Cómo la convivencia con perros mejora la salud de sus dueños
La vida en compañía de perros puede ofrecer una variedad de beneficios para la salud física y emocional de las personas; cómo influye el vínculo que se establece entre ellos
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La relación entre humanos y perros es un tema que siempre despertó mucho interés dado que, desde tiempos inmemoriales, estos animales ocuparon roles destacados en la civilización. Su domesticación, que se remonta a más de quince mil años, proporcionó una evolución conjunta en la que los perros adaptaron su comportamiento a las necesidades humanas. Hoy en día, su rol evolucionó significativamente, y son vistos principalmente como compañeros que aportan alegría y consuelo, lo que estimula investigaciones más profundas sobre su influencia en nuestra salud.
Esta evolución de la relación fue compleja y multifacética. Desde la Edad de Piedra, los perros colaboraron con los humanos en actividades como la caza y la protección. Con el paso del tiempo, se forjó una relación más íntima y personalizada. Durante la Edad Media, el incremento de la población urbana permitió que más personas mantuvieran perros no solo por sus funciones utilitarias, sino también como compañía. Esta tendencia perduró hasta la actualidad y consolidó a los perros como integrantes verdaderos de muchas familias.
Esta profunda conexión entre humanos y canes fue objeto de estudio en múltiples disciplinas, que incluyen a la psicología, la medicina y la terapia ocupacional. Investigaciones recientes en Veterinary Record Open demostraron que las interacciones positivas con perros tienen un impacto significativo en el bienestar emocional y físico de las personas, lo que resalta la importancia del vínculo creado con estos animales.
Por ejemplo, sobre la salud física, estudios en Estados Unidos revelaron que pacientes que habían sufrido infartos y convivían con mascotas mostraban tasas de supervivencia superiores en comparación con quienes no tenían mascotas.
Además, tener un perro implica una rutina de cuidados que generalmente incluye paseos diarios. Este hábito fomenta un estilo de vida más activo, lo que combate el sedentarismo, un conocido factor de riesgo para múltiples problemas de salud. Un estudio reciente en el Journal of Environmental Research and Public Health encontró que los propietarios de perros tienen un 60% más de probabilidades de cumplir con las recomendaciones de actividad física que aquellos que no tienen mascotas.
Para la dimensión mental, un informe mostró que las personas que conviven con perros tienden a experimentar menores niveles de ansiedad y depresión, y reportan una disminución significativa en sus niveles de estrés.
También, los perros no solo enriquecen la vida personal de sus dueños, sino que actúan como facilitadores sociales. Un estudio de la Universidad de Belfast encontró que las personas que poseen perros son percibidas de manera más favorable en entornos sociales, lo que potencia las oportunidades para establecer nuevas amistades y conexiones. Los perros actúan como un “rompehielos” efectivo durante los paseos, especialmente las razas consideradas amistosas.
Además, según estudios realizados por la Universidad de California, la presencia de un animal en el hogar puede mitigar los sentimientos de soledad, ya que ofrecen amor y apoyo incondicional, lo que permite establecer una conexión emocional profunda. Las mascotas también generan un ambiente de calma y serenidad, y proporcionan a sus dueños un sentido de propósito a través de la rutina del cuidado diario.
Y la calidad de vida de los adultos mayores también se ve modificada. En este sentido, tener una mascota ofrece beneficios particulares para el envejecimiento saludable. Por fuera de la compañía, las mascotas pueden ser especialmente beneficiosas para personas mayores con enfermedades a largo plazo como el Alzheimer y la demencia.
Qué precauciones hay que tomar para que los perros no afecten la salud
Aunque los beneficios de tener una mascota son significativos, es crucial adoptar medidas de precaución específicas para minimizar los riesgos de salud que pueden surgir con la tenencia de perros. Como cualquier otro animal, pueden portar enfermedades zoonóticas y exhibir comportamientos que potencialmente podrían causar daño a los humanos.
- Consultas veterinarias: Se recomienda pedir consejo al veterinario sobre cómo mantener saludable al perro. Un perro sano es menos probable que transmita enfermedades.
- Higiene personal rigurosa: Es crucial lavarse las manos y educar a los niños a que lo hagan después de interactuar con perros o después de limpiar sus desechos. Esta simple acción puede reducir significativamente el riesgo de infecciones.
- Control de parásitos: Es importante tratar regularmente al perro contra pulgas y gusanos, preferiblemente con productos recomendados por un veterinario. El ambiente también debe tratarse para eliminar huevos y larvas de parásitos.
- Prevención de mordeduras: Es beneficioso socializar y entrenar al perro desde cachorro para reducir la posibilidad de comportamientos agresivos. Enseñarles a interactuar pacíficamente con una variedad de personas y situaciones es esencial.
- Cuidados especiales para grupos de riesgo: Las personas con sistemas inmunitarios comprometidos, como aquellos con cáncer o que recibieron trasplantes, deben tomar precauciones adicionales como usar guantes al manipular animales y evitar juegos bruscos con perros.