El baterista recuerda cuando su abuelo Astor le pedía que le cantara temas de cancha.
¿Te hiciste baterista gracias a River?
En el 84 empecé a ir a la cancha y ahí fue la primera vez que vi una murga en mi vida. No era como ahora, que hay murgas en todas las plazas. Fue un primer acercamiento, empezar a golpear el cuerpo imaginando las canciones de la cancha. Después vi un solo de batería y me di cuenta de que eran más o menos los mismos instrumentos y flasheé.
Vos no sos hincha por herencia familiar, como la mayoría.
No, yo me hice de River solito. Vivíamos en un departamento sobre Avenida Del Libertador y ahí pasaban las caravanas de hinchas y me hice gallina.
¿Alguna vez intentaste aprovechar la fama de tu abuelo Astor para chapear con River?
Estaba sucediendo eso a fin de los 80, cuando empezamos a tener una relación más estrecha. Nos íbamos a tomar un cafecito con él y siempre me pedía que le cantara las canciones de la cancha, se moría de risa. Me pedía por favor que lo llevara a la cancha, pero tenía varios baipases y era un calentón, lo mirabas a los ojos y se peleaba. No lo podía llevar así y menos a la popular.
¿Y cuáles eran las canciones que más le gustaban?
Las que cargaban a Boca, porque él era un peleador, le gustaba el duelo de hinchadas. Yo le contaba cuál cantábamos nosotros y cómo respondía la otra hinchada y así.
¿Sos un hincha tipo el Tano Pasman?
No, yo arranqué yendo a la popular, pero me pasé a la platea. No soy de insultar, porque me doy cuenta de lo difícil de pisar la pelota y que 60.000 personas te griten al mismo tiempo.
¿Ni con el árbitro te permitís un exabrupto?
Me puedo enojar con un árbitro. En una época me fui un año a estudiar a Estados Unidos y me la pasaba encerrado 17 horas por día. Después de ese año, no bien volví al país fui a la cancha. Todos puteaban, pero a mí no me pasaba nada. Me preocupé porque pensé que había perdido ese fuego, esa pasión. Hasta que no nos cobraron un penal y me salió el indio de adentro.
Mezclás la pasión por la música y el fútbol.
Es que yo soy un agradecido del fútbol. Para mí es terapéutico, es el único evento que me saca la música de la cabeza, me relajo, me hace muy bien. Además, gracias a eso conozco y charlo con gente de otras profesiones. El fútbol es el único deporte que reúne a todas las clases sociales y que por única vez comparten espacio en 90 minutos. El jazz también une: razas, países, no importa de dónde vengas, nos ponemos a tocar y la pasamos bien.
Cuando vas de viaje, ¿tratás de evangelizar a otros músicos para hacerlos de River?
Siempre. Tuvimos la suerte de tocar con Marty Friedman, ex guitarrista de Megadeth. Él vive en Tokio y tiene millones de seguidores y cuando ganamos la Copa Libertadores subió una foto a Twitter con la camiseta de River que le regalé.
COMPLETÁ LA FRASE
River te llevó a la batería, Boca te relaciona con… ningún sonido, no hablo de Boca
Mi banda con ídolos sería… Enzo en piano, saxo alto el burrito Ortega, en clarinete el mencho Medina Bello, en saxo tenor Ángel Labruna, en contrabajo Pablito Aimar y Ponzio me reemplaza en batería
Mi sueño musical con River… ya lo cumplí. Toqué antes de un partido de Copa el himno argentino, el de River y con Lito Vitale hicimos el tema de Turf, “Pasos al costado”
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