Ocurrió quizás en el momento más demandante de su carrera profesional. Como responsable del área de Marketing y Comunicación de una reconocida marca de indumentaria, una época de estrés, híper exigencia, trabajo y vida social muy activos, llevaron a Piqui Méndez a experimentar una evidente desconexión con su cuerpo y sus emociones que desencadenó en un "burn out".
Tenía 25 años y comenzó a sufrir gastritis. Los médicos no encontraban solución a su malestar. Y así, entre consulta y consulta, recurrió a todo tipo de protectores gástricos. Eso no era todo. Piqui también padecía insomnio. "Probé infinidad de terapias, desde medicina tradicional, el Arte de Vivir, meditación, yoga, astrología y miles de otras alternativas. De todo eso fui aprendiendo y llevándome lo que me servía", recuerda.
El cambio se dio de la mano de algunas amigas que estaban inmersas en el mundo fit. Especialmente de una a la que, de pronto, le dejaron de interesar las papas fritas empaquetadas. ¡Algo impensando para ella en ese momento! Curiosa por naturaleza, Piqui quiso indagar en esa dieta fit que estaba recién surgiendo en Argentina. "Fui a un especialista que me dio una dieta súper estricta y una rutina de gimnasio que cumplía a rajatabla. Era una dieta basada en un cálculo específico de macronutrientes (acordes a un objetivo), y eliminaba muchos de los productos procesados que yo solía comer. Estuve un tiempo con ese estilo de vida... ¡hasta pesaba la comida! Pero me empezó a dar fiaca porque esa rigidez no tenía tanto que ver conmigo. ¡Pero algo bueno pasó... me sentía bárbara! No tenía más gastritis, lo que para mí resultó la solución a casi todos mis problemas. Entre varios cambios, eliminé productos procesados, cocinaba casi todas las comidas, pero por sobre todas las cosas, empezaba a ser consciente y a escuchar a mi cuerpo".
Durante su infancia, Piqui siempre había comido de todo y casero. Su mamá cocinaba todas las comidas: muchos vegetales y también carnes roja, pollo y algo de pescado, cereales y legumbres. Comida real pero también varios productos ultraprocesados. "En mi adolescencia y juventud eran infaltable mi café con leche y galletitas, o el pan con manteca y azúcar. Ni hablar de que era fanática de las pastas y las tortas. Alguna que otra vez también consumía papas fritas y gaseosas, aunque solo para eventos especiales. Pero no era consciente de cómo me alimentaba. Ya más adelante quise empezar a elegir los alimentos de forma más saludable y caí en las garras de las modas low fat, las milanesas de soja y los postrecitos bajos en calorías".
Siguiendo el nuevo plan de alimentación que le habían propuesto y entusiasmada por su nueva forma de vida, Piqui comenzó a investigar, a aprender y entender mucho más sobre alimentos. Poco a poco fue incorporando nuevos hábitos, nuevos sabores, y a identificar cómo no solo la alimentación repercute en la forma en que uno siente físicamente, sino también en cómo se sentía emocionalmente. Ese fue el gran impulso para elegirlo como estilo de vida y en esa búsqueda descubrió el Health Coaching, que reunía todos sus intereses.
Estómago y cerebro
Piqui fue por más y se formó en el Instituto para la Nutrición Integrativa con sede en Nueva York, Estados Unidos. Allí cursó un programa de capacitación como entrenadora de salud. "Mi paso por ese centro marcó un antes y un después en mi vida. Hoy siento un gran bienestar físico y emocional que lo traduzco en haber superado los problemas digestivos, regularizado los ciclos del sueño, y tener energía sostenida durante todo el día, entre muchas otras cosas. El mejor resultado es haber logrado un balance en las distintas áreas de mi vida".
Con esfuerzo y dedicación, Piqui obtuvo su certificación como Health Coach, una guía que ayuda a incorporar hábitos para mejorar la salud y bienestar a largo plazo. "Estamos acostumbrados a ir al médico cuando nos sentimos mal. Pero, el hecho de no estar enfermos no significa que estemos saludables y con la energía que requiere nuestro cuerpo. A veces hasta nos parece normal o nos acostumbramos a sentirnos mal o molestos. Un Health Coach brinda las herramientas y acompaña a las personas en el proceso de aumentar su bienestar y felicidad. Y para esto se tienen en cuenta tanto la alimentación como también otros aspectos de nuestra vida que impactan en nuestra salud: la actividad física, la espiritualidad, la carrera profesional y las relaciones interpersonales", aclara.
Piqui asegura que la dieta ideal para todos no existe. Lo que sí existe es la dieta ideal para cada persona. Acá entra en juego la bio-individualidad: lo que funciona para uno, puede no funcionar para otro. "Y lo que me hace sentir bárbara hoy tal vez más adelante ya no, y viceversa. El foco está en aprender a escuchar a nuestro cuerpo, que es una máquina súper inteligente que nos da mensajes continuamente. En el Instituto nos enseñaron acerca de más de 100 dietas (macrobiótica, raw, paleo, vegana, entre otras), pero lo importante es encontrar la dieta que se ajusta a cada uno".
Los ingredientes ideales para cada uno se encuentran con un poco de investigación. Sólo se necesita información para saber elegir y no dejarse hipnotizar por un packaging que diga "natural o saludable". Cada vez hay mayor conciencia sobre la importancia de tener una buena alimentación, entonces cada vez hay más ferias orgánicas, restaurantes saludables, dietéticas; hasta los supermercados están incorporando muchos productos orgánicos.
"En mi trabajo, además, me baso en dos ejes fundamentales, la alimentación primaria y la alimentación secundaria. Muchos clientes vienen con objetivos relacionados con la alimentación secundaria, es decir, la nutrición propiamente dicha: bajar de peso, trabajar los antojos, comer mejor. La idea es trabajar también en la alimentación primaria (las otras áreas que hacen a una vida saludable como la carrera profesional, la espiritualidad, el ejercicio físico y las relaciones), que como consecuencia, mejora en bienestar general. Considero que todo está íntimamente relacionado".
Así, el viaje hacia su interior le permitió no solo alcanzar el bienestar físico, sino integrar sus pasiones. Por un lado, a través de los programas personalizados de coaching acompaña y ayuda a las personas con la alimentación, los hábitos y el estilo de vida, motivándolas y dándoles herramientas para que puedan ser más conscientes y así generar y mantener los cambios. Por otra parte, da charlas y talleres, brinda asesoramiento y está involucrada en un Mastering Health Coach con sede en Argentina para todo el mundo. Como si fuera poco, a través de mi Instagram @piquimendez comunico toda esta tarea y trabajo junto con Avia Argentina, con asesoramiento en lo relacionado al bienestar entre el cuerpo y la mente.
"Cuando cambiás a un estilo de vida saludable te empezás a sentir diferente. Mientras mejora tu alimentación, mejoran también todas las células de tu cuerpo y eso se traduce en un gran bienestar. La clave está en tomar conciencia. Es el primer paso para lograr bienestar. Con pequeños cambios, y de a uno por vez, incorporamos hábitos para toda la vida que verdaderamente valen la pena".
Camino, no destino final
Los consejos de Piqui para una alimentación cada vez más consciente:
- La alimentación saludable es un proceso, no es un destino final. Se puede comenzar desde donde uno esté. No hay que subestimar el valor de los pequeños pasos. El objetivo es acompañar el proceso con paciencia, compasión y amor.
- El foco debe estar puesto en incorporar y reemplazar más que en sacar. Aunque alguien coma milanesas, papas fritas, pizza y panchos y a esas comidas le agrega una ensalada, va a estar haciendo un montón por su salud!. A medida que se incorporan alimentos naturales, el cuerpo va dejando de lado los que no están tan buenos.
- Comer comida real. Es esa comida de verdad, aquella que no tiene lista de ingredientes. Frutas, verduras, cereales, legumbres, semillas y frutos secos. Si un producto está formado por ingredientes que uno no conoce, el cuerpo menos los va a reconocer.
- La organización y la practicidad son clave: cocinar en cantidad, ya sea un menú completo o diferentes ingredientes que se pueden combinar luego en distintas recetas. Si son dos en la casa, se puede preparar comida para 4 (que lleva casi el mismo tiempo) y así queda algo para al día siguiente o el freezer. A esto se llama "batch cooking" La otra opción es el "meal prep" que consiste en tener todos los ingredientes ya listos, se hace una vez (verduras cortadas, cereales y legumbres hervidos, pollo/carne cocinada, etc) y después hacer un mix & match para lograr diferentes platos.
- En general, si se comen muchos productos ultraprocesados y empaquetados, el cuerpo está acostumbrado al exceso de endulzantes, sal y resaltadores de sabor, entre otros aditivos. Y, si bien es cierto que hay que acostumbrar el paladar al sabor natural de los alimentos, no hay que comer nada que no guste. La alimentación saludable no tiene que ser una tortura. Hay muchas opciones, por suerte cada vez más, y la idea es disfrutar de la comida. El hecho de disfrutar una comida hace que esta sea mucho más nutritiva.
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Si viviste alguna experiencia que mejoró tu bienestar y calidad de vida (puede ser médica, alimenticia, deportiva, un viaje, sentimental, profesional o de otra índole), y querés compartirla en esta columna, escribí a bienestarlanacion@gmail.com
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