Frescos y veraniegos
Los blancos 2002 vienen con todo: apenas asomada la estación tibia ya se ven más botellas de estos vinos en las mesas de los restaurantes y las vinotecas declaran vender más. Por otra parte, y esto ayuda, han brotado blancos de cortes novedosos, especialmente con el característico torrontés salteño, emblema del NOA, que ensamblado con los franceses finos adquieren matices elegantes, como el torrontés-chardonnay. A su vez el chardonnay se cruza con el no menos galo semillón para complejizarse y enfatizar el estilo francés en botellas de precios simpáticos.
Otra buena noticia es que las bodegas están presentando blancos 2002 frescos, frutados y sin paso por madera, cosa que encarecería la elaboración.
Entre los vinos que Bodega Séptima –Codorniú– presentó este año hay un interesante blanco de corte que aúna las dos uvas francesas mejor logradas en el pais, en este caso en altura, 1150 metros –Valle de Uco– el Chardonnay-Semillón 2002 se caracteriza por su gran frescura de cítricos, manzana y ananá, suave y con el cuerpo preciso que le dan sus 14 grados de alcohol ($ 8,50). El Valentín Bianchi Chardonnay Semillón 2002 D.O.C. San Rafael reúne los aromas tropicales y la miel del primero con los cítricos y de flores blancas del segundo, muy persistente en boca ($ 7), exitoso con los platos veraniegos.El Alta Vista Torrontés-Chardonnay 2002 es un assemblage insólito y sutil del torrontés elaborado en la bodega mendocina con una parte de Torrontés salteño, mismo varietal en dos terruños bien diferentes ($ 8). Para su Cosecha Blanco el corte es Torrontés-Chardonnay, repitiendo las virtudes del assemblage criollo-francés en un vino fresco, joven y frutal de muy buena relación calidad-precio ($ 6).