Entrenamiento “naturalista”. Una vuelta a las raíces del movimiento
Se trata de una vuelta a lo natural, en este caso en el mundo del fitness. Cada vez ganan más adeptos las modalidades de entrenamiento que dejan a un lado el uso de máquinas o elementos externos, para en su lugar aprovechar el peso del propio cuerpo y enlazar ejercicios que imitan el desplazamiento de los animales.
"Es un movimiento que comenzó con Georges Hébert [instructor de educación física francés], que al observar la performance y adaptación de nativos africanos en su contexto geográfico creó el Método Natural, un sistema de entrenamiento que imita los movimientos de los animales y desarrolla una forma de moverse lo más primigenia posible. Este concepto naturalista retomó la idea de conectar el cuerpo con la mente en un ambiente natural; hace foco en el movimiento (no en los músculos), y está sostenido por una filosofía de vida de tendencia fuertemente altruista", explica el coach y entrenador en alto rendimiento Juan Martin Coronel, director deportivo de Tuluka Fitness.
En esta misma línea se inscriben, por ejemplo, exponentes a nivel mundial como el brasileño Alvaro Romano, fundador de Ginástica Natural; el norteamericano Mike Fitch, creador de Animal Flow, o el israelí Ido Portal, el fundador del Movement Culture, una técnica que hace foco en el movimiento. En el caso de Animal Flow, se trabaja con transiciones que imitan movimientos y desplazamientos de distintos animales, con influencias de la capoeira, el yoga (pues se realiza un eslabonado de posturas como en los saludos al sol) y del parkour, a través de saltos y desplazamientos que permiten trasladar el cuerpo de manera fluida.
"La mayoría de los ejercicios o transiciones se trabaja en posición de cuadrupedia (manos y pies apoyados en el piso). Es un entrenamiento de fuerza, movilidad y flexibilidad, y se aplica perfectamente a las rutinas de entrenamiento funcional, ya que se vuelve a los movimientos primarios de la infancia", señala por su parte Pablo Benadiba, director de Espacio Regenerativo.
En los últimos años, el mundo del fitness profundizó esta tendencia a partir del surgimiento de nuevas disciplinas que trabajan con el peso del propio cuerpo, tales como el Tac Fit (combina fluidez, ritmo, armonía y máximo rango de movilidad articular); TRX (entrenamiento en suspensión con un arnés); Método Tabata (ejercicios con intervalos de alta intensidad); Bodyweigth Training (ejercicios de peso corporal); The Zuu (muy parecido al animal flow pero más explosivo, con ejecuciones muy dinámicas) o el Primitive Futional Training (entrenamiento funcional primitivo), que se caracteriza por un enlazado de ejercicios en posiciones primitivas.
"Hoy son tendencia los entrenamientos outdoor, y todas estas técnicas nos permiten realizarlas fuera de un gimnasio", resume Benadiba.
"En su origen, estas disciplinas poseen el mismo denominador común: diferentes tipos de danza (capoerira, breakdance); yoga; trabajo sobre habilidades motoras básicas como la cuadrupedia; correr; saltar o trepar, y sus distintas combinaciones. Algunas pueden hacer más hincapié en la coordinación, otras en el rendimiento físico, pero siempre se busca explorar movimientos en la mayor cantidad de planos posibles. Los diferentes animales, desde un mono hasta un tigre, básicamente son ejemplos de cómo un movimiento se vuelve óptimo en la naturaleza. Nos señalan, cómo podemos explorar nuestras propias capacidades como animales humanos, cómo explorar nuestro potencial motor", apunta Juan Martín Coronel.
Y añade: "El trabajo en múltiples planos, a ras del suelo, es muy beneficioso ya que nos exponemos a otra relación con la gravedad que la bipedestación. Bien realizado ayuda a fortalecer el piso pélvico, la cintura escapular y la movilidad de cadera.".
De esta forma, a medida que se avanza en el entrenamiento se empieza a dar mayor complejidad a las transiciones y se incorporan más ejercicios de fuerza y flexibilidad que vuelven más exigente la rutina. En todos los casos, se trabaja con la propia disponibilidad de movimiento para explorar nuevas posibilidades, siempre a partir de un trabajo progresivo y el cuidado de la persona. "Cualquier individuo puede hacerlo. O, mejor dicho, puede volver a hacerlo, ya que básicamente se trabaja con los mismos movimientos que realizamos en los juegos de nuestra infancia, desde desplazarnos en cuadrupedia, hasta trepar o lanzar algún objeto. La vida adulta va limitando la posibilidad de movimiento a patrones cada vez más pobres con sus respectivas consecuencias negativas para la salud, y de ahí la urgencia de revertir esta tendencia", concluye Coronel.