Happy hour a la hora del té. Paradores y cervecerías adelantan sus horarios
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MAR DEL PLATA.– Llegan en la bandeja de la camarera las dos honey para ellas más una barley wine para uno y una indian pale ale para el otro compañero de cita. Choque de pintas transpiradas por el cruce entre la cerveza fría y la temperatura ambiente, que a media tarde invita a disfrutar de la playa. Pero ellos están ahí, firmes, en ese ritual que es el happy hour. Un momento que combina tranquilidad y, por cierto, un buen ahorro a la hora de recibir el ticket.
Más temprano que nunca, porque la pandemia sacudió hasta las raíces varios de los hábitos y costumbres. El período de aislamiento de mediados del año pasado habilitó borrón y cuenta nueva en varios rubros y en la ruta cervecera trajo persianas levantadas más temprano que nunca. Ahora las pintas circulan por barras y mesas desde la hora del té.
Alcanza con darse una vuelta por cualquiera de los corredores gastronómicos donde la cerveza artesanal pisa fuerte. Que, por cierto, cada vez son más. Playa Grande, zona Güemes, calle Córdoba y Avenida Constitución son escenarios ideales para estas escalas, a los que se suman los locales sobre o en cercanía de la costa.
También en paradores. Después de meses sin actividad, autorizados a reapertura durante el segundo semestre pero con horario de cierre temprano, el rubro buscó también anticipar la atención a sus clientes. Les brindó más instalaciones a cielo abierto para reducir riesgos de contagios y –ya durante invierno y primavera– servicio desde las 16, casi tres o cuatro horas antes del horario tradicional que tenían estos establecimientos.
"Nos hemos hecho la costumbre de venir temprano porque es cuando más fácil se puede conseguir mesa e incluso nos resulta más económico", contó Daniel Tagliafico, de Capital Federal, que con su novia y dos amigas comparten las primeras cervezas de la tarde sobre el deck de Baum en calle Bernardo de Irigoyen, a la vuelta de la muy comercial Alem.
Circuito Olavarría
Según la marca y zona, los horarios de apertura al público varían, lo mismo que ese período de arranque que habilitan con descuentos para la bebida. En verano esa ventaja asoma desde las 17 y en general la campana que marca el final del beneficio suena al cabo de dos o hasta tres horas.
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Como ocurrió esta semana, signada por el mal clima, esa media tarde fue momento de paseos y salidas mientras la lluvia dio tregua. Y las cervecerías vieron crecer la demanda, con esa oferta ampliada ahora con mesas y sillas sobre la mismísima calle.
María Sol, Julieta y Domitila tienen entre 18 y 19 años, son de Avellaneda y por primera vez veranean solas en Mar del Plata.
"Salimos como para hacer playa, pero ni ahí de sol y nos decidimos por una birrita temprana", contaron a la nacion desde el Antares que funciona en el complejo de balnearios de Playa Grande.
Pero sin dudas donde más se advierte este fenómeno es sobre calle Olavarría, integrada al denominado paseo de compras de calle Güemes. Es la paralela inmediata y elegida por la mayoría de las cervecerías. En poco más de cinco cuadras hay una docena de propuestas, ahora mucho más notorias por este despliegue de servicio al aire libre, sobre veredas y calles.
Ya casi no hay lugar para estacionar y a la hora de circular el ancho de calzada solo permite el paso de un automóvil, ya que de un lado y otro hay desde media tarde barras y mesas colmadas de clientes con su cerveza en mano.
"Casi casi estamos para brindar con los de enfrente", dicen Omar Totti y Lucas López, de Rosario, acodados en una mesa de Gluck mientras hace señas a un grupo de chicas que están sobre la otra vereda, en La Paloma.
Los responsables de estos locales destacan que la apertura temprana generó esta costumbre de aprovechar esa primera tarde porque hay más disponibilidad de lugar y se gasta menos.
Cuando empieza a caer el sol ya es momento de turnos para conseguir una mesa. Es también el horario que eligen quienes van por algo más que una cerveza y se van de allí cenados. O casi.
En ese corredor la grilla de Happy Hour es variada. Por Antares, Cheverry y Banderita se abren las puertas a las 17, siempre con descuento. A las 18 es momento de arranque para Lebron, Gluck y Fauno. La Paloma es el que se mantiene en horarios históricos, de 19 a 21.
Los fanáticos de los descuentos tienen su logística armada: comienzan en un local y terminan en el que tiene el beneficio hasta más tarde.
La cerveza artesanal se paga este verano desde 170 a 250 pesos según la variedad y el lugar que se elija. Algunas especiales que tienen un costo muy distinto de las clásicas. En "Happy Hour" se logran descuentos importantes. En la historia quedaron aquellos gloriosos momentos en que durante ese rato se lograba tomar dos al precio de uno. Ahora las rebajas durante esas dos o tres horas oscilan entre 30 y 40% sobre el precio de lista.