Cada invierno, Adolfo Cambiaso hace un hueco en su agenda para participar de la Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria Internacional con sus caballos. A su lado, siempre, están sus hijos, que a medida que crecen se hacen más protagonistas en su pasión por los equinos. La semana pasada, el recordman voló desde Denver (Estados Unidos), donde está instalado hasta septiembre jugando al polo, junto a su único hijo varón, Poroto, para participar durante tres días en la Rural.
Con mucha dedicación, padre e hijo repitieron el ritual: llegaban a las 4.30 de la madrugada a las caballerizas para preparar a sus caballos. El miércoles 31, finalmente, padre e hijo salieron a la pista central con los mejores ejemplares de La Dolfina. Y, sin dudas, la emoción, profesionalismo y destreza de Poroto conquistaron a la tribuna. Entre más de 140 caballos, el jurado les dio el premio del Gran Campeón Macho (Dolfina Que Ironía) y Gran Campeón Hembra (Dolfina 33) de la raza Polo Argentino. El interminable abrazo entre padre e hijo selló una tarde histórica para los Cambiaso.
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