A un mes de la escandalosa huida a Londres de la princesa Haya, el 30 de julio pasado, la más joven de las seis mujeres del primer ministro de Emiratos Árabes Unidos (EAU) y gobernante de Dubái, Mohammed bin Rashid (69), reapareció en público. Sucedió en sede del Alto Tribunal, en el centro de la capital inglesa, con motivo de una audiencia preliminar. En esta puja judicial, las partes reclaman la custodia completa de sus hijos, Jalila (11) y Zayed (7). Y, según manifestaron las abogadas del jeque y la princesa, Helen Ward (conocida como la "gran dama de los divorcios" por llevar los casos de Madonna, Bernie Ecclestone y Paloma Picasso) y Fiona Sara Shackleston (quien se encargó de representar al príncipe Carlos en su divorcio con Diana, además de a Paul McCartney), el litigio estará centrado en la tutela de los menores. "Estos procedimientos están vinculados con el bienestar de los dos hijos del matrimonio y no tienen nada que ver con el divorcio ni las finanzas", decía un comunicado consensuado. Con sus dichos, aún no despejan las dudas sobre la marcha de su divorcio. Sólo se sabe que entre las primeras peticiones de la princesa hay una solicitud de protección para evitar que sus hijos sean víctimas de matrimonios concertados, la custodia de ambos pequeños y una orden de alejamiento contra el que fuera su marido. Aunque no se conocen más detalles, trascendió que los chicos están viviendo en la casa que su madre tiene en Kensington, al oeste de Londres, y que todas las decisiones sobre su futuro tienen que tomarse con la aprobación del juez Sir Andrew McFarlane, presidente de la división de Familia del Tribunal.
La fuga de la princesa –quien se llevó 40 millones de dólares– y el posterior proceso judicial hicieron temblar los cimientos de la casa real emiratí. Es que su desaparición generó muchos supuestos: el primero, un vínculo amoroso entre la princesa Haya y su guardaespaldas, Russell Flowers, un antiguo soldado de infantería británico de 36 años. También se rumoreó la posibilidad de que no pudiera soportar el trato recibido a Latifa, otra de los veintitrés hijos de Mohammed bin Rashid que ya se intentó fugar el año pasado, pero fue interceptada en las costas de India.
Pero la princesa Haya tiene quien la consuele, y no en términos románticos. Es que ella no es sólo una de las mujeres del emir de Dubái, también es parte de la casa hachemita, ya que es hermana del rey Abdalá II. Hasta el momento, desde Jordania habían mantenido silencio, pero el príncipe Alí, otro de los hermanos de Haya, se reveló como un aliado incondicional de su hermana: se desplazó a Londres para mostrarle todo su apoyo. Como si fuera poco, en las puertas de la Corte un grupo de manifestantes mostraba su respaldo a la princesa con pancartas en las que acusaban al emir de asesinato y de tráfico de personas.
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