Decidió dar un paseo por su cuenta y tuvo la aventura de su vida.
Sucedió de un momento a otro, como pasa en la mayoría de los casos. Todavía no saben si el desenlace fue producto de un descuido o una travesura de su perra Bonnie de cinco años. Lo cierto es que esa tarde, el animal desapareció por una puerta que había quedado abierta en el jardín de la casa en el vecindario en West Sussex, Inglaterra, donde vive la familia.
Bonnie había comenzado su vida en las calles de Creta, en Grecia, hasta que una organización benéfica de animales la rescató y la dio en adopción a Peter y Paula Closier. Todo funcionaba de maravilla con la perrita hasta ese día en que decidió salir a dar un paseo por su cuenta.
Lejos, pero también cerca
Peter estaba caminando de regreso a la cocina cuando advirtió que la puerta se había abierto y supo que su peor miedo se había hecho realidad. Para complicar aún más la situación, ese día Bonnie no tenía collar puesto, se lo habían quitado la noche anterior.
Sus tutores, desesperados, la buscaron por todos lados. Tocaron las puertas de los vecinos, recorrieron las calles aledañas, pegaron carteles y dieron aviso a los vecinos. Incluso, Paula llamó a la policía, a los veterinarios y a los refugios de animales en un intento frenético por encontrar al su amada perra desaparecida. La búsqueda de tres horas fue totalmente infructuosa.
Sin embargo, el destino tenía planes para la perra que, afortunadamente, jugaron a su favor. Ese mismo día, poco después de que Bonnie se ausentara de su casa -y no muy lejos de donde los Closier la estaban buscando- John Wilmer la vio al costado de la carretera mientras conducía a sus dos cachorros a una exposición canina en Surrey.
Un premio a un gran día
Wilmer estaba llegando tarde al evento. Pero eso no fue excusa para que detuviera al auto, subiera a Bonnie con sus compañeros de cuatro patas y la rescatara. Le pareció buena idea que la perra los acompañara a la exposición. “Era una perra tan adorable que pensé que sería bueno presentarla”. Pero antes se aseguró de tomarle una foto y subirla a Facebook para anunciar que la había encontrado deambulando.
Paula vio la publicación de Wilmer en Facebook y le pidió que la retuviera hasta que ella pudiera llegar al lugar donde habían acordado encontrarse. Pero Wilmer quiso darle un mimo extra a Bonnie y decidió inscribirla en la exposición a la que asistía. La registró para la competencia Best Rescue Dog (Mejor perro rescatado) y Bonnie se llevó nada más y nada menos que el tercer lugar.
“Bonnie estaba absolutamente bien cuando regresó a casa. A nosotros nos volvió el alma al cuerpo. Ella seguramente solo pensó que había tenido un gran día”, dijo Peter Closier emocionado.
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