Una troupe de actores, músicos de distintos géneros y personajes del off porteño integran La Joven Guarrior, que en Perros de la belleza combinan la tragedia y el humor con alta facilidad.
Por Alejandro Lingenti
Perros de la belleza es, al mismo tiempo, un concierto, un espectáculo teatral y un experimento social. Lo aseguran los integrantes La Joven Guarrior, banda con 10 años de trayectoria en el under porteño, tres discos ya editados y uno en proceso de preparación que verá la luz este año.
En sintonía con un estilo que viene depurando con paciencia y dedicación, el nutrido grupo de artistas que forman parte de este particular proyecto (son 14 músicos en escena) se vuelve a transformar en una colorida galería de personajes cuando pisa el escenario, en esta oportunidad con el aporte clave de Juan Parodi, ganador del Premio ACE 2014 al mejor director de teatro alternativo por Mau Mau, o la tercera parte de la noche.
Parodi ayudó a consolidar la puesta en escena de un espectáculo que tiene como pilares el humor y las buenas canciones. “La alianza con Juan ha logrado que la búsqueda de conseguir un discurso teatral en un concierto de música en la que venimos trabajando hace 10 años adquiera ahora una dimensión nueva”, dice Lautaro Pane, uno de los miembros originales de La Joven Guarrior. “Para nosotros es estar viviendo un sueño. Es como si no hubiera cambiado nada y hubiera cambiado todo. Como si el cuidado y la mirada de Juan hubieran sido determinantes para que una lista de canciones se convirtiera en otra cosa”.
En Perros de la belleza –que ya tuvo funciones en el Centro Cultural Caras y Caretas y en Cine Teatro Plaza de Mendoza y en julio recalará en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti (los días 8 y 9 de este mes)– hay más artistas invitados: el cineasta santafesino Iván Fund (codirector de Los labios con Santiago Loza) filmó un cortometraje que forma parte del espectáculo, lo mismo que el poema “Perros de la belleza”, de Fabián San Miguel. Todo confluye en un show de una hora y media de talante catártico y festivo.
Mientras tanto, La Joven Guarrior cocina su nuevo disco, sucesor de “la trilogía revisionista” conformada por Semana Santa (2008), La conquista del desierto (2010) y Las invasiones inglesas (2013). Con la experiencia que sumó en los más de 150 shows que llevan realizados en todo el país, la banda se afirma en la apuesta a la heterogeneidad: si en Semana Santa las canciones eran acústicas, suaves, melancólicas y puntuadas rítmicamente por una percusión atípica (apenas un bidón de agua), ya en La conquista del desierto se incorporaron más instrumentos (vientos, sobre todo) para dar rienda suelta a un eclecticismo que explotaría definitivamente en Las invasiones inglesas. “Se terminó la etapa acústica, ahora viene una era de guitarras eléctricas y sonido más potente”, adelanta Pane sobre el nuevo material.
“Nosotros tenemos, por un lado, un camino discográfico. Y por el otro, los shows, que son las representaciones en vivo de esas canciones”, explica Lautaro. “Hay algo ambivalente entre el grupo musical, con las mañas de los músicos, y la compañía de teatro, con las mañas de la gente de teatro. Y el humor está siempre muy presente. Obvio que ese humor es el resultado de una decisión consciente. Pero también hay algo inevitable, por las personalidades que tenemos los integrantes de La Joven Guarrior. Aparece más en los conciertos que en los discos porque juntos funcionamos como una troupe extraña de actores, músicos de distintos géneros (rock, tango, experimentación) y gente del off más profundo de Buenos Aires que sabe combinar la tragedia y el humor con bastante facilidad. Como todo grupo en el que hay más de dos varones, gobierna la inmadurez. Nuestros comportamientos pueden ser muchas veces soeces y un poco estúpidos. Y eso es inevitablemente gracioso”, sostiene Pane. Pero hay un revés de esa trama cómica que persiste en el espíritu de La Joven Guarrior, una faceta más sombría muy bien sintetizada en la poesía de San Miguel: “Somos una fotografía en blanco y negro/ con el deseo en nuestra mirada perversa/ como la presencia misma de la vida/ un perro mojado en medio de la calle/ con una tétrica sonrisa/ diluyéndose en su hocico”. Versos para reír y también para llorar.
La Joven Guarrior presenta Perros de la belleza, en el Centro Cultural Haroldo Conti, Av. del Libertador 8151, Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex ESMA). Sábado 8 y domingo 9 de julio.
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