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Museos de la pasión: River vs. Boca
Los dos clubes guardan sus reliquias y trofeos en templos que emocionan a los hinchas
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LA NACION
Difícil ver pucherear a un señor grande, serio, duro. Pero frente a esa camiseta sagrada (que vistió el ídolo aquella madrugada en Japón) se permitió perder la compostura y dejar rodar un lagrimón. Disimuló, claro pero lloró. Como sólo puede llorar por el club de sus amores.
Los pasillos de los museos de River y Boca (de Boca y de River) están repletos de estos hombres que se vuelven un poco niños cuando entran en estos templos del fútbol. Ellos, que tienen esa cualidad tan admirable de recordar las formaciones, los resultados y las jugadas como si hubieran ocurrido en el partido del domingo pasado, entran en ese túnel del tiempo y siguen -emocionados- las huellas de su memoria.
Museo de River, Nuñez
La entrada al Museo de River es, literalmente, un túnel. El túnel del tiempo y el túnel que lleva al campo de juego. A las camisetas, los trofeos, los videos y las fotos inolvidables. Año a año, campaña tras campaña, recuerda a los elegidos para vestir "la banda" desde su fundación el 25 de mayo de 1901. Es oscuro, quizá para soltar sin pudor los lagrimones. Los cantos de la cancha, los gritos de gol y los testimonios de Amadeo Carrizo, el Beto Alonso, el Burrito Ortega o Enzo Francescoli recorren las salas y activan las pasiones.
La recorrida incluye el acceso a los palcos, a un vestuario y a la cancha. A la salida, un restaurant, un local para elegir souvenirs y el store para comprar la ropa oficial del equipo, invitan a llevarse todo a casa. Justo al lado del Monumental. Av. Figueroa Alcorta 7597. Abierto todos los días de 10 a 19 horas.
El Museo de River ocupa 3500 metros cuadrados y cuenta con un cine 360°.
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Museo de la Pasión Boquense, La Boca
En el corazón del estadio, el museo ofrece a cada visitante la oportunidad única de revivir la rica historia de más de 100 años del club, recorriendo sus diversas exhibiciones multimedia, banco de datos, memorabilia y los más prestigiosos trofeos obtenidos. Las imágenes de Maradona, Martín Palermo y Román Riquelme (entre muchos otros próceres boquenses) acompañan la visita con sus goles y su amor incondicional por los colores azul y oro.
Además de visitar el campo de juego y otros rincones privados del estadio, el museo ofrece la posibilidad de que los hinchas se transformen en socios fundadores y tengan su estrella para siempre en las paredes de la Bombonera. Además de sentir la pasión xeneize en cada parada de la visita, una recorrida por el barrio también permite descubrir el otro museo de Boca, el que está vivo en cada casa, en cada chico que juega un picado en la calle y en cada vecino que vio desfilar por sus calles angostas la historia del club que lo apasiona. Brandsen 805. Abierto todos los días de 10 a 18 horas.
El Museo de Boca fue inaugurado en 2001 y cuenta con una sala especial dedicada a Diego Armando Maradona.
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LA NACION
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