Sí, Lumilla, sí: mi juventud fue bastante vertiginosa.
No voy a dar fechas o edades exactas porque no es una prueba de historia, no viene al caso, y aburre, pero:
Hice casi todas las materias del CBC durante quinto año de la secundaria.
Estudié mucho durante unos años y luego me tomé un tiempo sabático, me fui de viaje, volví (con la frente marchitísima), di los últimos finales y me recibí.
Al poquito tiempo de eso (y sin haber levantado la cabeza del todo aún) conocí a Nicolás.
Este cristiano supo tenerme muchísima paciencia.
Si bien morí de amor al minuto de verlo, no pude superar el odio que me generaba, por ese entonces, cualquier ejemplar del género, y pagó por platos que él no había roto.
Nos conocimos a través de gente en común.
El dice que ya nos habíamos visto en una fiesta del club. Yo no doy fe.
Empezamos a hablar una noche de mucho calor, en una reunión de amigos en la que coincidimos.
Me invitó una copa de vino tinto y yo, por hacerme la canchera, se la acepté obviando el hecho de DETESTO el vino.
Tomamos unas cuantas de esas copas y se ofreció a llevarme a casa.
Yo estaba con auto así que le agradecí, nos despedimos, y ya. Me quedé el resto de la noche y del fin de semana pensando en él.
A los 3 ó 4 días, llamé a la persona que teníamos en común, le pedí el número de Nicolás y lo llamé.
Puedo recordar las palabras EXACTAS que le dije: "Hola Nicolás, soy Catalina. Quería saber si querías verme hoy"
Quiso.
Quiso verme hoy, y mañana y pasado.
Al mes, dormíamos juntos todas la noches.
A los tres meses nos fuimos una semana a Brasil. Y en la playa, en pleno Julio, me preguntó si me quería casar con él. Seis meses después de habernos conocido, nos casamos.
Y volvimos a la misma playa en la que nos comprometimos.
Y decidimos que queríamos tener un hijo. O dos, o tres (o cuatro).
Se acuerdan del post ese del otro día, en el que hablábamos sobre el comienzo de las relaciones, y la pasión y el impulso? Bueno, yo hablaba con conocimiento de causa.
Esta es la primer entrega.
Ya está abierta la puerta.
Mañana y pasado les cuento un poco más, pero fue más o menos así.
Ah, btw, sigue sin venirme.
LA NACION