Hace obras de arte con emojis y las vende por $20.000

Un accidente. Así define Mechi Moreteau a su primera obra con emojis. El 6 de agosto de 2017, un año muy movido emocionalmente para ella, fue al parque a una bicicletada con amigas. Cuando volvió, quiso hacer una historia para Instagram y ahí se dio cuenta de que su cámara no funcionaba. Entonces se puso a dibujar con emojis lo que no pudo plasmar en una foto. Cuando subió la imagen, sus amigos "se fanatizaron", dice. Esa respuesta detonó una explosión de arte: "Literalmente, no podía parar de crear". Su seña de identidad son los retratos o naturalezas muertas que arma en su celular y para los que usa cerca de 15 mil emojis en cada caso. Los llama arte emojional.

El lenguaje emoji es universal, y cada uno de esos emoticones tiene un significado evidente. Mechi usa a su favor esas implicancias: el pelo del personaje de Donald Trump lo hizo con muchos sacos de dinero, la corona de Gilda tiene trompetas y los dientes de Evita son vasos de leche.

"Todos los personajes que elijo son icónicos y cada emoji que selecciono tiene que ver con la construcción de ese personaje", dice, y reconoce que encontró la clave de sus retratos en su oficio de maquilladora: "El estudio de la luz, de la sombra, la colorimetría, toda mi experiencia en ese campo es la herramienta que más me ayuda para poder generar estos cuadros".

"El 2017 fue un momento de muchos cambios en mi vida, fue el año en el que me encontré. Hace un montón de tiempo venía en esa búsqueda y en ese momento sentí que llegué a un lugar de certeza. Algo así como el verdadero amor, algo real. Para mí esto es un gran refugio, donde estoy yo y eso, nada más".

Hoy por hoy vende ediciones cerradas, lo que en otras palabras quiere decir que define de antemano la cantidad de copias que va a hacer de una obra y en base a eso pone el precio de mercado. "Son copias numeradas y firmadas que imprimo sobre papel de algodón para su perfecta conservación y que enmarco montadas sobre sintra, un material homologado. También uso passepartout de algodón libre de ácidos. Al confeccionarlas con esos materiales, firmarlas y certificarlas, un comprador puede venderlas posteriormente en cualquier parte del mundo" cuenta con orgullo.

Hace poco una de las copias de su Eva fue a parar a las manos del primer mandatario de Bolivia, Evo Morales. "Una Eva para Evo", nos cuenta con una sonrisa. E incluso recientemente partició de Artech, una exposición en el Museo Fortabat que aunaba obras de arte y tecnología.

Cuando le preguntamos qué le diría a un artista que está empezando, responde: "Antes, un artista para hacerse conocido necesitaba que un galerista lo represente y exponer en una galería. Hoy en día las galerías son las redes sociales, hay que saber aprovecharlas".