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Masajes eróticos. 5 motivos por los que te conviene darlos (y que te los den)




¿Te gustan los masajes porque te descontracturan, te hacen sentir más liviana y te reconectan con tu cuerpo? No te sorprenderá saber que muy probablemente a tu pareja también. Y... ¿sabés qué? Para disfrutar de una placentera y relajante (o estimulante, según la intención) sesión de masajes juntos, todo lo que necesitan es un rato y un lugar a solas.
Dar y recibir un masaje es una técnica manual que usan los kinesiólogos o los masoterapeutas para ablandar la musculatura. Pero, en pareja, la cosa cambia. En este caso, el masaje puede ser tanto un impulso que nace de la necesidad de expresar una emoción cuando hay una conexión y una escucha profunda entre los cuerpos de dos personas (siento que necesitás que presione acá, que te acaricie allá, noto que te gusta y sigo un poco más...) como una herramienta que se pone en práctica para explorar(se) y conocer mejor al otro.
Es un acto que demuestra afecto, junto con el deseo de estar cerca y ser generoso con la otra persona, a la vez que la hace sentir mejor. Puede ser un simple roce en la espalda o ir mucho más en profundidad. Lo cierto es que, dar y que te den un masaje en pareja puede aumentar la calidad de la conexión.
El masaje es un regalo. ¿Hace cuánto no se lo das a tu pareja? Te contamos 5 motivos para implementar esta práctica más seguido.

1. Alimenta la confianza mutua

La confianza en la relación de pareja es todo e intercambiar un masaje puede ayudar a potenciarla. El que recibe queda en una situación vulnerable, a merced de lo que hace el otro y el que da el masaje es responsable por cuidar y no dañarlo.
Probá esto. A medida que tu pareja comienza a masajear rítmicamente la tensión del cuello y los hombros, comenzá a relajarte profundamente. Cerrá los ojos, respirá lentamente, exhalando todo el aire y soltá todo tu peso sobre el colchón con total fe en que tu pareja está trabajando para hacerte sentir bien. Convertirte en plastilina debajo de las manos de tu pareja y dejala hacer con absoluta confianza. Si algo no te gusta, no dudes en expresarlo para que pueda cambiar el movimiento.

2. Enciende la intimidad

Mientras que un masaje de un terapeuta capacitado mantiene una distancia profesional saludable, el masaje dentro de una pareja puede ser mucho más jugado, lúdico y atrevido, sin zonas prohibidas (salvo las que se establezcan previamente). La intimidad se trata de estar emocionalmente cerca de otra persona, y aunque no siempre requiere palabras, no se da espontáneamente. Tocarse todo el cuerpo y no sólo aquellas zonas que van directo a la satisfacción propia, puede ser un modo de cultivarla.
Probá esto. El objetivo es derribar las barreras emocionales en una experiencia compartida, privada y segura. Una de las condiciones más importantes para fomentar esta conexión íntima es pasar tiempo concentrándose el uno en el otro. Cuando das un masaje estás enfocando toda tu atención en el otro, no solo mental sino con tu piel y con tus manos. Cerrá los ojos mientras das el masaje y sentí el olor de tu compañero, sus curvas, sus texturas. Conocelo a fondo.

3. Te volvés a enamorar

Probar cosas nuevas juntos es divertido, todo es un descubrimiento, como cuando recién se conocieron. Hay estudios que muestran que aprender algo nuevo (placentero, obviamente) genera endorfinas, las hormonas del bienestar que derrochabas en los primeros días de la relación. Así que si nunca fuiste muy de darte masajes, este es un buen motivo para empezar.
Probá esto. Prepará la habitación, el momento, la temperatura, la música, los aromas, quizá hasta un té o una copa de vino, lo que intuyas que va a gustarle a tu pareja y a vos. El tiempo es el factor más importante. Desnúdense o ponganse cómodos como prefieran y empezá la sesión colocando tus manos sobre la espalda de tu pareja. Dejate guiar por tu intuición y recorré todo su cuerpo con tus manos. Antes proponele cambiar roles así ambos tienen la oportunidad de experimentar el placer de dar y de recibir.

4. Relax obligatorio

Programar una actividad en pareja puede sonar aburrido pero la realidad es que si no programás no lo vas a hacer nunca. Como si fuera que vas a ir a un spa, asignar un turno para el masaje con tu pareja aunque sea en el dormitorio donde duermen juntos todas las noches, les da a ambos la oportunidad de apagar el celu, largar por rato la compu, olvidarse de los chicos y la casa y de concentrarse completamente en ustedes dos.
Probá esto. Establezcan reglas. Durante los masajes no se va a hablar de las cuestiones que hay que resolver, ni de los chicos, ni de las noticias, ni de dinero, ni del trabajo. Es una oportunidad para bajar la guardia juntos, relajarse y mimarse mucho..

5. Desacelerás

En nuestra vida hiperconectada, entre pantallas, redes sociales, interacciones virtuales, stories y actualizaciones de estados puede venir muy bien detenerte a respirar profundamente y bajar la velocidad. Mejor si coincide ese momento con el de tu pareja. ¿Te pasó que últimamente cuando te vas a dormir él está trabajando o viceversa?
Probá esto. Arrancá con un masajito tímido aunque tu pareja esté con el celu o sumido adentro de la pantalla de la laptop. Es como una muestra gratis de lo que le espera para cuando deje los dispositivos móviles: un masaje y mimos para sentirse bien. ¿Quién se puede resistir a una propuesta así? Y si no da para seguirla, también estuvo bueno, es mínimo momento de conexión con un masaje ya sumó muchísimo, le dijo todo lo importante que es para vos, que lo estás viendo, que lo extrañás, que lo querés.

"La meta es el contacto"

Por Mariana Kersz*
"Que los masajes no tengan como fin terminar teniendo sexo con penetración, sino disfrutar y disfrutarse en ese momento de comunicación profunda que es el contacto con la piel, la comunicación con mi pareja, el permitirme ser tocada y que te permitan tocar. Que eso sea como una danza, que la personas que estén involucradas desde lo que no se dice con palabras pero se pone en el cuerpo. Que no funcione el masaje como 'te relajo un poquito para que después pasemos a la penetración sí o sí' sino que la finalidad en si misma sea el masaje. Si una noche libre la tenemos y podemos estar con nuestra pareja aprovechemos para disfrutar de una buena sesión de masajes con todos estos tips y técnicas. Que no sea la previa de algo más. Se puede incorporar el masaje como un juego erótico sensual que renueve la pasión, que una a la pareja y que se disfrute de la comunicación no verbal, que es lo que permite el masaje. Al hacerlo pongan el pensamiento en cómo lo estamos disfrutando, cómo nos estamos sintiendo en ese momento".
Experta consultada: * Lic. Mariana Kersz, psicóloga y sexóloga, especialista en Terapias de Pareja, www.ClinicaDeParejas.com

Amores

Cuatro notas para entrar en el mundo de las relaciones.

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