Incursionó en el mundo de la sombrerería en 2009, cuando empezó su formación de la mano de Hilda Juárez, sombrerera del Teatro Colón. Luego conoció a Laura Noetinger, con quien aprendió todos los secretos y, con esos conocimientos más su experiencia como vestuarista, Florencia Tellado (36) se lanzó a diseñar sombreros. En 2014 viajó a Londres para perfeccionarse con el reconocido Noel Stewart –diseñador que trabaja para Valentino, Chalayan y JW– y ya de regreso, le dio a su marca el empuje que le faltaba para hacerse conocida. "Tengo el oficio de la sombrerería de alta costura. A lo largo de mi carrera me pasó que mis sombreros acompañaron a figuras que jamás lo hubiera imaginado: Rossy de Palma, Carla Peterson, Norma Aleandro, Cristina Kirchner, y ahora Fabiola Yañez, entre otras", cuenta.
–Tus creaciones son elegidas por mujeres importantes. ¿Qué se siente?
–¡Me llena de felicidad! Con Fabiola empecé a trabajar por recomendación de Pablo Ramírez, que la vistió para su primera visita al papa Francisco en el Vaticano. En esa oportunidad, yo le hice un tocado y a partir de ahí quedamos en contacto, porque le encantó mi trabajo. Cuando comencé a crear los tapabocas le envié uno de regalo, porque sabía que no iba a tener mejor vidriera, y era una gran forma de que se viera mi diseño. No tengo tanto contacto con ella, pero la verdad es que me parece que está muy bien asesorada y siempre se muestra impecable. Valoro mucho que cuando recibió mi tapabocas me compartió una foto para que yo la pudiera publicar en mis redes sociales, cosa que otras figuras no hacen. Para un emprendedor como yo, esa ayuda es realmente muy grande.
–¿En qué te inspirás a la hora de crear?
–En el día a día, en los momentos más inesperados, cuando estoy sola y me puedo concentrar. Por ejemplo, cuando voy manejando en el auto... No investigo ni busco referencias, porque siento que invaden mi creatividad. Busco en mi cabeza y me inspiro en lo que me rodea.
–Es difícil hacer sombreros y tocados en un país como el nuestro, donde la gente no acostumbra a adornarse la cabeza…
–Sí, es cierto. La verdad es que estoy muy contenta con que la gente ahora se anime más a cubrirse la cabeza. Es algo que yo vengo anunciado hace mucho tiempo. Es muy importante no sólo para protegerla del clima, sino también como una forma de arreglarse. Me encanta que se instale la moda del sombrero y de la máscara. Amo volver al oficio artesanal, trabajo que lleva más tiempo, pero que se luce con excelencia. Los tapabocas los comencé a hacer como una consecuencia de estar encerrada en casa. Inventé algo para salir a la calle y de repente se convirtió en un hit. Estoy feliz de haber encontrado un accesorio nuevo que forme parte de mi marca, y que es un gancho para nuevas clientas, que además pueden animarse a usar mis sombreros. El camino de emprender una marca de sombreros puede ser frustrante, porque no es un objeto de uso masivo. Pero nunca bajé los brazos porque me encanta lo que hago y no hay muchos diseñadores que se dediquen a esto. Tuve altibajos, momentos en que no le podía dar tanta atención a la marca, porque estaba con mi trabajo de vestuarista, pero nunca la abandoné, siempre estuvo presente para mi.
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