Obra del Estudio PAC (Producción Arquitectónica Contemporánea), de los arquitectos Roberto D’Amico y Martín Olabarrieta, esta casa le respondió de maravillas a un cliente que, además de tener un especial interés por el diseño y el arte, es un hombre separado con tres hijos adolescentes. En ese sentido, expresó una necesidad clarísima: que la casa le resultara "habitable" y no un páramo cuando está solo y, también, cómoda cuando están todos juntos, amigos de sus hijos incluidos, por supuesto.
"¿Cómo diseñar una casa de semejantes dimensiones que no terminara convirtiéndose en una adición de espacios no utilizados y donde el cliente pudiera llegar a sentirse ‘fuera de lugar’? La solución: establecer una conexión fuerte entre espacios contiguos, y entre interior y exterior", explica Olabarrieta.
"El color negro del hormigón reacciona de manera diferente durante el día en función del sol y la vegetación. A veces se objetiviza la casa, y otras se confunde con el contexto", explican desde el Estudio PAC.
Acá, todo es especial: hasta la calle. Si se observa bien, el césped baja al cordón, una iniciativa del propietario que compartió con el resto de los vecinos de esta mágica cortada, en donde se tiene la sensación de estar en medio del campo, aunque nos encontremos en el corazón de un barrio abierto y residencial.
Subiendo la pendiente que se eleva desde la calle, se llega al porche revestido en madera. El efecto es separarnos gradualmente de lo que ocurre afuera, y tiene su primera culminación al abrir la puerta y enfrentarnos con un vergel. Como la casa está elevada, el patio interno no está al nivel del pasillo, sino varios metros por debajo, lo que da esa sensación de jungla que surge, ideada por el paisajista Daniel Mamani.
Este patio rompe con la relación tradicional entre interior y exterior, además de darle ventilación y luz natural a prácticamente toda la planta baja
Otro ingrediente que hace única esta vivienda fue la decisión de convocar al artista Gabriel Soifer para que interviniera el espacio con sus obras impactantes y coloridas, además de colaborar en la ambientación con sus propios muebles y atinadas observaciones sobre la iluminación. Si a eso le sumamos el bien pensado paisajismo, lo que resulta es un genial trabajo en colaboración.
En el living, abarcando casi todo el largo de la pared vidriada, sofá de 3,20m hecho a medida con funda de lino italiano (Costado) y dos sillones cubo (Walmer). La alfombra artesanal en blanco y azul es de Graciela Churba.
Al fondo del ambiente, un rincón armado con sillas de madera y tiento (Walmer) y dos mesas circulares de madera (Gabriel Soifer) sobre una alfombra traída de Marruecos por el dueño de casa.
Según el artista, un aspecto interesante para el montaje de las obras (aquí, su "Mujer con Códigos II") fueron las amplias paredes, en blanco o negro absoluto.
En el otro extremo del ambiente se ubica el comedor, en comunicación directa con la cocina mediante puertas corredizas de cristal tintado que llegan casi hasta el cielo raso, respondiendo a la pared vidriada que lo recorre enteramente para disfrutar a pleno de la vista del jardín.
"No fue fácil encontrar artefactos que iluminaran esta larga mesa sin obstaculizar la vista de las obras de arte: estos son perfectos".
Detrás de la mesa de lapacho de 3" con patas de fundición (Costado) que rodean sillas de Walmer e iluminan etéreos artefactos suspendidos de Philips (Onic Iluminación), mesa de trabajo de 4x0,60m con tapa de chapa (Costado).
Esta es una casa muy masculina, con plantas pero sin flores, y con mucha presencia de negro, que ofrece un fondo que les da otra interpretación a las obras
El propietario no quería una cocina demasiado grande: para los almuerzos multitudinarios, está la gran parrilla a la que se llega bajando unos peldaños desde el comedor. Sin embargo, no deja de ser un espacio notable: por los pisos y revestimientos de madera y por la agradable y práctica circulación que propone la isla.
Aunque, por la altura, parezca que está en el primer piso, este ambiente está en planta baja. Tiene salida al pasillo y es el único en ese nivel que no tiene contacto directo con el patio interior. "Es un gimnasio, pero sin tecnología", comenta divertido el propietario. "Acá solamente practico yoga, porque, para mí, el deporte tiene que ver con estar al aire libre, y no pedaleando en una bicicleta fija".
"Cuando están los chicos con sus amigos (y la casa se llena), tengo la opción de cerrar la puerta y leer el diario tranquilo en mi cuarto. Este es mi loft".
En el dormitorio, amplio pero de ambientación austera, cama vestida con una manta de hilo de algodón con flores en relieve y almohadones de 50x50cm en tela gamuzada color camel (todo de Claudia Ginzuk).
"Los códigos de barra son uno de los tantos elementos cotidianos que tomo para trabajar. En este caso, las ‘costillas’ que le fui sacando a una obra las llevé a la otra: una es contorneada; la otra, lo que quedó", explica Soifer. Estos trabajos, en metal esmaltado o madera –como "Saliendo de lo Profundo", que vemos arriba– soportan sin problemas su ubicación en el exterior.
Los muebles de exterior, simples y de líneas netas, también fueron realizados por Soifer. Contra la medianera de ladrillo a la vista, Planeta rojo, otra obra del artista en metal esmaltado.
"El terreno incluía una gran palmera, que hoy la casa rodea e integra en su diseño. Es parte de un planteo que propone un juego constante entre lo natural y lo artificial", señalan los arquitectos.
El color del concreto fue el resultado de una experimentación que intentamos en cada uno de nuestros proyectos. Al experimentar y probar técnicas –es decir, al no tener un resultado predecible–, diversificamos nuestro proceso de diseño", apunta Olabarrieta con respecto no sólo a esta obra sino a las prácticas habituales del Estudio PAC. Y el propietario se declara feliz con los resultados. "Hay una diferencia increíble entre trabajar con alguien que te propone algo estándar y un equipo que se compromete a elaborar una variante original en base a tu realidad. Para mí, fue muy importante tomarme el tiempo para elegir el Estudio adecuado".
"La casa fue pensada como un lugar de relajación y tranquilidad, en la que cada espacio soporta diferentes actividades a lo largo del año".
Elevada por sobre el jardín, la galería que bordea el comedor y el living tiene una cierta cualidad de mirador que invita a la contemplación.
Inés Marini y Paula Lema
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