GUINZBURG AL ATAQUE. HILDA CHICHE DUHALDE TODO SEA POR LA FAMILIA
Como su esposo, jura que sería más feliz en el anonimato, junto a sus hijos y nietos. La fastidian -dice- las pequeñas y grandes traiciones de la política. Ella es muy de su casa. ¿Qué haría si le pasara lo mismo que a Hillary con Clinton? "Hago las valijas y me voy"
Gobernador Eduardo Duhalde ( en la puerta de su casa, a punto de irse ): -¿Vos sos de Argentinos Juniors, Jorge?
-De Vélez.
-Ah. No me acordaba que eras de un equipo chico. ( Cierra la puerta y se va .)
Chiche Duhalde: -A mí me viene muy bien que ellos ( Banfield) jueguen los sábados. Porque el domingo es como que corta la tarde, ¿no? Uno ya se levanta más tarde.
- La quinta les queda cerca de Lomas de Zamora, ¿no?
-Ahora, con la ruta nueva que hizo el gobernador de la provincia, nos queda a 45 minutos. Este era un camino, la verdad, hablando en serio, que fue pedido durante 40 años, la ruta 210. Los domingos era intransitable, y ahora realmente es una ruta muy importante.
- Usted nació en Avellaneda .
-Hasta los 16 años viví en Avellaneda. La bajada del Puente Agüero se llamaba. Era común que los domingos a la tarde fuera una fiesta, ver bajar y subir el puente a cientos y cientos de personas que iban a la cancha.
- ¿Su familia cómo se componía?
-Eramos mi mamá, mi papá, que ya se estaba yendo, mi hermano y yo.
-¿Hermano de cuántos años?
-Cinco años mayor que yo. El sí era futbolero. Siempre fue de Boca.
-¿ Y cómo fue eso de ya se estaba yendo? ¿Había formado una familia paralela?
-No, era una relación de pareja... Esto tampoco me gustaría que salga.
- Pero ya salió algo de esto .
-Pobre vieja, pobre mamá. A pesar de que ya tiene muchos años no es un tema que a ella le agrade escuchar. Pero bueno... Era un matrimonio muy moderno para ese entonces. Una separación no era tan fácil que se diera. Fue en 1959. Yo tenía 15, 16 años.
- Debe haber sido una niñez feliz y familiar, y una adolescencia dura...
-De chica siempre me sentí muy protegida, nunca sentí el peso de la mala relación de pareja en mi familia.
- ¿La relación venía dura desde entonces?
-Supongo que sí. Pero siempre me sentí muy protegida y muy querida por los dos. Por supuesto, como toda hija mujer, una siempre tiene una relación edípica con el padre. Uno siente más la ausencia del padre. Pero bueno, después por suerte crecemos...
-¿ Lo siguió viendo?
-Esporádicamente. Por años dejé de verlo, después lo volví a encontrar, pero ya ubicando a cada persona en el lugar que le correspondía.
- Imagino que al principio debe de haber venido el enojo.
-Siempre estuve más enojada con... (Niega con la cabeza. No quiere hablar del tema). Son cosas muy íntimas. La verdad, nunca me enojé con él.
- La intención no es hurgar que pasaba con la pareja, sino qué le pasaba a usted. Porque los 15 años es una etapa de muchos cambios...
-Y cambio de lugar de vida, porque yo me fui a San Vicente en esa época y fue como rehacer el grupo de amistades, cambiar la escuela.
-¿ Y significó algún cambio en el carácter? El nuevo colegio, usted comenzaba tercer año...
-Claro. Yo hice ahí tercero, cuarto y quinto. No, me adapté muy bien. Conocí gente muy linda, como ella (señala a Nélida Doga, una colaboradora).
- Y la falta de plata, ¿cómo se vivía?
-Como un hecho natural.
-¿ Cuáles eran sus juguetes de chica?
-Los que solíamos tener los chicos de mi generación y mi situación económica. Los hijos de trabajadores teníamos una muñeca que duraba años, una cocinita de madera. Y uno los cuidaba, los atesoraba. Yo me enojo mucho cuando... La última vez que fuimos a comprar juguetes para Reyes estábamos veraneando en Mar del Plata, y como ya no creían en Reyes los más chicos -tendrían 10, 12 años-, fui a la juguetería con ellos. A la media hora les dije vámonos, porque no encontraban un juguete que los pusiera contentos. Y se enojaron. Pero nosotros cuidábamos mucho nuestros juguetes, porque nos duraban años.
- Su mamá trabajaba .
-Mamá cosía para afuera. Las imágenes que guardo de mamá son sentada a la máquina, yo entrando adonde ella cosía y viéndola de espaldas cosiendo en la máquina, o verla salir con enormes paquetones de costura. Hoy dice que tiene mal la cervical por los años que cargó los paquetones.
-Esos eran los juguetes. ¿Y el despertar, ver muchachos..? ¿Hacemos desaparecer a las hijas? (Agustina -17- y Analía -25- están presentes en la entrevista).
-Nooo. Algunas se parecen a la mamá. Yo era enamoradiza, desde cuarto grado...
-¿ Quién era el actor de cine que la volvía loca?
-Una gran desilusión después: Rock Hudson. Ja, ja. James Dean, de más adolescente. ¡Qué viejos que estamos!
- Qué va a hacer... Usted fue maestra, después.
-Sí. Ejercí la docencia hasta que nació María Eva, en 1975.
- Lo que no entiendo es cómo María Eva es la tercera y no la primera. Eso es deslealtad justicialista.
-No, en realidad había nombres que nos gustaban mucho. Juliana (su primera hija) era el nombre de la abuela de mi marido. Y después llegó María Eva. Mi marido dice que se tiene que casar con un Verón. María Eva Duhalde de Verón. Yo ejercí la docencia hasta 1975. Mi marido ya era intendente de Lomas de Zamora. En el 75 ya dejaba en casa tres nenas muy chiquitas y empecé a notar que estaba faltando a la hora en que me necesitaban, que era cuando tenía que darle de comer a María Eva. Me agarró esa cosa de querer quedarme en mi casa. Después me arrepentí, porque a los poquitos meses fue el golpe del 76 y hubiera necesitado ese sueldo terriblemente.
- Pero ésa fue su época de empresaria ...
-Viene el golpe y mi esposo reabre su estudio jurídico. Entonces me pide que haga de martillera. Hice rápidamente el curso, que no era como ahora que es una carrera de dos o tres años. Abrimos inmobiliarias y nos fue bárbaro. Fue una etapa nefasta para la Argentina, pero para el negocio inmobiliario era muy buena. Llegamos a tener cinco inmobiliarias abiertas.
-¿ Cómo se llamaba la empresa?
-Duhalde y Compañía. Cerramos las inmobiliarias...
- Volvamos un cachito atrás. Yo sé que el casamiento fue un casamiento muy modesto .
-Sí, porque nosotros éramos modestos.
-¿ Dónde vivieron cuando se casaron?
-La primera casa que alquilábamos estaba en Cabrera 205, un departamentito muy, muy chiquito, en una esquina. Con mi sueldo docente y el de él, que era inspector municipal o una cosa así, nos alcanzó para pagar el crédito y comprarnos la vivienda, cuando tuvimos a Analía. Con el sueldo de los dos, que éramos muy jóvenes, nos alcanzó para tener la casa y pagar las cuotas del auto, un Citroën. Hoy eso es impensable, poder pagarse un crédito y un auto con esos sueldos.
-¿ Eso en qué gobierno era?
-En 1973. Llegaba el gobierno de Perón. Habremos solicitado el crédito en 1972.
-¿ Estábamos bien en esa época? ¡Con Isabel estábamos fenómeno!
-No sé, pero había un reparto más equitativo de la riqueza. Estaban en el 45 por ciento de participación. Eso hacía que el trabajador pudiera tener mayores posibilidades.
- Hasta llegar a la nueva ley laboral...
-Yo no tengo claro el tema porque no soy una especialista, pero esa ley molesta a los empresarios, así que no sé si ha sido tan mala. Por lo menos, los sindicalistas que son diputados hoy, que fueron secretarios generales de gremios...
- Todos votaron. ¿Estaba en la sesión?
-Sí.
-¿ Votó?
-La voté (hace una mueca).
-¿ Y por qué esa cara de resignación ?
-Porque uno desearía leyes mejores... En cada tema están los que saben más, y en este caso los gremialistas nos informaban que blanqueaba la situación de tres millones y medio de trabajadores en negro, que es muy importante en ese sentido. Y a mí me pareció que había que acompañar. Pero yo de temas macroeconómicos no entiendo. Lo que entiendo es que la gente que me escribe, estamos en alrededor de 14.000 cartas por mes, no me escribe a mí para decirme que todo anda bien, para felicitarnos. Son pálidas absolutas, de sectores medios empobrecidos, de gente que está muy mal. Pero para que a los argentinos les vaya bien, a lo mejor a la Argentina primero le tenía que ir bien. Se sentaron bases, temas que ya no vamos a discutir. Yo me acuerdo lo que era para mi esposo gobernar como intendente municipal con inflación.
- Con 14.000 cartas por mes, habría que hacer el Chiche-Bingo.
-Je, je. Y las contestamos. Las 14 mil. Es un enorme esfuerzo del que participan Analía, mis otras hijas, un grupo de amigos, y las vamos derivando a las áreas que corresponden.
-¿ Qué pasó con las manzaneras? ¿Siguen?
-Siguen, totalmente. Las trabajadoras vecinales, mal llamadas manzaneras...
-¿ Por qué mal llamadas?
-Yo sentí que era despectivo. Ellas son responsables de un sector de su comunidad, y lograron disminuir, en los cuatro años que tiene el programa, un punto por año la mortalidad infantil. Arrancaron con una provincia con un 22 por mil de promedio y estamos en un 18 por mil, producto de que diariamente están atendiendo a los chicos.
- Sus hijas la ayudan, pero siguen haciendo lo suyo.
-Estudian. Psicología la mamá de los mellizos, Juliana, que este año largó la carrera y el año que viene, si Dios quiere, la vuelve a retomar.
-¿ Qué edad tiene?
-26. Analía, minoridad y familia; María Eva estudia fotografía, cosa que me da un gran dolor de cabeza porque era una muy buena estudiante de antropología, y no retomó nunca más y se fue a hacer una carrera terciaria de fotografía. Perdoname (le dice al fotógrafo de la Revista Rubén Digilio), pero me hubiera gustado que siguiera antropología. Yo siempre le decía que la fotografía era un hobby. Analía dejó los hábitos el año pasado. Era laica consagrada.
- Yo pensé que seguía .
-Se volvió. Y yo, feliz.
- Siente que la recuperó.
-Yo creo que nuestra Iglesia, aunque a lo mejor me maten mis amigos los obispos, va a tener que adaptarse a los cambios. No creo que haya que cercenar a la familia.
-¿ Y cómo es el varón? Un varón entre cuatro mujeres.
-Mirá que hermoso que es (señala una foto de su hijo Tomás -14-, el menor). Lleva el nombre de su abuelo paterno, Tomás Duhalde. Fue muy esperado por toda la familia...
-¿ Cuántos años tiene?
-Va cumplir 15. Las primeras ecografías aparecieron por ese entonces, eran muy rudimentarias. Y nos enteramos de que era un varón y nos dio una gran alegría.
-¿ Y Tomás es el que hace lo que quiere?
-No. En serio, no es malcriado. Sorpresivamente, porque nosotros hicimos todo para que fuera malcriado. Es un chico que hasta ahora no me trae problemas, es dócil, es bueno, tranquilo. Se parece mucho al papá en el carácter. Es introvertido, se pasa horas jugando al ajedrez o con Internet.
- De su familia, algo que me llamó la atención, creo que el gobernador una vez lo dijo por radio, es que su madre y su suegra vivan juntas.
-Hace más de diez años que viven juntas. Mi suegra es una mujer de una enorme inteligencia. Ella es una cordobesa tranquila, pancha, pero nunca quiso vivir conmigo. El mismo día que falleció mi suegro, que falleció en mi casa, ni siquiera una noche se quedó a dormir. Se fue a su casa. No, pero cómo se va a ir, le dije. Y a partir de ahí siempre estuvo buscando compañía. Primero su cuñada, luego falleció su cuñada, y se fue a vivir con mi mamá. Y se llevan bárbaro. Se entienden perfecto. Tienen dos caracteres absolutamente diferentes. Se complementan.
- De edad son más o menos iguales...
-84 y 85. Pero están bárbaras las dos. Uno llama tipo siete de la tarde y están jugando al chinchón, que es el juego de ellas. Un día por semana invitan a los nietos a comer. Ahora un día por semana nos incorporaron a nosotros, los matrimonios.
-¿ Tienen una señora que les cocina?
-Tienen una señora todo el día que está con ellas, no de noche, pero no les cocina. Las dos cocinan. Mamá es mucho más activa, entonces siempre le gana de mano. Si uno llama por teléfono, siempre va a atender mi mamá. Así se rompió la cadera la última vez, porque corre para atender el teléfono.
- Yo imagino a mi mamá y a mi suegra viviendo juntas, y nos divorciamos nosotros a los dos días. El gobernador y usted, ¿por qué cosas se pelean?
-Poco nos peleamos. No me da mucha oportunidad de pelearnos, porque es difícil pelearse con ese hombre. No se engancha con la pelea. No se engancha.
- De machista que es.
-No, no se engancha. Yo por ahí soy más guerrera, más chinchuda, pero no tengo suerte, no tengo suerte. Me sale con un chiste y me desarma.
- Cada vez que le pregunto qué le va a regalar en alguna reunión, para un cumpleaños...
-El mejor regalo es un beso dice él.
- Es amarrete.
-No. No le da valor a las cosas materiales.
- Esa es una explicación de mujer resignada.
-No, no. Lo compensa con cómo es.
-¿ Y cómo son las vacaciones?
-Pinamar en enero. Hacemos playa, cada vez menos actividad social. No salimos mucho. Pero no somos aburridos.
-¿ No? Por ejemplo, ¿juegan a las cartas?
-Sí.
- ¿A qué juegan? También al chinchón.
-Ja, ja. No. A él le gusta mucho el truco.Pero conmigo no juega. Yo juego a la canasta. A él le gusta pescar. Se interna con la lancha.
-¿ Y cuando hay esos retiros de reflexión? Yo me acuerdo que salió en todos los me- dios que se retiraban un fin de semana...
-Son inventos.
- El reflexiona con la caña.
-Por ahí nos vamos un fin de semana a Tandil o a Puigari, pero con la idea de descansar, no de reflexionar.
- A Puigiari no se va a descansar, sino a bajar de peso. Allí están los adventistas, ¿no?
-Sí. Muy linda gente.
-¿ Y son de hacer dieta?
-Sí, vivimos a dieta. Cualquier dieta. El dice que engorda porque hace todas las dietas juntas. Que come a la misma hora la dieta de Cormillot, la dieta de lo otro. Entonces, claro. Tiene facilidad para engordar, y yo también.
-¿ Nunca pensaron que serían más felices en la actividad privada?
-¡Cuántas veces! Cuando iba a ser candidato a vicepresidente de la Nación, le planteé seriamente que no quería más.
- Si yo tiro algunos nombres, ¿podemos hablar un poquito sin censura?
-Puedo hablar o puedo callar (sonríe).
- Bueno, está bien. Vamos a empezar fácil: Menem .
-Yo creo que Menem fue un hombre que produjo una enorme transformación en el país, que no se le va a reconocer debidamente porque se fue diluyendo en esta lucha por el poder mismo.
-¿ Cóppola y Maradona? Alguna vez dijo que no los hubiera dejado entrar a la quinta de Olivos.
-Dos personajes de estos tiempos.
-¿ Qué quiere decir?
-Eso.
- Es demasiado hermético para alguien tan simple como yo. ¿Son tiempos frívolos...?
-Tiene que ver con cambios de valores.
-¿ Se están perdiendo los valores en la sociedad?
-Creo que el hombre está viviendo... Algunos lo justifican porque estamos en un cambio de era, pero el hombre en sí mismo está en una profunda crisis de valores.
-¿ Graciela Fernández Meijide?
-Una mujer importante de la política argentina.
-¿ La puede imaginar de presidenta?
-No.
-¿ Tiene que hacer las valijas?
-No, pero el pueblo no se equivoca cuando vota.
-¿ O sea que hizo bien en votar a Graciela cuando le ganó a usted?
-Creo que en el nivel legislativo buscaba equiparar las fuerzas. Creo que había un gran descontento de los sectores medios con respecto a estos temas macroeconómicos de los que venimos hablando. Pero creo que elegir para gobernar un país es otra cosa. Otra cosa muy diferente.
-¿ Chacho Alvarez?
-Un hombre muy inteligente.
-¿ A él sí lo imagina presidente?
-No. Lo imagino conduciendo equipos.
-¿ De la Rúa?
-Un político muy respetable. Con su experiencia de gestión no estoy conforme. Pero es un hombre muy respetable.
-¿ A él sí se lo imagina presidente?
-El es un candidato muy serio.
-¿ Cavallo?
-Tal vez el economista más importante de los últimos años que ha tenido nuestro país.
- A él no se lo imagina presidente.
-No.
-¿ Y a Palito?
-Palito me parece un muchacho con una trayectoria muy importante. Y la verdad es que ha venido del lugar más humilde. Llevándolo al terreno político, me parece que como persona ha logrado un desarrollo interesantísimo, pero no sé si eso alcanza para plantearse ser presidente de la Nación.
-¿ Alguna vez el matrimonio Duhalde compró un disco de Palito?
-Seguramente, debemos haber comprado.
-¿ Cantaron alguna vez Yo tengo fe?
-Sí. En todas las fiestas, casamientos, siempre están las canciones de Palito. Y nos divertimos mucho con ellas.
- Recuerdo siete, ocho casos policiales que vivieron en los últimos tiempos. Quizá me olvido alguno porque creo que una de sus hijas tuvo un problema alguna vez.
-Analía.
-¿ Cómo lo viven?
-A veces con bronca, porque al ser una persona pública en seguida están en los medios estas cosas. A veces no tiene nada que ver. Son cosas que no tienen nada que ver con un intento de atentado.
-¿ Nunca lo piensan?
-Alguna vez lo hemos pensado. Pero no siempre está relacionado. Pero claro, le pasa a Duhalde. Y le pasa porque la familia Duhalde es una familia normal que anda por la calle y se expone...
-¿ Es eso o tiene que ver con esta reforma policial?
-Siempre lo pensamos, pero en algunos casos no tiene absolutamente nada que ver. Por ejemplo, cuando Analía entró en la casa de las abuelas, cuando los muchachos que la llevan tienen un auto normal, estaban distraídos, tomando mate. Bueno, vienen asaltando, robando autos, fue una casualidad, y también nos pasa a nosotros.
- No es lo mismo.
-Claro. Como nosotros intentamos hacer una vida muy normal, es muy probable que nos pasen las cosas que le pasa a todo el mundo.
- Me gustaría su reflexión con respecto al caso Clinton-Lewinsky.
-Yo siempre pienso en Hillary, no pienso en Clinton. Pienso en ella. Pienso que realmente ser la esposa del presidente de los Estados Unidos y tener que públicamente sonreír y adentro querer matarlo... Me imagino la escena.
- No imaginemos al presidente de los Estados Unidos. Imaginemos al gobernador de la provincia de Buenos Aires en una situación similar.
-Nooo. Agarro las valijas y me voy.
- Porque es una farsa, ¿o no?
-Es una hipocresía. Pero al presidente Menem nadie le cuestionó que se separara de su mujer.
-¿ Qué edad tenía cuando lo conoció a Eduardo?
-22 años.
-¿ Hubo novios antes de Duhalde? Chicas, váyanse.
-Novio oficial tuve uno.
-¿ No lo volvió a ver? ¿Se conocen? ¿Se convirtió en amigo de la familia?
-No, nada de eso. No sé qué es de su vida.
-¿ Dónde se conocieron con Eduardo?
-Como bañero en la pileta donde yo iba.
- El era bañero.
-Sí. Era un bañero desfachatado. No trabajaba ese verano y se había puesto de bañero en esa pileta para ganar unos pesos. Y yo salía de la escuela de verano y me iba para la pileta para estar toda la tarde. Me iba con mis amigas, que hoy siguen siendo mis amigas, las madrinas de mis hijas. Nos encontrábamos allá.
-¿ Y cómo empezó?
-Se acercó, desfachatadamente se acercó. Nosotros jugábamos a la canasta ahí, en el pasto, y él se sentaba a jugar con nosotros, y a los 15 días éramos amigos.
-¿ Pero no hubo declaración?
-Sí, pero no me acuerdo.
- El, que no hace regalos, y Chiche, que no se acuerda de la declaración.
-No, no me acuerdo.
-¿ Y la primera vez? Ja, ja, ja. No, no te voy a preguntar. Ja, ja, ja.
-Es terrible este hombre, ¿eh?
Texto: Jorge Guinzburg
Fotos: Ruben Digilio
Producción: Pablo Galfre