La cocinera Anita Ortuño nos propuso un encuentro fresco y original para compartir un té con amigos
Que la juventud de Anita Ortuño no haga suponer que estamos ante una cocinera principiante o una anfitriona haciendo sus primeras armas. Anita trabaja con Juliana López May desde hace 15 años: empezó como pasante en su restó, fue y es su mano derecha en sus ramificaciones y progresos (desde programas de TV hasta libros o clases de pastelería en el espacio de Juliana en Tigre), pero también tiene un mundo propio en el que vuela alto. Hoy, a sus 32 años, asesora hoteles, desarrolla productos, se encarga de la apertura de restaurantes (recientemente, el de la gloriosa Casa de Uco, en Mendoza) y participa del programa de innovación del IAE sin dejar de viajar dos veces al año si dan los presupuestos y los tiempos laborales (al margen de que los destinos tienen que pasar el filtro de tener una gastronomía interesante). Por si fuera poco, jamás deja de recibir familia y amigos en su casa. Con abundancia, sencillez y alegría.
“En casa sale mucho eso de que los invitados pidan a la carta. Los tengo malcriados a mis amigos, pero me divierte, es parte de la escena y del juego eso de darles el gusto a todos. Y si bien por lo general recibo de manera informal, también me gusta poner una mesa de etiqueta (son muchos años de trabajo en restaurantes). En cualquier caso, alta o baja, la idea es reunirnos alrededor de una mesa”.
Flores Manchegas
Ingredientes
500 cc. de leche
4 huevos
Anís
350 gr. de harina
Aceite para freír
100 gr. de azúcar
1 cucharada de canela en polvo
Ralladura de 1 limón
Flor de metal (se compra en los bazares)
Procedimiento
En un bol, mezclar la harina junto con el azúcar y el anís. Por otro lado, mezclar los huevos con la leche. Combinar ambas preparaciones y batir hasta que no queden grumos. Se puede hacer en una licuadora. Dejar reposar la mezcla en la heladera.
Mientras tanto, calentar el aceite en una olla.
En un bol mezclar el azúcar, la canela y la ralladura de limón. Reservar hasta último momento.
Cuando el aceite este caliente, sumergir la “flor de metal” en el aceite hasta que esté bien caliente. Retirar y sumergirla en la mezcla. Llevarla al aceite y sostener sin tocar la base de la olla. La masa se despegará sola y se fríe hasta que esté dorada. Repetir el proceso con toda la mezcla.
Una vez listas, espolvorear con la mezcla de azúcar, canela y ralladura de limón. ¡Servir recién hechos!
Torta de queso con zapallos en almíbar
Ingredientes
Para la base:
200 gr. de galletitas dulces de vainilla
70 gr. de manteca
Ralladura de 1 limón
100 gr de nueces picadas
Para el relleno:
2 cucharadas de almidón de maíz
1 y ½ cucharada de agua
400 gr. de queso crema entero
200 cc. de crema de leche
4 huevos
300 gr. de azúcar
Ralladura de 1 limón
200 gr de crema batida con miel para cubrir la torta una vez fría
Para los zapallos:
1/2 kg de zapallo pelado y cortado en cubos (preferentemente, variedad Angola)
90 gr de cal viva (se consigue en corralones)
3 litros de agua
1 kg de azúcar
1 litro de agua
1 rama de canela
Cáscara de 1 limón
Procedimiento
Para la base: Procesar las galletitas a polvo. Mezclar con la ralladura de limón y las nueces, agregar la manteca y formar un arenado. Disponer en la base de un molde de torta y presionar hasta que quede compacta. Dejar enfriar en la heladera hasta que el relleno esté listo.
Para el relleno: Mezclar el almidón con el agua. En una batidora, mezclar el queso crema hasta obtener una pasta homogénea. Agregar el almidón de maíz y el azúcar. Batir, integrar los huevos de a 1, y terminar con la crema y la ralladura de limón. Continuar batiendo hasta que estén integrados todos los ingredientes.
Derramar el relleno sobre la base y cubrir el molde con papel aluminio. Cocinar en horno a 150° durante 1 hora. Apagar el horno y dejar que la torta se enfrié ahí: eso evitará que se quiebre la superficie. Una vez fría, cubrir con crema batida y acomodar los zapallos encima.
Para los zapallos: Diluir la cal en los 3 litros de agua y agregar los cubos de zapallo. Dejarlos sumergidos toda la noche. Al día siguiente, pinchar con un escarbadientes cada cara de los cubos y enjuagar bien.
Por otro lado, poner el litro de agua limpia y el azúcar en una olla y cocinar a fuego medio. Cuando rompa hervor, agregar el zapallo y bajar el fuego a mínimo. Cocinar hasta que estén translucidos y tiernos en el centro.