CURIOSIDADES. Maradona es un sello
La filatelia, un homenaje y un récord más para el Diez: ningún argentino ha aparecido tanto y en tantos países como él en las estampillas
Ni Carlos Gardel, ni Juan Domingo Perón, ni Evita, ni el Che Guevara, ni Juan Manuel Fangio. De Diego Maradona y su patentado poder hipnótico de atracción se trata. Consecuencia directa de haber sido el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos, él cargó sobre sus espaldas con una mochila de increíble resonancia: ser la persona más conocida del mundo durante dos décadas. Sobran sus ejemplos de popularidad, pero, desde un ámbito atípico, la filatelia también agiganta la sensación de que su imagen pasó a ser propiedad de la humanidad.
En total, 33 países eligieron a Maradona y lo retrataron para la posteridad en sus estampillas. Desde 1982, antes del Mundial de España, cuando los correos de Tanzania fueron los primeros en hacer circular por el planeta un sello con la imagen de aquel Diego que se preparaba para jugar su primera Copa del Mundo, han transitado por el planeta 43 timbres durante 16 años, hasta 1998 en que apareció el último. Pero a no dudar de que volverá a irrumpir cuando se avecine el comienzo de la Copa del Mundo de Corea/Japón 2002.
La legión de naciones que decidió franquear sus cartas con Diego va desde sitios reconocidos como Paraguay, Nicaragua, Ghana, Bolivia, Mongolia y Camerún, hasta verdaderas curiosidades geográficas como Antigua Barbuda, Saint Vincent y Granadinas, Dominica, Grenada y Nevis, todas islas caribeñas de las Antillas Menores. O las naciones africanas Malí, Togo, Gambia, Lesotho, Bután, la República Centroafricana y Sierra Leona; o las islas Tuvalu y Maldivas, ambas de procedencia asiática y ubicadas en el océano Indico, y el territorio insular africano de Santo Tomé y Príncipe, en pleno Atlántico.
Las imágenes triunfales del Diego, Pelusa o el Pibe de Fiorito quedaron grabadas en el multicolor papel dentado. Incluso algunos países como Angola, Uganda, Grenada y Azerbaiján optaron por escoger la imagen de Maradona en sus sellos que promocionaban el Mundial de Francia 1998, aunque todos sabían que Diego ya no jugaba oficialmente al fútbol y se había alejado del seleccionado en junio de 1994. La elección de estos cuatro países ya evidenció una tendencia: Maradona, el mismo que eternamente abrirá polémicas y dividirá amores y odios, siempre será sinónimo de fútbol. La zurda, la lengua afuera... Se jugará el Mundial de 2100 y ahí estará su viñeta para sorpresa de los coleccionistas.
Es cierto que alguna vez, por ejemplo, Guillermo Stábile, Alfredo Di Stéfano, Julio Ricardo Villa, Daniel Bertoni, René Housemann, Mario Olguín, Daniel Passarella, Osvaldo Ardiles, Oscar Ruggeri, Miguel Brindisi, Roberto Sensini, Nery Pumpido, Jorge Burruchaga, José Luis Brown, Claudio Caniggia y hasta Osvaldo Piazza, José Luis Cuciuffo, Jorge Olarticoechea, Pedro Troglio y Juan Botasso, el arquero titular en el Mundial de Uruguay 1930, fueron algunos futbolistas de selección rescatados por la filatelia planetaria. Es que son varios y de muy variados ámbitos, como la política y el espectáculo, los argentinos que también se han exhibido en estampillas del mundo.
Pero ninguno con tantas apariciones en el reino de la goma y la filigrana como el Diez. En la lista de celebridades de exportación, detrás de los 43 sellos de Maradona lo escoltan el Libertador José de San Martín, con 30 estampillas, y Ernesto Che Guevara, con 24. Ambos, claro, bastante más atrás.
Pero hay más sobre el alcance de Diego. Es que incluso el Correo Argentino, en 1986, tras la consagración en el Mundial de México, emitió sellos conmemorativos del segundo título albiceleste y ahí estuvo Maradona sosteniendo la Copa en el estadio Azteca. Una particularidad, la de reconocer a argentinos en vida, que sólo tuvo como precedente a figuras del deporte como los futbolistas Ubaldo Fillol, Mario Kempes y Jorge Burruchaga, el piloto de Fórmula 1 Carlos Alberto Reutemann y la formación completa del plantel que jugó en México. Después de Maradona, nunca más se repitió la experiencia.
Bajo la lupa de todos, las estampillas son una prueba más de que Diego Maradona fue tan trascendente como glorioso. Es que también gambeteó a esa tendencia globalizada de sólo venerar a los que ya no están.
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