Sus obras incluyen joyas, accesorios, objetos únicos y grandes esculturas. Cada pieza cuenta una historia, en cada una hay un atisbo de naturaleza y una elegancia subyacente. Con variedad de materiales y técnicas, el arte de Julio Pérez Sanz se resignifica en los ojos de cada observador.
"Cuando tenía 5 o 6 años, mi prima Sara me pidió joyas para sus muñecas. Así, con alambres de cobre extraídos de los cables de electricidad y piedras recolectadas, vidrios traídos como tesoros de la playa y algunas sales que usaban en casa para la pileta construí mi primera colección de joyas", cuenta el artista, que cursó estudios en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, en las escuelas nacionales de Bellas Artes Manuel Belgrano y Prilidiano Pueyrredón, y posteriormente en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Rosario. "El jardín -agrega- siempre fue una fuente inagotable de inspiración, compartir el perfume de una flor, un color, una textura, una forma, una dimensión y utilizarlos como disparadores de una nueva construcción".
Julio Pérez Sanz abrió su primer taller de escultura en metal en 1966 y elaboró allí objetos decorativos y obras en pequeños formatos para la casa Domus. Viajó por distintos países de Europa; en España asistió a cursos en el Real Colegio de San Fernando y diseñó colecciones de joyas para la casa Loewe. A partir de 1973 se instaló en Rosario para trabajar en objetos de arte, esculturas y diseños de joyas. En los años noventa dio clases en la carrera de Diseño Textil e Indumentaria en la UBA. Más tarde presentó exposiciones de esculturas en museos y galerías del país y del exterior. PEREZ SANZ Inc. fue fundada por Julio Pérez Sanz y su hijo Luciano Pérez, para la venta de piezas únicas, con alto valor estético.
-¿Cómo es el proceso de diseño?
-Creo que, en la vida, lo que uno hace es la representación de su interior. Sensaciones, miradas, experiencias, humor, todo deja su presencia. Soy un apasionado por los objetos, vivo rodeado de ellos y los uso de inspiración, de base para una nueva metáfora, un referente de acuerdo con la premisa o necesidad del momento. Creo que los objetos conviven con quien los usa y se cargan de sentido, la forma de usarlos, de vivirlos y compartirlos con los otros; es en la simbiosis entre el objeto y la persona que lo usa donde ambos brillan.
-¿Qué papel tienen los materiales en los diseños?
-Los materiales producen su propia energía; estar jerarquizados o no depende del manejo, de técnicas ancestrales o de nuevos mecanismos tecnológicos, distintas interacciones hacen al enriquecimiento de la pieza. Soy ecléctico en la elección. Voy desde metales, piedras, reciclados, algún material que en sí es común –como el granito– y que a través del trabajo se vuelve algo lujoso. En la búsqueda de materiales soy fiel cuando algo me llama la atención, y el diseño actúa como una respuesta a una necesidad. Los objetos cuentan una idea, la perfección no es la meta.
-¿Tenés alguna rutina de trabajo?
-Los horarios fueron cambiando según las necesidades, pero siempre me gustó la mañana, "la luz natural". Con los años siempre me ha dado resultado algo que me inculcaron: descansar bien, alimentarme sanamente y con horarios, hacer ejercicio, estar un poco informado con libros –que siempre amé–, disfrutar de la música y del contacto con la naturaleza, plantas, animales, insectos, brisa fresca en la cara, amanecer, llovizna, sol, arco iris, jardín. Que se sienta la energía que hemos puesto en cada pieza.
-¿Podría decirse que PEREZ SANZ tiene también un matiz social?
-Con la experiencia y los años de enseñanza comprendí que capacitar a personas en las técnicas y la comprensión de los materiales era fundamental; así, las técnicas y destrezas de quienes las emplean perdurarán en el tiempo. Un esfuerzo en dar trabajo y enseñar a lo largo del tiempo ha dado sus frutos y fue creciendo en lo que hoy se ve reflejado en PEREZ SANZ, una red social de personas y talleres que, junto con el taller matriz, estudio atelier, brinda trabajo a muchas familias. La intención es llevar el trabajo a un nivel de calidad social, donde se entrena la dedicación, la paciencia, la destreza, aprendiendo la técnica en cada tarea y donde el amor por el hacer y la curiosidad son las semillas que guían y dan vida a los productos.
-¿Algunos de los trabajos que recordás especialmente?
-Los trabajos van desde joyas y accesorios de moda, que han llegado a diversos lugares del mundo, pasando por objetos decorativos con toques de gracia y donde la fauna y la flora siempre están presentes, hasta obras de gran escala para formar parte de instalaciones en espacios abiertos. La obra "Paisaje" fue seleccionada como regalo de la Argentina a Brasil, para la primera bienal del Mercosur en el Parque de la Marina en Porto Alegre, que hoy en día permanece allí, junto con obras de Hernán Dompé y Enio Iommi.En el Palacio Duhau de Buenos Aires hay esculturas que quedaron de manera permanente.
-¿Cómo fue el encuentro con el espacio que hoy es tu taller, casa y jardín?
-En el año 2000, cuando me mudé de Rosario –donde viví 30 años– a Buenos Aires, mi amiga Josefina Robirosa me dijo que tenía un lugar que era para mí. Fue taller de Jorge Michel; Pablo Larreta dejó también sus huellas, entre otros; y allí me instalé. Luego adquirí un terreno contiguo, donde hoy es mi casa y el jardín, corazón y nexo entre la casa y el taller.
-¿Cómo es tu vínculo con la naturaleza?
-Recuerdo a mi abuela con dedos verdes.En mi casa, desde pequeño, siempre se llamó a las plantas por los nombres científicos, con lo cual, el mundo de la botánica y el paisajismo siempre estuvieron muy presentes. Y hoy se ve también en mi jardín con palmeras y helechos, que es un verdadero oasis urbano.
-¿Cómo describirías tu jardín?
-El jardín no podría haber sido como es sin la ayuda de mi amigo Gabriel Alcaide, experto paisajista que en los comienzos del armado me dio la posibilidad de conseguir y ubicar los ejemplares, tomar las mejores decisiones de trasplante y poda. Si tuviera que comparar mi jardín con una forma geométrica diría que tiene que ver con el círculo. El transcurrir tiene que ver con la vida, con la sorpresa diaria de descubrir todos los días algo, un brote, un pimpollo, un fruto, maravillosas formas de hojas. La oportunidad de una fuente inagotable de estímulos. Al observarlo se evidencia el paso del tiempo y la constante de cada estación. Estamos de paso por la vida. ¡Esta es la oportunidad!
- www.perezsanz.com
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