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 • HISTORICO

Lo prometido es deuda




...Y hoy me toca contarles de qué trabajo en París.
Atrás quedaron los días en la oficina, las reuniones, el grupo de gente que tenía a cargo y la comodidad de mi escritorio. En París soy serveuse o bueno, un intento de ello. Trabajo en un restaurante argentino. Mi jornada laboral es de 5 o 6 horas y comienza a las 19 hs. Toooodo el día libre para hacer lo que me plazca. Esto SI que es un cambio.
No me puedo quejar, el dulce de leche, el mate, las empanadas, la carne y el vino argentino acá son moneda corriente, y hacen que me sienta como en casa.
¿Cómo hago para trabajar sin hablar francés? Porque básicamente no hablo jaja. Bueno, hablo pero muy poco. Me ocupo de entregar las cartas cuando llega la gente, de servir y retirar los platos de las mesas, fajinar copas, etc.
A veces los clientes se dirigen a mí y entiendo lo que me dicen y muchas otras veces no distingo ni una palabra. Pero por el momento todos fueron muy amables conmigo, jamás nadie me hizo sentir mal por no hablar francés. Al contrario, a veces tratan ellos de hablarme en español o en inglés.
El grupo de personas con las que trabajo son argentinos o franco-argentinos por lo cual hablan español. Es genial porque puedo comunicarme con ellos fácilmente para trabajar, pero a la vez esto hace que no practique mucho el francés.
Importante: en Francia una vez que estás empleado debés presentar tus datos bancarios para que el empleador te deposite el sueldo. A diferencia de Argentina, en donde la empresa es quien se encarga de abrirte una caja de ahorro o ‘cuenta sueldo’, acá es responsabilidad de uno asegurarse de tener dónde cobrar el dinero. Dato adicional, según sea el contrato de trabajo las empresas tienen la obligación de reembolsar el 50% o una parte de tus gastos en viáticos.
París está muy bien conectada por el metro, se puede pagar el abono mensual del pase Navigo, algo así como nuestra SUBE, según las zonas que utilizás varía la tarifa pero por lo general es de unos 67 euros el mes y la usas de manera ilimitada.
Llegué a la conclusión de que no bastaba con cambiar de escenario, ¿estaría feliz en París trabajando en una oficina atornillada a un escritorio de 9 a 18 hs? Esto es algo totalmente diferente a lo que estaba acostumbrada en Buenos Aires, pero creo que también de eso se trata esta experiencia, de vivir cosas nuevas y aprender con el cambio.
¡Hasta el próximo miércoles!
Juli

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