, cuentan Martín Fernández y Lucas Alves Da Silva, dueños de casa y creadores de la firma de eventos y pequeños encuentros Somos Anfitrión.

De ayer y de hoy
En el living, un sillón que actualizaron con almohadones de pana verde (Ikea), un corderito (Doña Coqueta) y una manta tejida a mano (Mapuche Hecho a Mano). Deseaban tener la madera a la vista, pero el sol de la tarde impactaba fuerte. Se inclinaron por unas cortinas livianas que compraron ya listas para colgar.

Restauraron las aberturas de roble de Eslavonia; durante el proceso, encontraron ocho capas de pinturas diferentes.

"Fue muy poco el equipamiento nuevo que compramos, y lo elegimos para dar color y levantar. En todos los ambientes tenemos recuerdos familiares y hallazgos de anticuarios, pero quisimos evitar que se viera como un lugar viejo".

"La obra duró seis meses. Al principio, nos mudamos con lo que teníamos. El living fue el último ambiente que armamos: tomamos como base el color gris de las paredes para elegir los muebles y objetos".

La altura generosa de los techos quedó intacta. En las paredes –que antes tenían un empapelado– cortaron el blanco con un gris claro (Sinteplast) para además marcar un contraste con la madera omnipresente.

“Como el cerramiento de hierro estaba en buen estado, lo mantuvimos. Cambiamos los vidrios por unos nuevos, pero con los mismos colores y patrones que los que encontramos al llegar”.
Descansar y crear

Arriba de la baulera armaron una cama. "Quedó tipo cápsula, chiquita, pero resulta útil: si un amigo nos visita se puede quedar a dormir", cuentan.

Una cocina nueva

"La cocina estaba en mal estado; la renovamos por completo. Tiramos abajo una pared que la separaba de un cuarto de servicio, que hoy es nuestro comedor diario. Fuimos por un estilo industrial, que tuviera algo atemporal para no desentonar tanto con el resto de la casa".
El piso es de cemento alisado rugoso con alfombra vinílica. Para las paredes, revestimiento ‘Subway’ blanco con juntas negras. Los muebles de cocina y la mesada fueron realizados a medida copiando las medidas y la disposición de los que estaban.

Donde está el toilette (detrás de la puerta roja) había un placard con toma de agua. Allí, otros departamentos del edificio tienen el lavarropas, que ellos instalaron en la cocina.

Para el toilette, recuperaron el sanitario original del baño principal. Las paredes, con revestimiento ‘Subway’ verde Tiffany y cemento alisado, al igual que el piso. En contraste, bacha blanca.
"El baño principal fue una prioridad durante la reforma. Cambiamos tanto el equipamiento y las superficies como el sistema de calefacción: acá había un calefón, que reemplazamos por una caldera con radiadores".
Recuperaron el lavabo original. Renovaron el piso y eligieron revestimiento ‘Subway’ para las paredes hasta media altura. Como espacio de guardado, una vitrina
Plano del depto

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