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 • HISTORICO

No soy fría: me cuesta mostrar lo que siento en mis relaciones




Lo sabemos: somos todos diferentes; y a la hora de demostrar lo que sentimos, esa regla, también se aplica. No es fácil adentrarse en el campo de los sentimientos, en especial, porque cada uno los transita desde el lugar que puede y con los recursos emocionales con los que cuenta, y además, porque creer que la decisión entre demostrarlos o no depende siempre de una elección consciente, hace que se encare el tema de manera errónea.
Vamos arrancar diciendo que no se trata de personas que no saben identificar sus emociones (lo que se conoce en psicología como alexitimia) sino de quienes no pueden compartir sus sentimientos con los demás. Ellos sienten, tienen registro del peso de sus emociones, pero en el momento de comunicárselo a un otro, nunca encuentran el cómo, dejando sólo para su propio conocimiento aquello que les está pasando en el plano emocional.

¿Cómo lograr expresar los sentimientos?

Es importante aclarar, que aún las personas más expresivas, no demuestran del mismo modo todos sus sentimientos, ni les da igual hacerlo frente a cualquier persona. Eso es propio de cada ser humano, porque lo que es natural expresar para algunos, no necesariamente, lo tiene que ser para los otros. Más allá de las diferentes formas de manifestar lo que sentimientos, vamos a hacer foco, en las personas que cierran todo tipo de comunicación para lograr hacerlo, lo cual implica el no poder llevarlo a las palabras ni tampoco a los hechos.
Esta es una pregunta amplia y su respuesta conlleva un gran trabajo personal, va a depender de las herramientas y de las circunstancias de cada uno de nosotros, pero siempre la pauta es poder llevarlo a lo consciente. Una vez que aprendemos a tener registro de como nos cuesta manifestar lo que sentimos, podemos empezar a pensar el cambio. Siempre, el puntapié es entender lo que nos pasa, para lograr iniciar el proceso de transmitírselo a los demás.
Por supuesto, que nadie puede exigir que alguien sea demostrativo, o que deje ver sus sentimientos adaptándose a la forma que el otro espera que lo haga, pero sí es importante detenernos a reflexionar en cómo nos afecta no poder hacer partícipe a los demás de lo que sentimos, y a su vez, en cómo no estimular esa comunicación, nos influye en el momento de construir nuestros vínculos.

¿Por qué es importante aprender a compartir lo que sentimos?

Nos descomprime. Acallar nuestros sentimientos nos hace que carguemos solos con ellos, sin poder darle sentido alguno. Quedamos atrapados en la emoción sin lograr salir de ella.
Ayuda a que nuestras relaciones con los demás crezcan. Todo vínculo para evolucionar necesita que los que lo conforman sepan lo que sienten respectivamente. Ese conocimiento es lo que vuelve a las relaciones genuinas y autenticas.
Facilita la empatía. Cuando podemos transmitir lo que sentimos, le damos margen a los demás para que puedan saber qué es lo que nos está pasando. Esto permite no solo que nos puedan entender, sino también que nos logren comprender en función de nuestros sentimientos.
Posibilita que los otros nos conozcan. Cuando los demás empiezan a tener registro de cómo nos manifestamos, adquieren una visión particular de nosotros mismos, lo que les permite aprender a leernos, identificando nuestras emociones y dándolo contexto a nuestras acciones.
Aprender a demostrar nuestros sentimientos, no solo es fundamental para nosotros, sino que además, tiene un peso esencial en las relaciones. No poder hacerlo repercute, en forma directa, en nuestra comunicación con el otro. Si bien, es imposible no comunicar (siempre estamos enviando mensajes), es necesario resaltar que expresar los sentimientos es fundamental para que nos puedan entender, y este proceso incluye lo que decimos, pero también lo no verbal. Somos discurso y acto. Manifestar lo que sentimos es una articulación permanente entre estos dos aspectos. No debemos limitarnos simplemente al lenguaje verbal, porque es quedarnos solamente con una parte de la lectura, y los sentimientos son mucho más que eso. Ahí radica la importancia de aprender a manejar nuestras herramientas para lograr expresarlos, porque como bien lo explica una frase de Julio Cortázar: nunca son suficientes las palabras cuando lo que hay que decir desborda el alma.
¿Y a vos? ¿Te cuesta expresar tus sentimientos? Mirá también: ¡No me presionen! y Escapale a la sombra del pesimismo

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