Los alimentos orgánicos cambian los hábitos
Ya no son buscados exclusivamente por naturistas, sino también por la practicidad de recibir el pedido en casa
El cajón llega, cada tres semanas, a la puerta de su casa. Nunca sabe muy bien qué va a encontrar dentro de él, aunque a estas alturas ya intuye que, por la época, probablemente, no traerá tomates, pero seguramente la acelga estará en su punto justo y, combinada con queso, le asegura una exquisita tarta para los próximos días. Juan Diego Brodersen tiene 26 años y desde que se fue a vivir solo compra un cajón de verduras orgánicas que le dura unas tres semanas. Paga $ 90 y para que le rinda se organiza con la comida: primero consume las verduras de hojas y después las hortalizas.
Juan es uno de los miles de argentinos que se sumaron a la saludable moda de lo orgánico, que como todas, tiene sus secretos: la adoptan familias amantes de lo natural que se organizan para la compra y van a mercados especializados -este fin de semana, hay dos: Buenos Aires Market, en Palermo, y otra más exclusiva en el Hyatt- y otros, como Juan, que viven solos y la eligen por la practicidad de recibir el pedido en su casa.
Juan no puede elegir la caja, pero ése no es un problema para él. "Me adapto a lo que traen, que al ser orgánico, está sujeto a la temporada. Me encantan todas las verduras, no tengo problema con ninguna. Los rabanitos no me matan, pero, si vienen, los como igual -reconoce Juan-. Tal vez para alguien que no sale del tomate y la lechuga no es conveniente. Incluso para una familia tampoco lo sea por las cantidades que consumen, pero a mí me rinde mucho", asegura Juan, que conoció el sistema por un amigo y lo adoptó enseguida.
De todas maneras, él reconoce que no es un fanático de la movida orgánica. De hecho, lo único orgánico que consume son las verduras: "Esto lo hago más que nada por conveniencia, me traen el cajón a casa desde una huerta cerca de La Plata y no me cobran el envío a la Capital. Si el cajón aumenta y ya no me cierra económicamente, me voy a una verdulería", anticipa.
Marisa Ledesma, en cambio, sí es una fiel cultora de la onda natural desde hace más de diez años. Todas las semanas compra el kit de 15 o 20 productos de La Orgánica -por el que paga entre 115 y 180 pesos- y organiza el menú según el tiempo de maduración de las verduras. Con esa compra comen ella, su marido y su hija una semana.
"Como las hojas se pudren más rápido es lo que primero uso. Pero para que duren más no bien me llega el pedido, las lavo y las meto en bolsitas herméticas que van a la heladera. Y así armo el menú, según lo que hay -dice-. Pero elijo qué comprar, no me gustan las cajas que vienen prearmadas. Compro en función de los gustos familiares."
Vera Flener es madre de tres hijos que van a una escuela con pedagogía Waldorf, separa la basura y tiene un compost en el jardín de su casa con el que produce abono para las plantas. Y claro, todas las semanas hace el pedido que contiene muchas verduras, muy pocos lácteos y algunos huevos a La Pasionaria, un almacén que vende y reparte a domicilio, desde hace 20 años, sólo productos orgánicos.
"Yo no utilizo la técnica del cajón o cajita saludable, como la llaman algunos. No me cierra que te manden lo que ellos quieran y no lo que vos querés. Hago el pedido con lo que quiero consumir y las cantidades que necesito, aunque, obviamente, me adapto a lo que tienen porque sólo venden productos de estación."
Cuando Vera empezó a comer alimentos orgánicos, hace más de cuatro años, la diferencia de precio con los que no tenían ese sello era abismal. Pero hoy, con la inflación, la brecha se achicó mucho.
"En verduras y frutas, la diferencia no es tanta; de hecho, sale casi igual. Sí lo es en lácteos o huevos. Un litro de leche orgánica ronda los trece pesos, y una docena de huevos, veintipico -explica-. Pero como yo no los consumo tanto no me preocupa y, además, vale la pena pagar un poco más porque evitás la manipulación que hacen de esos alimentos."
La explicación de que ya no hay diferencia de precio entre verduras y hortalizas orgánicas y no orgánicas para muchos radica en que como se consumen sólo lo que es de temporada se evitan pagar precios desorbitantes por aquellas que, como no son de época, se pagan mucho más. Otra teoría es que, entre los cultores de lo orgánico, se respetan las normas del comercio justo, que prohíbe, entre otras cosas, la especulación.
En Tallo Verde, una empresa nacida en 2004 que se encarga de todo el proceso, desde plantar la semillita hasta llevar el pedido hasta la puerta de la casa, la clientela fija se duplicó en los últimos años. Empezaron ofreciendo cajas ya armadas, pero pronto se dieron cuenta de que era la gente la que quería decir qué poner y el 95% arma las cajas, que van desde los $ 102 hasta los $ 150.
"Hay unos ocho mil clientes registrados y la mitad hace pedidos en forma regular. Tenemos desde el fanático que compra sólo orgánico hasta el que nos elige por la calidad y sabor del producto. La gente empezó a entender lo bueno de comer sano y de colaborar con el medio ambiente sin tener que pagar de más, porque muchos hacen números y hoy no hay tanta diferencia con lo que se gasta en la verdulería", dijo Carlos Marro, socio fundador de Tallo Verde.
La practicidad, la salud, la equiparación de precios y también el sabor de los productos son las razones por las que cada vez más gente se suma a la movida orgánica.
Ledesma lo resume bien: "La calidad de lo que uno consume se ve en la energía que tenés. Cuando vienen amigos a comer a casa, se sorprenden del sabor. Me dicen: «¡La lechuga tiene gusto!» No lo pueden creer. Y muchos se terminan enganchando con lo orgánico, más cuando se dan cuenta de que ya no es tanto más caro".
UN FIN DE SEMANA VERDE
Buenos Aires Market
Hoy y mañana, en los Bosques de Palermo (Avda. Libertador y Sarmiento) se realizará la quinta edición de Buenos Aires Market.
En el Palacio Duhau
Feria de productos naturales en los Jardines del Palacio Duhau Park Hyatt (Posadas 1350). Mañana, de 11 a 16. Entrada: 100 pesos.