Por cuarto año consecutivo la UCA forma parte del Rankinq QS que la ubica entre las universidades más destacadas de Latinoamérica. Además, para el próximo año lanza siete carreras nuevas, siempre con el foco puesto en la formación integral de los jóvenes y en el compromiso social.
Con más de 18.000 alumnos en sus carreras de grado y posgrado, además de un plantel de 4.000 docentes, la Universidad Católica Argentina (UCA) se posiciona entre las diez universidades más importantes de la región y primera entre las privadas argentinas del ranking QS. “Es un reconocimiento que nos llena de orgullo”, dice Miguel Ángel Schiavone, su rector.
La universidad obtuvo la calificación a partir de parámetros como la relación de cantidad entre docentes y alumnos, lo que subraya una educación personalizada; también por el reconocimiento a los docentes por parte de los estudiantes y la valoración que hacen los empleadores de los egresados de la UCA que se desempeñan en puestos de empresas públicas y privadas, nacionales o internacionales. “Es una posición que genera el desafío de mantenernos”, asegura Schiavone. En ese sentido, la universidad busca ser pionera y permanecer alineada a las necesidades que surgen en la sociedad. De manera que, para 2023 lanzará siete carreras nuevas vinculadas con el área económica, de ingeniería y con el área de medicina.
Así, la Facultad de Ciencias Económicas incorporará la Licenciatura en Gestión de Negocios del Entretenimiento, la Licenciatura en Economía Empresarial y la Licenciatura en Gestión de Negocios Digitales. Por su parte, la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agrarias brindará la Licenciatura en Ciencias de Datos y la Licenciatura en Biotecnología; por último, la Facultad de Ciencias Médicas empezará a dictar: la Tecnicatura Universitaria en Laboratorio de Análisis Clínicos y la Tecnicatura Universitaria en Hemoterapia e Inmunohematología.
Valores y saberes
La UCA promueve la formación integral de sus alumnos, de manera que no solo forma profesionales sino también personas. Para lograrlo, según detalla su rector, se apoya en cuatro objetivos, “el primero es formar profesionales, no solamente dotados de saberes sino de valores y esto es lo que hace la diferencia. No queremos formar un CEO de una empresa sino un profesional que impacte en la sociedad también por sus saberes blandos”, sostiene Schiavone.
El segundo se enfoca en la búsqueda de la verdad, a través de sus investigadores y científicos; mientras que el tercero se trata de brindar a los estudiantes que no tienen los recursos para acceder a una universidad privada el acceso a través de becas como parte de su responsabilidad social. “Ofrecemos becas a los mejores promedios de las distintas escuelas secundarias, por ejemplo del 50% o 25% y la beca del mejor alumno de cada carrera para el año siguiente. Hay alumnos que cursaron toda la carrera sin pagar nada”, explica el rector.
Y detalla, “el cuarto objetivo es estar presente en el debate de los grandes temas que hacen a la sociedad, esos que permiten valorar la dignidad de la vida humana e involucran a la familia, la dignidad del hombre, la pobreza, la necesidad de una sociedad más solidaria y a una sociedad que valore el medioambiente”, advierte.
Por su parte, la mirada de alumnos y ex alumnos sobre la propuesta de la UCA destaca no solo el conocimiento que reciben sino también el acompañamiento y el apoyo. “Tengo el recuerdo de entrar a la UCA y sentir que era el lugar para formarme porque cumplía todo lo que anhelaba para cursar mi carrera. Los planes de estudio son muy completos, estudiamos todas las especializaciones incluso tenemos talleres prácticos para desenvolvernos en el ejercicio profesional el día de mañana”, señala Valentina Trigona, alumna del tercer año de Abogacía. Agrega además: “contamos con tutores que nos acompañan a lo largo de nuestra carrera tanto en el ámbito profesional como personal, por dificultades económicas, familiares o de salud y nos dan una mano incondicional en todo momento”.
En el caso de Francisco Murray, graduado en Administración de Empresas de la UCA y director ejecutivo en Sistema B Internacional, el paso por la universidad resultó fundamental en su desarrollo laboral. “La UCA me dio la entrada para aprender por un lado, la importancia del rol que juega la empresa en una sociedad pero siempre integrándola con la mirada humana. Durante los años que cursé, recuerdo que se le daba la misma importancia a un tema de la carrera como a uno humano. Me brindó una mirada mucho más amplia y me permitió emprender o trabajar mucho más profundamente acompañando a las empresas para que sean un actor de cambio en la sociedad”, explica Murray, quien también es co fundador de la empresa Páez.
Impulsar talentos
En la UCA, el talento es concebido como una virtud que se desarrolla, en ese crecimiento resulta fundamental la guía de la universidad, así como el acompañamiento de los docentes. En ese sentido, para Schiavone, los talentos son valores que maduran y crecen y se transforman en virtudes que la persona aplica en el quehacer diario. “Para esto hace falta la capacidad de la persona y la ayuda externa que da una institución educativa. La universidad frota la lámpara para que esos talentos emerjan”, dice el rector de la UCA.
Por último, subraya el compromiso social que está presente en esta casa de estudios a través de las actividades de extensión. Por cada carrera existe una materia que tiene actividades de extensión, es decir donde el alumno toma contacto con diferentes realidades sociales. Por lo general, todas las actividades se centran en una zona o barrio para así lograr un impacto.
“Es importante preparar al alumno en el aula para que sepa qué es lo que va a ver, qué es lo que tiene que hacer y cómo puede ayudar a modificar las distintas realidades con las que se vincula. Estas actividades que llamamos aprendizaje en servicio tienen que servirles tanto al alumno y como a la comunidad”, enfatiza Schiavone.
La UCA se propone así como un ámbito donde los estudiantes no solo adquieren saberes o investigan, sino donde se preparan para la vida. “Formamos no solo un profesional sino un ser humano virtuoso que, por supuesto, tiene saberes pero es un experto en humanidades”, concluye su rector.
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