Los 15 discos que lanzó Fabiana Cantilo permiten interpretar su espíritu de cambio, según el estilo impregnado en las portadas y en los shows, que datan del período 1985 (Detectives) a 2017 (Proyecto.33). A lo largo de su obra, Fabiana contó lo que iba sucediendo en su vida a través de las letras y los cambios de looks, aunque los labios rojos despintados, las medias negras de red, el delineador corrido, mechas lacias iluminadas y un flequillo llovido son las señas de identidad que la acompañan desde sus días con las Bay Biscuits, y como corista de Charly García, desde mediados de los 80. Junto a Celeste Carballo, Hilda Lizarazu y María Gabriela Epumer conformaron la primera cofradía de mujeres emblemas del rock argentino.
Hazlo tú mismo
El sentido de la feminidad bien definido en su ropa y trasladado a un trabajo minucioso de collage, en los 80 la norma era hacerse el look. De ahí, las prendas desordenadas y mezclas de estilos que se vieron en el aspecto de Fabi Cantilo. Con las Bay Biscuits, un proyecto escénico de teatro musical y humorístico que formó a principios de la década junto a Vivi Tellas, Lisa Wakoluk y Mayco Castro Volpe, confeccionaban sus vestidos con elementos inusuales, como cortinas de baño. El debut solista, de 1985, recuerda su breve paso por el tono rubio. Un pelo de largo a los hombros cerrado por el flequillo y saltitos que bajan con las rodillas juntas terminan por ser sus marcas identitarias. En vivo, Fabiana incorporó trajes de chaqueta, minifalda y camisa blanca que siguieron la idea de la moda de esta década faraónica.
Vestidos en trapecio
El lunar, otra de las singularidades que exaltan su presencia, encuentra en la era del videoclip primerísimos planos. Cantilo arranca la década del 90 con una modificación en el vestuario. Más sensual, su figura se volvió popular con Algo mejor, producido por su ex, Fito Páez, y colmado de hits, como "Mary Poppins y el deshollinador", "Arcos", y "Llego tarde". Dos piezas masculinas, el sombrero y la chaqueta de cuero fueron feminizadas por la idea de sensualidad que marcaba con vestidos cortos, ajustados y en su versión trapecio, una de las tendencias de esos años, cuya silueta había sido lanzada por el modisto Yves Saint Laurent, en su primera colección para la casa Dior, en 1958. En ese período, la cantante era un número fijo en las noches dominicales de Telefe, en el programa Ritmo de la noche, pues Marcelo Tinelli, su conductor, era fan de la versión de Fabi de "Mi enfermedad", compuesta por Andrés Calamaro.
Clásica y rabiosa
Desde acá, la transición en su imagen fluyó de manera natural. Fue la época de batallar con sus propios demonios y en sus looks se visualizó con un maquillaje rabioso, que luego suavizó con un vestuario más lúdico. Para el caso, contó con la diseñadora María Pryor para lograr esa ensoñación interpretada en volúmenes de tules y corsets. El vuelo de la falda corta evasé ya es su uniforme: en denim, con brillos, negra o patchwork, aunque a veces sume maxifaldas. En 2018 llegó a la portada de Rolling Stone luciendo una campera de cuero y jean. Los clásicos nunca pasan de moda.
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