Entre el viento y la gloria, los héroes que construyen el futuro
A finales de 1964, mientras concluía la construcción del último puente levantado en Nueva York –el inmenso Verrazano-Narrows, que une los distritos de Brooklyn con Staten Island–, el entonces joven y casi desconocido periodista y escritor Gay Talese se abocó a reconstruir las historias anónimas de los temerarios trabajadores que, en cinco años y a merced de los elementos, habían hecho posible tal descomunal obra de ingeniería. Durante meses, mientras soldaban y remachaban, mientras descansaban y escribían a casa, mientras bebían cerveza o se jactaban de sus aventuras después del día de paga, Talese entrevistó a esos hombres que arriesgaban la vida en las alturas, hombres duros, curtidos por el viento y siempre listos a partir hacia otro puente. Ganaban bien porque pocos estaban dispuestos a hacer su trabajo, pero nada los anclaba a una vida ordinaria y no volvían a su hogar en meses o años, si es que tenían un lugar al que llamar hogar.
Las historias de estos héroes del acero fueron recopiladas por Talese en el libro El puente, que Alfaguara reeditó el año pasado en español. Y aunque hay pocas semejanzas entre la construcción de un puente colgante y un yacimiento de gas y petróleo no convencionales, es casi imposible no hallar puntos de contacto entre aquellas historias de vida y las de los hombres y mujeres que construyen hoy el nuevo sueño argentino en el desierto neuquino, un lugar inhóspito llamado Vaca Muerta.
Fue un norteamericano, Charles Edwin Weaver, quien llamó así, en 1931, a aquella formación geológica, a la que descubrió realizando estudios para la Standard Oil Company. Pasaron ochenta años hasta que YPF confirmó en 2011 los análisis del geólogo y paleontólogo, que murió en California en julio de 1958, la misma semana que en la Argentina el presidente Frondizi anunciaba la búsqueda del autoabastecimiento petrolero.
Desde el comienzo de la exploración, los números de Vaca Muerta no dejan de asombrar. En lo que va del año la producción de petróleo creció en la cuenta 16,9 por ciento y la de gas, 13,3. Solo en agosto la producción de petróleo alcanzó los 120.551 barriles diarios, 6,64 por ciento más que el mes anterior. Los excedentes de gas permitieron, en tanto, generar energía térmica que, por primera vez en 15 años, volvió a exportarse a Brasil. Debajo de sus más de treinta mil kilómetros cuadrados está la mayor reserva de petróleo no convencional del país y la segunda de gas de no convencional más grande del planeta.
Su desarrollo está atrayendo a miles de trabajadores que construyen el sueño de un país y el suyo propio. Es una vida abnegada, de sacrificios, lejos de casa y de la familia, en condiciones difíciles y con peligros. Esta es la historia de los héroes que están construyendo el futuro.