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 • HISTORICO

Los 3 primeros pasos para emprender que vale la pena recordar siempre


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Carolina Brinusio, directora y fundadora de DOS RH, una consultora de Recursos Humanos y comunicación, nos invita hoy a realizar un ejercicio para las que están arrancando a emprender.
"Todo lo que una persona puede imaginar, otros pueden hacerlo realidad." Julio Verne
Tener ideas y proyectos en la cabeza y encontrarse en un estado de ideación creativo está buenísimo por un tiempo, pero puede llevarte a sentirte abrumada o saturada y generarte un momento de quiebre en el que no sepas por dónde arrancar. Una gran forma de salir adelante es elegir un cuaderno que te guste y empezar por este ABC que será tu termómetro para tu proyecto.

El propósito

Significa ¿por qué hago lo que hago? ¿Qué quiero lograr? ¿Qué sentido tiene mi proyecto? Es tu Norte, es saber qué quiero dejar.
Lo experimentás como una sensación interna que te llama a hacer algo con significado, algo que verdaderamente te llene. Algo que no solo te beneficie a vos, sino a otros.
Es tu valor agregado, porque puede haber muchas otras personas que hagan lo mismo pero tu propósito es lo que te va a guiar siempre. Es como una brújula, que te guía y se enciende esa alarma cuando te estás desviando del camino. Es tu intención, es decir son tus motivaciones, tus pasiones, tus propios valores y tus deseos. Por todo esto es súper importante intencionar con convicción y hacerlo consciente.

Misión

Una vez que ya tenés bien pulido ese propósito ahora viene la segunda parte: ¡el hacer! Es lo que yo llamo ejecutar, actuar, acciones, pasos a seguir. Y si te sirve podés hacer un plan inicial con cierta proyección a futuro estimando tareas y tiempo, existen aplicaciones donde podés planificar. Yo uso uno que se llama Trello.
La misión yo la imagino muchas veces construyendo una casa, donde tenés que ir poniendo ladrillo por ladrillo. Aquí se pone en juego la voluntad, sin ella no hay acción y, como me dice alguien que me guía: ¡no sueltes el sueño! Porque muchas veces te vas a sentir cansada, y está bueno permitirte sentir que querés tirar todo por la ventana de vez en cuando, pero recordá siempre esa brújula.
Otro tema no menor es que la misión es dinámica, es decir que ese hacer tiene que ser flexible e ir actuando en base a los imprevistos, teniendo cierta cintura para dar un volantazo si hace falta. La buena noticia es que siempre vas a ir encontrando distintas maneras para lograrlo, aprendiendo desde el error y haciendo poco a poco.

Visión

Es la realidad que te gustaría construir con tu proyecto. En palabras más concretas: la imagen. Significa proyectar a largo plazo. Pregúntate: ¿qué te gustaría que dijeran del proyecto? A modo de ejemplo, pensá en cuando nombras una marca y automáticamente te sale de manera natural una palabra, emoción o sensación. Bueno…. es por ahí. Es entender y trabajar en como posicionarte. Es la imagen de tu proyecto relacionado al entorno, a tus clientes, al mundo.
Con estas tres puntas el proyecto cobra sentido y se sostiene, para que puedas ir construyéndolo y consolidándolo constantemente.
¡No te olvides de hacer todo lo que creas necesario y posible para concretarlo!

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