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 • Historias

Martín Garabal. 1,96 m de talento, algunas obsesiones, verborragia y sensibilidad




Disfruta del éxito de Últimos cartuchos en radio, pero también dibuja, escribe, actúa y dirige.
Cuando arreglamos esta entrevista, me dijiste que estabas en obra. ¿Te pintó reformar un poco tu casa?
¡Sí! Saqué la puerta de la cocina, otra puerta que daba al lavadero, puse una ventana en el lavadero, pinté el lavadero, empapelé el cuarto, pinté una parte del cuarto, pinté una puerta, hice un cerramiento en todo el balcón, voy a poner cortinas, voy a cambiar el piso, voy a cambiar el sillón, voy a poner una biblioteca. Muchas cosas.
¡Ah, te pegó fuerte! ¿Y eso de armar tu hogar te gustó siempre? ¿O es consecuencia pandémica...?
Después de vivir con mis viejos, tuve mi primer departamento, al que me mudé solo, a los 24. Me encantaba, pero no tenía guita ni me concentré demasiado. Un amigo me regaló un sillón, quedó ese sillón. Me hice dos muebles que quedaron horribles. Y cuando me fui de ese departamento, me puse triste porque sentí que le había faltado amor a la casa. Entonces, en mi siguiente departamento, cuando conviví, ya le pusimos más amor, lo decoramos mejor y tenía más onda. Después, cuando me separé y me mudé a este, lo armé ya pensando en cómo habito los espacios. Por ejemplo, no la tele en el cuarto sino en el living porque prefiero, si viene gente, ver una película en el sillón grande. Lo armé pensando en qué lugares uso y con qué dinámicas.
Y ahora trabajás ahí... ¿Te copa hacer radio en tu casa?
Yo haría radio desde el estudio, pero como no podemos garantizar que no nos vamos a contagiar y es un riesgo, la hacemos desde acá. Pero a mí no me gusta hacer radio online. Primero, porque hay un cierto delay; segundo, por la calidad de la imagen. Soy muy obsesivo de la calidad y de la estética, y la verdad es que ver una cosa toda pixelada de conexión de Zoom a mí no me gusta. Es cierto que la gente que consume medios digitales prioriza la empatía o la cuestión hogareña y rústica, pero a mí no me gusta que haya tantas horas de material subidas en un formato subestándar. Sin embargo, descubrimos un montón de cosas y el programa creció muchísimo estos meses. De hecho, hay gente que lo escucha desde que arrancó la pandemia. Lo escucha una chica de 16 con su abuela de 90. Parejas que antes no lo podían compartir. Padres e hijos, de todo. El programa tiene una faceta más lúdica, en un sentido de comunidad, en términos de que la gente se contagia de ese espíritu y forma parte de su léxico diario. En tiempos en los que Internet se convirtió en un lugar donde se ve mucho la parte agresiva o más tóxica, que haya algo lúdico, lindo, que te una desde un lugar creativo, me gusta mucho.
¿Y qué te pasa cuando modismos del programa pasan a ser parte de la jerga de una generación? Lo de "kinga" llegó hasta el mismísimo Twitter del presidente...
Me lo tomo con mucha responsabilidad y también con cierto desapego. Esto no me está pasando a los 20, me está pasando a los casi 37 años. Con lo cual, para mí, hay que tomar hasta cierto punto la imagen que tienen los demás sobre lo que hago. Hay que hacer el ejercicio diario de disfrutarlo, pero también saber que eso tiene un valor relativo y subjetivo, y soltarlo. A mí lo que más me gusta es lo que genera en otros, por ejemplo, cuando me llegan mensajes de gente que se empieza a animar a hacer cosas en función de lo que pasa en el programa, algo que decimos o una entrevista que la inspira. Mi ideología me lleva a tener siempre presente lo que hago y soy partidario de que uno sea más indulgente con sí mismo respecto de las cosas que tiene ganas de hacer y saber que a veces suceden y a veces no. Tener el deseo claro y trabajar mucho no es garantía de nada porque no necesariamente el sistema funciona así. Entonces, me encanta que la gente se enganche y haga cosas, pero también es hasta ahí, para mí.
"Soy partidario de que uno sea más indulgente respecto de las cosas que tiene ganas de hacer
Tu romance con la radio, ¿cómo empieza?
Yo soy diseñador de imagen y sonido y dibujo desde que soy chico. Mi laburo podría haber disparado para cualquier otro lado, no hubo una planificación muy clara de eso. Quería expresarme a través de distintos soportes, pero no sabía bien cuáles. Había escuchado radio, a Dolina, a Matías Martín, un poco de Peña. Me gustan los climas, la cosa más performática, me gusta el vértigo de la improvisación... La radio tiene algo muy mágico. Pero también podría dejar de hacerlo ahora y pasar a otra cosa y estaría bien. Podría estar filmando una serie o editando libros, hay muchas cosas que me gustan.
¿Sentís que todos esos medios de expresión conviven armoniosamente o hay alguno que pide más espacio?
Ahora conviven todos bien. En un momento me atormentaba la idea de si no tendría que estar haciendo algo con mayor proyección, algo más valioso, una peli o algo por el estilo. Pero ahora que estoy escribiendo una serie por encargo, con un amigo y un grupo de guionistas, también me doy cuenta de que no me divierte tanto como pensaba... Está bueno, pero es un trabajo bastante arduo. El otro día leí una nota que le hacían al creador de Breaking Bad y le preguntaban si disfrutaba de escribir, y él dijo: "Disfruto de haber escrito", y me está pasando eso.
¿Y el dibujo es tu espacio más en solitario?
Lo que pasa es que el dibujo tiene un rol más catártico en mi vida. Es más pulsional, no planifico tanto lo que voy a dibujar. Me baja la inspiración y mando. No lo profesionalicé en términos de cumplir con un medio o de estar al servicio de ideas de otro. El dibujo es mi recreo. Me baja y a veces dejo que me lleve la mano. Ya son 34 años dibujando sin parar. Es el escape de la vorágine de los otros trabajos. Después de estar hablando tres horas, me pongo cualquier boludez en la tele, algo a lo que no tenga que prestarle atención, y me pongo a dibujar. O pongo música y me pongo a dibujar y es como un momento de descarga.
¿Vos eras un pibe introvertido y el dibujo te ayudó a hacer esa catarsis? ¿O siempre fuiste así de extrovertido?
Yo soy un dibujante atípico porque siempre fui un desbocado total. Nunca fui introvertido, más bien lo contrario, demasiado extrovertido. De hecho, ahora que es mi trabajo ser extrovertido, estoy un poquito más aplacado...
¿Sentís que tu trabajo ahora es ser extrovertido?
Sí... y me vino bien. Porque antes tenía la vocación de entretener cuando nadie lo pedía. Esa cuestión de ser el anfitrión de una fiesta que no es la tuya. Entonces, me ayudó a estar más tranquilo, a ser uno más en lo social. Eso, y encontrar que cada cosa tiene su público, entender quiénes son mis interlocutores, me ayuda a tener una vida más tranquila también.
"El dibujo es mi recreo. Me baja la inspiración y a veces dejo que me lleve la mano".
Tenés una serie propia, Famoso, que espera pronto su tercera temporada. ¿Cómo te llevás vos con tu fama?
Yo me siento bastante random. Estamos en una época en la que hay un montón de gente medianamente conocida. Podés estar en una reunión donde haya gente con millones de seguidores y no conozcas a nadie; está lleno de desconocidos con millones de seguidores. Si me hubiese pasado a las 20 años, sería un boludo que estaría encandilado con eso. Por ejemplo, recién, cuando volvía de dar una vuelta, recibí un mensaje : "Tincho, recién, ¿puede ser que casi te piso con la moto?". Y es eso, alguien que pasó con la moto, me vio y me mandó un mensaje para avisarme que casi me pisa. Ese es el nivel de fama que manejo.
Asumo que no te cuesta para nada conectarte con tu "yo" niño. ¿Eso es algo que cuidás de no perder?
Yo siento que cualquier persona que trabaje dibujando o actuando en la radio es alguien que no quiere dejar de ser niño. Es como transformar el juego en tu medio de vida.
¿Y qué te copa de contar historias? ¿Para qué contamos historias?
No podría no hacerlo, necesito hablar. Nunca entendí a esa gente que está en una reunión y está callada, yo me desespero, no entiendo quiénes son, no entiendo si tienen un montón de cosas para decir y están reprimiéndoselas, a mí no me sale eso. A veces, incluso, cuando voy a reuniones (bah, cuando se podía ir a reuniones) y estoy así digo: "Hoy voy a ser uno de esos que están en silencio", y al rato estoy animando la fiesta. No me sale.
¿Tenés algún vicio?
Internet. Y me gustan mucho las harinas, que son adictivas. Las dos cosas que me dieron abstinencia cuando quise dejarlas fueron el celular y las harinas. Yo no como carne, ni pollo ni cerdo desde hace dos años. Eso lo dejé como si nada, pero todas las veces que dejé de comer harinas por un tiempo..., soñé con harinas, soñaba que me daban una ensalada y eran unos fideos, a ese nivel. Yo voy a los restaurantes por la panera.
¡Claro! ¿Y la mejor panera cuál es?
Hay muchas. Mi tío tiene un restaurante en Belgrano que se llama The Oldest, que tiene una panera espectacular. Me gusta cuando tienen un pan con cebolla, otro con quesito, un grisín; de hecho, ya me está saliendo saliva.
¿Qué otras cosas disfrutás de la vida que no sean las cosas que ya sabemos de vos? Algo puertas adentro...
Lo que más disfruto es caminar, es bastante simple, mi actividad. Disfruto de caminar y de tomar café. Caminar con un amigo, mirar las casas, los departamentos. Me gustan hasta las casas más feas y me imagino cómo las remodelaría si me las dieran. Digo: "Uy..., ¿y si me la regalaran, qué le haría? Esa que tiene ladrillo a la vista, le pongo microcemento"... Caminar sin un "para qué" me gusta muchísimo. Eso me destraba las ideas. Siento que, a medida que avanzo, avanzo también en la resolución de algo que me atormenta.
¿Estás en pareja?
Estoy en algo, sí. Pero es la primera vez que no hablo mucho de eso, ni en redes sociales ni nada.
¿Te gusta estar enamorado?
Sí, si miro mi historia, te diría que estuve siempre en pareja. De hecho, hace un año, cuando me separé –en mayo, ponele–, mi hermana me dijo: "Por lo menos, hasta diciembre soltero", y yo –fijate mis limitaciones– dije: "Sí, hasta septiembre aguanto". "No, diciembre dije". A ese nivel. Fluyo bien en los vínculos en pareja. Me gusta compartir con otro, pero no me atosigo y trato de no obnubilarme. No me quiero perder la posibilidad de seguir conociendo al otro.
"Fluyo bien en los vínculos en pareja. Me gusta compartir con otro, pero no me atosigo y trato
Y esto que decías de que capitalizás la experiencia, ¿también te pasa en el amor y decís: "Bueno, ya llego con cosas aprendidas sobre la pareja"?
Igual, viste que en cuestiones de amor aprendés..., pero en un punto nunca aprendés un carajo. Yo tengo la sensación de que siempre parece que aprendiste, pero por algún lado, pifiás. Es re difícil, no tengo idea. Siempre pensás: "Esta relación es diferente porque me agarra en un momento bla bla...". Es muy loco conectarse con alguien más, es difícil. Pero yo siempre tuve relaciones con gente muy piola.
¿Seguís teniendo tenencia de tu perra con tu ex (Violeta Urtizberea)? ¿Cómo va eso?
Sí. Francisca es como una perra del pueblo porque está mucho con mis viejos y también con el padre de ella. Ahora está con ella porque fue mamá, tiene una hija de un año y recién ahora la pudo tener. Todos estos meses estuvo conmigo y con mis viejos, pero ella empezó a extrañarla mucho y me dijo: "Quiero que conozca a mi hija", entonces, bueno, se la llevó. Funciona bárbaro.
¿En qué cosas creés?
Nada, en absolutamente nada.
¿Creés en vos?
No, menos.
¿Y algo en lo que no seas bueno? Ya sabemos que sos bueno en muchas cosas. Algo en lo que seas muy malo...
No soy bueno en cosas del orden de lo práctico. No soy bueno reservando pasajes, arreglando cosas concretas. No soy constante con la actividad física. Soy muy sensible, qué sé yo. No sé bien qué es ser muy sensible, pero siempre me sentí así porque mis viejos son como más distantes y me decían: "¡Sos muy sensible!".
Pero eso es una virtud, más que un defecto.
Sí, pero en algún momento de la vida lo vi como un defecto.
¿Qué ficha te cayó con la cuarentena a nivel personal?
Yo soy una persona de tener muchos proyectos, y que la incertidumbre se manifieste con tanta claridad me hizo bajar más a tierra y disfrutar de ciertos rituales cotidianos. La casa, ver una película, sentarme un rato tranquilo, de cosas que no tienen tanto que ver con el proyecto hacia adelante. No me quedó otra que recalcular..., y está muy bien.
Agradecemos a Bensimon, Tina Allo, Giesso, Raimondi, Dr. Martens, Adidas y Bafx Cotillón su colaboración en esta nota.

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