Fiesta de fibras nobles
Sin buena materia prima es imposible crear trajes de lujo. Ermenegildo Zegna celebró en Australia 50 años del premio que otorga a quienes producen sus mejores lanas
SYDNEY, Australia.– Hay que tomar un avión y viajar apenas una hora para llegar hasta Armidale, en Northern Tablelands, entre Sydney y Brisbane. En las afueras de esta pequeña ciudad, un corto recorrido por las rutas permite entender por qué los farmers de esa región del mundo tienen en sus manos las mejores lanas. El paisaje, de colores verdes y marrones, está plagado de ovejas. Entre pequeños pueblos, granjas ordenadas y prolijas, con familias enteras dedicadas a la producción de fibras suaves que se escurren entre los dedos.
Son días de celebración para quienes trabajan para obtener esas fibras naturales que luego se convertirán en tejidos, y más tarde se verán en las vidrieras para deleite de los amantes de la ropa de lujo: 2013 es el año del 50 aniversario del "Ermenegildo Zegna Extrafine Wool Trophy", un premio de prestigio mundial creado en 1963, que comenzó a entregarse en Tasmania con el objetivo de reconocer a los productores de lana merino de alta calidad.
Granjeros de lujo
Australia es, precisamente, el gran generador de lana merino extrafina. Sydney celebra el aniversario del premio con una gran fiesta, un desfile inspirado en modelos producidos en los años 60 (aunque confeccionados con telas valiosísimas de hoy), y la presencia de periodistas de 140 países.
"Muchas comunidades rurales y regionales se apoyan en la industria de la lana. La mayoría de los establecimientos son de propiedad y gestión familiar, con cualidades únicas y un gran sentido del orgullo que pasa de generación en generación. El 90% de la oferta mundial de prendas de vestir de lana fina, adecuada para los mercados en la gama de la alta costura, viene de Australia", explica un documento de The Woolmark Company, que asesora a las empresas en el desarrollo y la producción de lanas y es partner del premio.
La cría de ovejas merino no es tarea fácil. En Australia, el desarrollo comenzó con la llegada de las primeras 30 ovejas merino, a fines del 1700. Con el tiempo, los agricultores de Australia, Nueva Zelanda y Tasmania lograron crear un animal único: el merino australiano, que produce la lana de mejor calidad.
"Desde 2002, hemos estado atesorando en la fábrica de lana en Trivero los vellones de los ganadores y finalistas", explican en la compañía italiana, que compra los vellones que participan en el concurso y que gracias a la buena materia prima y a su apuesta por el desarrollo tecnológico ha creado dos tejidos funcionales: el efecto frío (garantiza una sensación más fría para el usuario, incluso en temporadas de calor), y el techmerino (de alto rendimiento, confeccionado con pura lana merino, muy traspirable, facilita la termorregulación ideal). También idearon el proceso micronsphere, que mantiene a los tejidos de larga duración libres de manchas.
Con tradición y modernidad, los mejores trajes se logran teniendo en cuenta que, a pesar de las definiciones formales, "la lana no debe ser tratada como un commodity. Hay pasión en los granjeros, que hacen un trabajo realmente artesanal. Lo que ocurre en las granjas es fundamental para el producto final", afirma Paolo Zegna, CEO de la compañía.
Entre el 60 y el 70% de la ropa que produce esta etiqueta tiene lana. "Esa materia prima tiene que ser percibida y pagada por lo que realmente es: una fibra de calidad", subraya Zegna, justo antes de entregar el premio a los granjeros que lo han hecho mejor este año: la familia Hundy, de Windradeen.
"El argentino es clásico y sofisticado"
SYDNEY.– El español de Gildo Zegna es perfecto. Consejero Delegado de Ermenegildo Zegna Group, miembro del Consejo Asesor Internacional del IESE Business School de Navarra y Cavaliere del Lavoro por la República Italiana, es experto en temas de marketing y negocios, de los que habla con periodistas de cualquier rincón del planeta y en diferentes idiomas. Aunque, esta vez, es clara la preponderancia de Asia en la celebración.
¿Qué está pasando con ese mercado?
China ya no es un mercado emergente, ha adoptado ampliamente el lujo. Allí tenemos más de mil personas manejando nuestras tiendas.
¿Ocurre con todos los BRICS?
No de la misma forma. Actualmente, India no es tan receptiva; allí los pronósticos en el mercado del lujo han sido demasiado optimistas. En Brasil va bien, aunque si se lo compara con otros países latinoamericanos, como México, no tanto.
¿Qué mercados los sorprendieron?
África, que ya tiene tiendas en Marruecos, Angola, Nigeria. Y marcharon bien Rusia y los países del Golfo.
La Argentina está dejando de tener marcas de lujo. ¿Por qué?
La situación no es fácil. Es un mercado que no quiere abrirse, y donde es difícil hacer previsiones. Nosotros queremos seguir allí, aunque la situación no es sencilla.
En la compra de ropa, las mujeres son más emocionales que los hombres. ¿Cómo compran ellos?
Son más prácticos. Quieren sentirse bien con lo que llevan, y que les quede cómodo. Cada vez quieren verse mejor, en eso se están haciendo más femeninos.
¿Ha visto cómo se visten los hombres en la Argentina?
Bien. No diría que son fashion sino más bien clásicos. Un clásico sofisticado, tienen buen gusto. Y un sport bien puesto, bien combinado.
¿Cuándo un hombre está bien vestido?
La tela, el corte, el asesoramiento arman un conjunto de factores que confluyen en un buen resultado. El conjunto de esas cosas crean un look. Un conjunto bueno con tela mala es peor que una tela buena con un conjunto malo. Y un buen traje tiene que llevarse con una camisa que tenga buen estilo.
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