Menocore, el look que hace furor en EE.UU.
NUEVA YORK.– The New York Times llamó al término "odioso", pero fue el responsable de convertirlo en furor este invierno (boreal) al aplicarlo al look de rigor de las mamis jóvenes cool para la vuelta a clase de los chicos después de las vacaciones de Navidad. El look en cuestión es el menocore, que hace referencia al normcore, la gran tendencia unos años atrás, que se basaba en apropiarse de manera creativa e irónica de los elementos básicos del guardarropas del norteamericano medio –jean de mal corte, buzo con siglas universitarias, gorra de béisbol– y convertirlo en prenda de lujo y precio acorde. Pero también hace referencia a la menopausia, porque esta vez se trata de la apropiación creativa e irónica de elementos del guardarropas emblemático de las mujeres a partir de la mediana edad.
En distintos medios el menocore fue definido como el look de "divorciada fabulosa" en "cualquier película de Nancy Myers" (Diane Keaton en Somethings Gotta Give y Meryl Street en It’s Complicated a la cabeza), o de una "ceramista excéntrica saliendo de su estudio en el fondo de su casa de playa. También retrotrae a la madre de Gwyneth Paltrow, Bythe Danner, "en una expedición solitaria de avistaje de aves" o a "cualquier tía cool que tiene una colección de discos de vinilo mejor que la tuya".
Es también el look "masajista retirada", según puntualizó Leandra Levine, la fundadora de Man Repeller, el blog más famoso de quienes quieren estar en la punta de lanza de la moda, y en el que se originó el término.
Que para definir lo que es el menocore se utilicen ideas generales más que prendas puntuales no es casual. Como el normcore, el menocore no está atado a ningún diseñador o marca en particular, pero a diferencia del normcore, no tiene un uniforme demasiado obvio. Sin embargo, bajo el paraguas del menocore, según Man Repeller, existen dos arquetipos.
En un extremo está el look de lino blanco de pies a cabeza, o pantalones kaki arremangados, que remiten a una vida en la playa relajada popularizada por íconos como Keaton o Lauren Hutton. En el otro extremo están los caftanes en colores vibrantes, los estampados tropicales, y los collares macizos de Miuccia Prada. También es el look de Lucinda Chambers, la exjefa de moda de la Vogue británica quien logra, según The Guardian, que "cualquier conjunto que suena caótico en la teoría, como una pollera larga plisada con blusa de estampados brillantes, medias acanaladas y chanclos senior de pileta, luzca caído del cielo".
Estos, naturalmente, son los extremos minimalista y maximalista del look, pero entrando en los medios sociales inmediatamente surgen infinidad de it girls/influencers/fashionistas con interpretaciones y mezclas personales de lo que significa el menocore (naturalmente, ya devenido el #menocore). Lucia Zolea, Nella Beljan, Subrina Heyink, Virginia Calderón, Freja Wewer y Laurel Pantin son algunas de las más emblemáticas.
Y la pasarela no se quedó atrás. Marcas de lujo de vanguardia como Manzur Gavriel, llevaron el look menocore con camisas de seda natural abotonadas hasta arriba en tonos de lila y rosa con pantalones al tono, acompañadas de aros y broches con flores esmaltadas y sombreros que parecían un panal de abejas. "Look mujer de Palm Springs a la que Colachella ya le queda chico, pero que le agarró el gustito al desierto", resumió el Hollywood Reporter.
Pero para entender el menocore hay que remontarse al verano boreal de 2017. En ese momento, las editoras del blog de culto Man Repeller, (cuyo nombre, dicho sea de paso, hace referencia a que su audiencia son mujeres a las que no les importa repeler a los hombres con tal de usar sus atuendos de avanzada, sea lo que sea que "de avanzada" signifique en cada temporada), descubrieron una perlita. Se dieron cuenta de que cada vez había más mujeres jóvenes involucradas en la moda que estaban vistiéndose como sus pares mucho mayores.
Los estilos oficiales del verano para las chicas cool de entonces habían perdido frescura, parecían sobrepensados, y había un espacio para la siguiente antimoda. En Man Repeller intuyeron que ese espacio estaba comenzando a ser ocupado por este look en particular, lo bautizaron menocore y en seguida fue sensación.
Estilo (de vida)
Su popularidad, desde entonces, ha estado en aumento, y es comprensible. La fascinación por la juventud en la moda por supuesto nunca decayó, y las octogenarias y nonagenarias se unieron al estrellato fashion un tiempo atrás con íconos como Iris Apfel y los blogs como Advanced Style.
Las mujeres en el medio, sin embargo, habían quedado relativamente invisibles y menocore finalmente les dio atención.
El menocore también ha sido vinculado con el #MeToo, el feminismo y el movimiento del body positivity. Es también un estilo de vida, uno que prioriza el wellness, una apreciación de las artes y un "desinterés empoderado" por lo abiertamente sexy.
Ha sido relacionado con tendencias dispares como el modest clothing (las blogeras sobre todo judías ortodoxas y musulmanas que muestran cómo se puede ser cool con bastante piel tapada, y que representa una industria de multimillones de dólares), y el concepto escandinavo del "hygee". La palabra danesa describe una sensación de alegría confortable, acogedora y antimaterialista que fue un boom en los últimos años.
Es decir, el menocore tiene todas las credenciales impecables para esta época. Y eso a pesar de que su uso del término menopáusica fue calificado de insensible, y que parecería convertir a las mujeres de 50 años en un estereotipo.
Pero la única crítica que verdaderamente pegó en EE.UU. fue que es un look aspiracional respecto a una mujer mayor, sí, pero una que siempre es blanca, delgada y, sobre todo, rica. El look menocore llega en un momento de la historia americana donde, por primera vez, a las nuevas generaciones no les va a ir, en general, mejor que a la de sus padres. Entonces la interpretación que muchos dieron es que las chicas 20 se están vistiendo como semirretiradas con casa en la playa y pelo al viento que hacen cerámica y leen Joan Didion porque cuando ellas tengan la edad de hacerlo "van a estar corriendo de un trabajo mal pago al otro, preocupadas por si el seguro médico algún día cubrirá servicios dentales y considerando si la siesta que se tomaron el miércoles cuenta como fin de semana", según escribió el sitio web de análisis de la moda Racked.
A pesar de esto, nada parecería poder parar al menocore. Después de unos meses de aparente tranquilidad volvió a pegar fuerte con la mencionada gran nota en la que The New York Times aseguraba que su derivado invernal era "el" look para la vuelta a clase.
Las Nro 6
Según el matutino, las mamás jóvenes de Brooklyn están uniformadas con un calzado híbrido entre sueco y botita ortopédica. La marca se llama Nro 6, y cuestan unos 450 dólares. "Las Nro 6 dan el mensaje de que una está muy interesada en el confort y no tanto en la apariencia", sostuvo The New York Times que los colocó firmemente dentro del espíritu menocore, (al que llamó "una tendencia celebrada en Instagram principalmente por mujeres de veintipico que no han entrado en la perimenopausia".
Las Nro 6 se usan siempre con carteras de lujo a las que se les reemplazan las correas por unas ligeramente hippies que el matutino describió como muy sur de California 1969. Salt, la marca de las correas también tiene un arreglo con artesanos colombianos y dona una porción de las ganancias a una ONG. El efecto de estas correas es que las carteras de precios extravagantes como las Hermès parezcan algo que una tía que es profesora de yoga usaría para llevar sus aceites esenciales.
El menocore, parecería ser el consenso entonces, es un look que está para quedarse, sobre todo porque se volvió una especie de celebración de mujeres de cincuenta que va más allá de la moda y que es internacional.
Y no solo porque la lista de "it girls" que lo llevan en Instagram es global. En Francia –donde el look fue tildado de ménopause chic por las revistas– recientemente, un escritor de cincuenta años manifestó en una entrevista que no le atraía el cuerpo de las mujeres de su misma edad y causó una enorme polémica en la que fue, mayormente, vilipendiado. Tuvo que suplicar públicamente después de que las mujeres dejaran de bombardearlo por correo e internet, con fotos de sus cuerpos de cincuenta de los que estaban orgullosas.
Y hasta el Musee de l’Homme pareció salir a contestarle. En este momento allí están los huesos de Lucy, que se estiman de 3,2 millones de años. "Una extraordinaria mujer de más de cincuenta", fue como la presentó la propaganda de la exposición.