Nuestro lugar ideal

Dos eran mis sueños: uno era casarme en el Tattersall del Hipódromo de Palermo y el otro en la Estancia La Candelaria. El primero se desplomó en 2008, cuando mi cuñada hizo ahí su fiesta de quince. Todos me dijeron que no tenía nada que ver, que podíamos hacerlo en el mismo lugar, pero ¿realmente les parece que da? A mi no!

El segundo, la estancia, duró lo que un suspiro. Me copaba mucho la idea del castillo que tiene, y tanto verde, y que después nos pudiéramos quedar a dormir ahí con toda nuestra familia desayunar, almorzar y poder comentar todos los detalles de la fiesta.

Fue así que en Marzo fuimos a conocerla, con mis papas, mi hermana y los papás de Nico. Yendo para allá chocaron el auto de mi hermana, ya empezabamos con el pie izquierdo. Igual eso no nos frenó y seguimos viaje, uno bien largo hasta Lobos. La estancia la verdad, es divina! Tiene una capillita antigua muy linda, pero muy húmeda, por dios el olor a cerrado que tenía!!! El salón que te ofrecen para la cantidad de personas que somos es algo así como un quincho, no me gustó para nada, así que evaluamos hacerlo en carpa, y montarla frente al castillo. Me encantaba la idea, pero una vez que empecé a pedir presupuestos, se sumaban un montón de cosas nuevas que no veníamos contemplando.

Les cuento algunos puntos a tener en cuenta:
La distancia , todos nos decían que era demasiado lejos, lo cual les digo sinceramente a mi mucho no me importaba, pero íbamos a tener que contratar algunas combis.
El catering , había que montar una carpa que funcionase de cocina. Encima de carpa a carpa no te pueden garantizar que la comida llegue a las mesas a la temperatura ideal.
El sonido , dicen los entendidos que la música no suena igual en una carpa que en un salón, y requiere de mucho más armado. Este para nosotros es uno de los items más importante, la música hace en gran parte a la fiesta!
Y por último, los baños , creo que lo que hizo que definitivamente dejemos de barajar la estancia como opción. En el castillo hay dos baños en la PB que podían utilizarse, pero lógicamente no eran suficientes para todos los invitados. Eso implicaba tener que alquilar baños químicos, que por más que me digan que hay unos divinos casi de un ambiente, no dejan de ser baños químicos. La verdad no me imaginaba a mis amigas con sus vestidos largos todas divinas yendo ahí. Encima ¿imaginen si llueve ese día? todo el baño embarrado, ¡un asco!

Finalmente terminamos decidiéndonos por un salón en Pilar, que tiene bastante verde como para compensar a la Estancia, y a la vez todas las comodidades de un salón convencional.

Hasta la próxima!

Vanzi.