“Me da miedo salir”: una argentina cuenta cómo se vive la ola polar de Chicago
:quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/lanacionar/MJLRW5I2YFGDPAM2QZW2HV3AYU.jpg)
Cuando Morena S. llegó a Chicago a comienzos de mes, le dijeron que lo peor del frío había pasado. Junto a su novio, que llegaba para hacer un intercambio en la Universidad Northwestern, se lanzaron (módicamente abrigados) a conocer las calles de la tercera ciudad más grande de Estados Unidos, una urbe ecléctica levantada más de dos siglos atrás a orillas del lago Michigan.
Pero lo bueno duró poco. Una masa de aire helado en rotación conocida como "vórtice polar" se lanzó esta semana sobre Illinois y otros estados del Medio Oeste norteamericano. Como consecuencia, la temperatura bajó de los 3° C a los -25° C y podría caer aún más, hasta los -53° C. En caso de cumplirse este escenario, Chicago pasaría a ser más frío que el Everest o incluso la Antártida.
"Al principio, el frío era bastante tolerable, pero esto es inusual, no es frecuente", comentó Morena a LA NACION. Aunque viajó desde la Argentina con abrigo para sky luego de que sus amigos le advirtieran de las bajas temperaturas que se viven en la zona, afirmó que igual se siente expuesta. "Te arde la cara, te duele la piel y aun teniendo buenos guantes se te empiezan a dormir los dedos, es lo peor", dijo.
Contó que incluso las tareas más sencillas se dificultan por el temporal. "Ayer a la tarde salí a caminar y en las últimas cuadras tuve miedo, estaba muy oscuro y con todo ese abrigo tu visión es casi nula, no podés mirar a los costados y estás limitado porque hay mucha nieve en la calle", señaló. Por esa razón decidió limitar sus salidas: "No puedo salir a la calle, me da fiaca y me da miedo", sostuvo.
Pero también debió tener cuidado en el departamento que alquila junto a su novio. La administración del edificio envió un mail a todos los inquilinos pidiéndoles que mantengan alacenas, gabinetes y placares abiertos para que los caños de agua que corren detrás de esos muebles puedan recibir el aire caliente de la calefacción, que dejen las canillas abiertas para evitar que el agua se congele y que no abran las ventanas para que el frío no malogre las bisagras.
A pesar de que las imágenes de calles sepultadas por la nieve generan alarma, la joven dijo que los habitantes de Chicago están acostumbrados a estos temporales y que continúan su rutina con normalidad. También confesó que prefiere sufrir el aire helado del ártico que el calor sofocante de Buenos Aires: "Con todo, sigo siendo team invierno".
Más leídas de Lifestyle
La Bardot del tango. La leyenda del “gorrión porteño”, la dueña de las piernas más espectaculares de la noche de Buenos Aires
Estafados en vacaciones. Comieron en un restaurante, les cobraron una fortuna y fueron amenazados por los mozos
“Se merece todo”. Discriminaron a un mozo y la reacción del dueño del restaurante fue aplaudida por todos
"Terminen con esta locura". Fue a cenar, pidió ravioles con pesto y un llamativo detalle abrió un debate