Fábrica OHLALÁ!: cómo fue el reencuentro con todas las fabricantes

En diciembre del año pasado celebramos un año de Fábrica OHLALÁ! con un festejo al que invitamos a todas las fabricantes que habían participado de los encuentros anteriores. Fue la séptima vez que nos juntamos a lo largo de 2017.

Más de 60 chicas se sumaron a este reencuentro de fin de año y, en esta oportunidad, ellas fueron las protagonistas absolutas del evento. Todo fue pensado para celebrarlas y para darle vía libre a su expresión.

Para tunear la energía, antes de arrancar con las actividades que teníamos planeadas, tomamos unos riquísimos jugos de Ju Cold Press y disfrutamos de las barritas de cereal de Green Eat, mientras charlábamos y nos poníamos al día con las que desde hacía tanto no veíamos, a pesar de que seguíamos en contacto por nuestros grupos fabriqueros de WhatsApp.

Y llegó el momento de la primera consigna: a partir de una lista de atributos, las chicas tenían que adivinar alguna característica de sus compañeras. Risas y confesiones rompieron el hielo en un instante y, cuando ya todas éramos amigas, pasamos a la actividad de cierre del año. Munidas de hojas de colores, marcadores y biromes, escribimos todas esas cosas que queríamos dejar atrás en 2017, para meterlas en una caja y comprometernos con el proceso de dejarlas ir. En los papeles había miedos y ansiedad, pero también kilos, algún ex amor, un trabajo fallido, un desengaño. Del lado de afuera de la caja, en cambio, había que escribir lo que deseábamos para el año que comienza. Entre las ilusiones para 2018 ganaron el amor, los viajes, el sexo, los proyectos compartidos y la salud.

Para sacudir las emociones, llegó el segmento de la China (@eugejacobsen), que nos dio una clase de yoga booty ballet en la que bailamos como locas, nos soltamos el pelo y nos llenamos de energía.

Y, hacia el final del último encuentro ohlalero de 2017, subieron al escenario nuestras oradoras (ver recuadro), once mujeres que se animaron a resumir en pocos minutos alguna enseñanza que les dejó el año. Fueron testimonios inspiradores que arrancaron lágrimas y muchos aplausos.

En la previa propusimos una convocatoria a través de los grupos de WhatsApp (cada Fábrica tiene el suyo), preguntándoles cuál había sido su revelación 2017. El objetivo era identificar el mayor aprendizaje del año y compartirlo a través de un video en pocos minutos. Recibimos más de 30 experiencias, de las cuales elegimos once para darles el espacio en vivo frente a todas las invitadas. Algunos de los temas que se trataron fueron: “Soltar la perfección”, “Emprender por otros”, “No soy solo esposa y madre”, “El método CCQ (no critiques, no condenes, no te quejes)”, “¿Qué batallas querés dar?”, entre otras ideas inspiradoras que nos hicieron llorar y empoderarnos. Mientras, para las oradoras, fue un salto al vacío que capitalizaron atravesando los miedos y sacando su voz.

No podía faltar un rico cierre. Terminamos el encuentro brindando por un 2018 increíble y lleno de fuerza femenina. Chocamos las copas con champán de Mumm y degustamos un riquísimo sushi de SushiClub. ¡Topísimo!

Antes de la foto grupal, algunas chicas se abrieron a compartir espontáneamente una impresión del encuentro. Todas estaban agradecidas y felices, pero nos gustó especialmente un testimonio que acá les copiamos: “Me llevo la alegría de saber que la fuerza de una comunidad de mujeres puede más que los celos y la envidia”.

Después, celebramos con sushi y brindamos por los deseos de todas y el cálido poder que tiene encontrarse cara a cara.