Mantener una rutina saludable y sin excesos
Se nota que el mensaje está llegando. Cuando veo la cantidad de gente caminando y andando en bicicleta por la península, cuando me encuentro con el hecho de que del año pasado a este se duplicó el número de personas que asisten a las clases de gimnasia que desde hace 30 años doy en Enjoy Punta del Este, me pongo contento: se nota que el mensaje está llegando.
Si bien forma parte de nuestra cultura asociar las vacaciones con el exceso –comer y beber sin control, trasnochar hasta la exageración, exigirse en las actividades físicas–, cada vez son más los que no están dispuestos a tirar por la borda todo el esfuerzo que pusieron durante el año para lograr mantenerse una rutina de entrenamiento.
Y los sitios de veranos también hacen su parte: con una oferta cada vez mayor de actividades físicas tanto en la playa como en los hoteles, se puede elegir de una gran abanico de posibilidades, de entre las cuales seguro hay una que se adapta a los gustos de cada uno. De ahí que a nadie sorprenda ya encontrarse con clases de zumba o encuentros de meditación en la playa.
Todo sea porque ese primer paso que se dio durante el año (o durante al anterior o incluso antes) para salir del sedentarismo y de los problemas para la salud que se le asocian sea acompañado por nuevos pasos que permitan que las vacaciones también sean un espacio en el cual sentirnos bien con nuestro cuerpo.
Es que de lo que se trata no es de lograr cuerpos musculosos ni curvas dignas de photoshop, sino de encontrar una actividad física que sea sostenible en el tiempo, permitiéndonos una mejor calidad de vida. Pero para que una actividad física se sostenga en el tiempo, no solo tiene que gustarnos, sino que conviene practicarla en forma moderada, para evitar no solo lesiones, sino que para que la sobreexigencia o nos juegue en contrar y nos aburra.
Hay que generar el hábito de movernos, y una vez que ese hábito está instalado, conviene seguirle el paso. De ahí que cada vez sean más los que incluyen dentro de su plan de vacaciones espacios y momentos para seguir poniendo el cuerpo en movimiento. Más los que optan por mantener hábitos alimentarios y de sueño compatibles con el bienestar. Se nota que el mensaje está llegando. Y eso me pone muy contento.
Entrenador físico certificado; su más reciente libro es Un camino sin excusas