Las dudas más frecuentas sobre el gym

¿Te referís al colgajo que todas tenemos cuando pasamos los 30? Es el famoso tríceps, y es muy normal.Pero ya sabemos que para fortalecer los músculos hay que moverlos y usarlos. ¿Cómo? La clásica es tener en casa botellitas con arena o agua para ejercitarnos o hacer flexiones de brazos. En pilates se entrenan mucho los brazos con poleas, trabajando específicamente el "salero", es súper recomendable,

Si estás buscando una nueva disciplina, lo mejor es anotarte en algo que te guste mucho y en lo que uses tus brazos para sostener tu cuerpo, por ejemplo, danza aérea (especialmente con telas), danza del caño o remo. Si después de 2 meses de práctica no te liberás del salero..., ¡contame!

Te cuento que casi siempre los dolores intensos de cintura (es decir, espalda baja y zona lumbar de la columna vertebral) se deben más a falta de fuerza que de elongación. Por lo general, es falta de tonicidad en los abdominales y en los paravertebrales (que son los músculos encargados de sostener la columna). Por eso, lo mejor es trabajar para ganar fuerza en esa zona de tu cuerpo y también, al finalizar, elongarla.

Por otro lado, no descuides tu postura, cada vez que te sentás, hacelo sobre los huesitos de la cola (isquiones) manteniendo erguida tu columna. Evitá achancharte en la silla redondeando toda tu espalda como una gigante C.

Es natural que tengas ganas de invernar, nos pasa a todas, pero ¿sabés qué? Cuanto más te movés en invierno, más circula la sangre en tu cuerpo, menos frío tenés y, por ende, más energía. Si no lográs salir de tu casa, hacé algunos ejercicios con tutoriales de YouTube, hoy en día hay muchísimos. Si no, aprovechá a caminar cada vez que puedas.

También pueden juntarse con varias amigas y contratar una profe a domicilio de algún baile que les guste, ¡no tienen la excusa del frío y después aprovechan para tomarse un té juntas!

El estar seria y no hacer muchas muecas quizá nos ayude a no arrugarnos, pero lo paradójico es que el mover mucho nuestras facciones nos ayuda a mantener la tonicidad. Por ejemplo, expresar tus emociones con la cara, mover la boca y los ojos exageradamente, incluso besar intensamente trabaja muchísimos músculos del rostro.

Es natural sentir temor, pero también es importante trabajarlo. Ser mamá ya desde el primer día de embarazo es trabajar nuestros temores. Todo a tu alrededor puede provocarlos, pero lo importante es saber que la vida no es tan frágil y tu cuerpo tampoco. Si venías haciendo ejercicio, siempre y cuando no sea de alto impacto, como saltar, correr o cabalgar, podés seguir haciéndolo tranquila, quizá bajando un poco el nivel de exigencia. Y si querés empezar algo, lo ideal es eutonía, esferodinamia o yoga para embarazadas