Pronóstico del tiempo: muere verano, muere
La sociedad de los veranos muertos
En estos días de tanto calor me gustaría desclasificar uno de los archivos secretos más sorprendentes de la meteorología porteña. La historia nos remonta a fines de los sesenta donde de manera clandestina tuvo lugar el primer encuentro de la resistencia Yeti. Fuí invitado pero olvidé la contraseña y me tuve que volver, así que les contaré de la segunda reunión en adelante.
Durante varios meses nos juntábamos los más selectos adoradores del frío, una sociedad secreta que tenía un único fin: acabar con el verano en Buenos Aires. Bajo la fachada del falso club de ajedrez "Defensa Siciliana" se conformaba una suerte de secta con desprendimientos de masones, templarios, rosacruces y algunos illuminatis. Todos unidos con el fin de desarrollar algún invento que nos librara del período estival. Nos reuníamos con falsas identidades y ocultos tras máscaras venecianas así que realmente no puedo dar fe de quiénes fueron los integrantes de ese círculo anónimo. Pero sí recuerdo muchos proyectos que por cuestiones presupuestarias fueron dejados de lado pero eran verdaderamente brillantes.
Como olvidar la iniciativa del doctor Zelig Varick Trapp, que propuso serruchar los bordes de la ciudad y transformarla en una isla flotante con un motor fuera de borda que le permitiera cambiar de hemisferio cada seis meses para así evitar el período estival. La propuesta de la doctora Nicoletta Beatrice Scirea que consistía en producir una explosión electromagnética tan grande que enderezara el eje de la tierra y acabara con el verano en todo el planeta. El aporte del ingeniero Abelardo Roccatagliatta, quien no se andaba con chiquitas y proponía compartir órbita con Marte, alejándonos lo suficiente del sol como para que el verano fuera físicamente imposible. El anhelo del doctor Sergei Ignatyev, de colocar un cuerpo celeste artificial que produjera un constante eclipse anulando el sol durante todo el verano.
Fueron muchas ideas y pocos recursos. La sociedad de los veranos muertos se disolvió a los pocos meses cuando nos dimos cuenta de que no íbamos a recibir dinero de la NASA. En algún cajón perdido del tercer subsuelo del Servicio Meteorológico Nacional hay una carpeta que guarda toda esta información confidencial con los proyectos más ambiciosos para acabar con el verano rioplatense. En estos días de intenso calor a veces elevo mi copa de plata, único recuerdo de aquellas tertulias, y recito ese rito de invocación en latín con el que empezábamos cada reunión: "Aestate perit, perit" o "Muere verano, muere".
Jueves: el verano no se rinde
Bienvenidos a la enésima jornada consecutiva de calor en la ciudad. Si bien para hoy nos espera alta temperatura estaremos distantes de valores sofocantes. El hecho de no tener respiro hace que metamos en la misma bolsa a cualquier día de calor, que ya nos caiga mal cualquier tarde de mínima expresión veraniega pero objetivamente no es una jornada que pueda ser etiquetada como de calor intenso. Arrancamos con 22°C, acaso uno de los mejores valores matinales de toda la semana. Serán por suerte las últimas horas con cielo despejado. Es otro día con descenso de aire caliente pero por primera vez tenemos una rotación de la veleta a plena tarde con ingreso de aire más fresco desde el río lo que puede recortar al termómetro en 31°C y favorecer el descenso de temperatura al atardecer, pudiendo tener 24°C a la hora de la cena, una ganga a como están las cosas. El cierre del día es a pura ráfaga del Este dando un pequeño respiro. Es un día caluroso pero lejos de ser agobiante.
Viernes: tapen al sol
Arranca un viernes que trae la novedad de ofrecer nubosidad por primera vez en la semana. Ya desde temprano los cirrus techarán el cielo porteño, al ser nubosidad muy alta y de poco espesor no le restarán luminosidad al día pero le marcarán la cancha al sol que ya no podrá desplegar toda su potencia. Vuelve el viento norte por la mañana en otro arranque agradable que trocará por un mediodía caluroso para rematar en 31°C por la tarde. Sigue el calor pero el termómetro no pierde la chaveta a valores insoportables y nuevamente se estima una rotación de viento, esta vez más tarde pero siempre a tiempo de alentar el descenso de temperatura al atardecer. La noche se muestra estable con 24°C alentando planes de los que quieran salir.
Sábado: la ola está de fiesta
Comienza un fin de semana que conserva la temperatura alta pero, a diferencia de los últimos días, mucha más gente lo podrá disfrutar, en vez de padecerlo. Es otro día con llegada de aire caliente, con nubosidad alta y con calor, con la firme intención del termómetro de superar los 32°C. El viento norte no cesa en toda la jornada y vuelven las noches calurosas en un cierre con 27°C. No hay previsión de lluvia.
Domingo: el último día
Qué hermoso tener que escribir esto: la jornada dominical será la última de toda la hilera de días calurosos y la entrada de aire frío estará a la vuelta de la esquina. Se estima un domingo de mucho calor con máxima de 34°C, una mañana soleada y una tarde más nubosa. El cierre muestra un calor insoportable con 29°C. Hacia la medianoche entran las primeras ráfagas de aire frío que liberan la ciudad.
Eso es todo, amigos. Hemos conocido olas de calor mucho más cruentas que esta que nos toca como cierre del período estival. Solo diré que el domingo a la noche, en ese momento de depresión y pulsión suicida, estaremos a solo horas de una nueva entrada de aire frío que pueda significar no solo el final de la ola de calor sino, acaso, la muerte del verano. La semana que viene nos encontrará con diez grados menos. Será entonces cuando nos volvamos a encontrar.
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