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 • HISTORICO

Mi despedida de soltera




Hola!!! Acá les escribo, muertísima, después de 3 (si, 3) días de despedida de soltera.
¿Se acuerdan que el viernes les conté que me había llegado un mail, diciendo que tenía que estar lista con un bolsito a las 11 de la mañana el sábado? Bueno, era viernes, y yo, tranquilísima con esa información, salí a comer con mi amigo, y testigo, Pablo.
Él me había dicho que salgamos a comer uno de esos días, porque con tanto ajetreo del casamiento y el trabajo, hacía mucho que no nos sentábamos a charlar tranquis. Y como Nacho tenía una despedida con los del laburo, era la ocasión ideal. Pero juuuuusto, el viernes nos tocó trabajar juntos durante el día (a veces grabo voces para una compañía de jingles), y terminamos almorzando. Así que la cita ya estaba hecha. "Comamos igual hoy a la noche", me dijo, "porque yo en la semana estoy muy complicado". Okeeeey, pensé. Y me pasó a buscar a las 22.
Teóricamente, me estaba llevando a un restorán que había ido una vez con una de sus chicas, pero no lo encontramos. O me hizo todo un acting que existía ese restorán, y de verdad no existía, nunca supe. En fin. Estacionamos donde pudimos, y nos agarró una ráfaga de viento increíble, así que terminamos entrando a un restorán de gente grande, con manteles blancos y mozos con moñito. "Entremos acá, deben tener un revuelto gramajo increíble". Claro, si lo pienso ahora, es tan poco de Pablo ir a ese tipo de restoranes, y si era por él, me podría haber tenido dando vueltas bajo el viento garrafal durante el tiempo necesario, hasta encontrar el lugar al que quería ir. Pero no, entramos a uno en el cual la edad promedio de los comensales era de 70 años, y la verdad es que el revuelto gramajo estaba tan rico como predijimos.
La comida estuvo buenísima, charlamos y tomamos una cervecita, y después mousse de chocolate. De repente, cuando Pablo se levantó para ir al baño, el mozo con moñito me trajo un bolso, que inmediatamente lo reconocí como el que mi amiga Jime lleva a todos lados, y una carta.
"Cambiate en el baño, y caminá hasta Godoy Cruz y Cerviño".
Me quedé helada. Recuerden que la despedida no empezaba, teóricamente, hasta el día siguiente, y yo no entendía nada. Pablo no salía del baño, y todas sus cosas estaban en la mesa, no lo iba a dejar colgado. Pero pasaba el tiempo y no salía. Mientras lo esperaba, espié lo que había en el bolso: Un disfracesito mínimo de policía hot, con gorrita y portaligas incluidos, unas botas altísimas, y una capa de pana (porque evidentemente además de policía también era superhéroe).
Finalmente, vino Pablo, me dio un abrazo y me dijo "ya pagué, dale, andá a cambiarte, suerte!!!", y desapareció. Yo quería contarle lo que me había pasado pero él ya sabía todo: "Las chicas me pidieron que te lleve a comer". Ah bue. Fue todo muy rápido.
Me metí en el baño y salí hecha una policía hot, no sin antes sacarme una foto para mostrarles. Creo que es la única que se puede mostrar porque después me hicieron sacarme la campera y estoy demasiado escotada para compartir con el mundo, jajja. Nótese mi cara de miedo.
Así toda vestida, le pregunté al mozo "¿dónde queda la esquina de Godoy Cruz y Cerviño?" El mozo me miró con cara de "apaaa mamita" y me dijo que dos cuadras para tal lado. Y salí.
2 cuadras después, ahí estaban todas mis amigas chiflando, sacando fotos, y saltando. Se iban alejando las muy guachas, y me hacían caminar sola. Los autos que pasaban tocaban bocina, y en ese momento dejé de sufrir, me entregué y me empecé a divertir un montón.
Estaban amigas de grupos distintos, ¡que ni se conocían entre ellas! Todas con silbatitos porno y antenitas, cantando, saltando, y haciendo alharaca. Se murieron de risa con mi disfraz.
Me llevaron a una estación de servicio, en donde estaba todo arreglado para que yo trabajara un poquito. Tenía que lavar los vidrios de los autos y conseguir que me den propina. Y me re dieron. No sé si les dejé los parabrisas mejor o peor, pero nadie se quejó ?
Después nos fuimos a lo de Flor, que queda por ahí. Estaba todo decorado con globos y guirnaldas temáticas, y había cosas ricas, música, y juegos todos listos para empezar a jugar.
Improvisamos un "Yo Nunca", el juego en el que cada una tiene que decir algo que nunca hizo, y las que sí lo hicieron tienen que tomar un trago de su bebida. Fue muy divertido ver a algunas tomar disimuladamente, con cara de "ay, justo me vino una sed terrible". Además, hicimos un par de juegos en equipos, charlamos, y nos reímos mucho.
Más tarde, fuimos a bailar. En el trayecto hasta el boliche me hicieron salir por el techo del auto de Flor, que se abre, y arengar a grupos de chicos que vinieran al boliche, con promesas sugerentes. Muuuuuuuyyyyy graciossooooooooo. Bah, yo sufrí como loca, pero las chicas se mataron de risa.
En el boliche, la gente me regalaba tragos, me hicieron bailar en el parlante, y todo el mundo se copaba a bailar con nosotras. La buena onda de la gente, chicos y chicas, fue espectacular.
En fin, ya tardísimo, me volví a dormir a mi casa, así no-vestida como estaba, para arrancar el sábado a las 11 vaya uno a saber dónde.
El miércoles les cuento el resto para que no me quede larguísimo!!!!!
Besosssss!!
Sofi
@sofiorsay

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