Pronóstico del tiempo: el sol se queda en casa
Hay un murciélago en mi sopa
Después de un fin de semana de sol y calor y un lunes con el termómetro rondando los 29°C finalmente llegaron los nubarrones a la ciudad y prometen acampar en nuestro firmamento hasta mitad de la semana que viene, configurando una hilera de varios días sin sol y una ciudad en blanco y negro. Una postal opaca de Buenos Aires casi devenida en Transilvania y más aún considerando que después de tanto encierro casi tenemos la palidez de un vampiro. No son buenos momentos para los murciélagos, un bicho realmente fascinante pero con pésimo marketing. Después de una era de esplendor de la mano de Drácula y Batman sobrevino un abrupto descenso por el inaudito argumento de la sopa de murciélago y la milanesa de pangolín devenida en pandemia.
Es verdad que un animal con aspecto de rata que vuela, que puede transmitir la rabia y que puede elegir el taparrollos de tu casa para vivir, no merecería de la simpatía general. El murciélago es totalmente impopular, pero aquí tenemos los primeros argumentos para quererlo: es el único mamífero volador; duerme patas para arriba; come insectos y ayuda al control de plagas; tiene excelente visión nocturna; y posee un sistema de ultrasonido, a modo de radar, que le permite un vuelo nocturno sin chocarse con objetos, porque estos van siendo mapeados en su cerebro mediante el rebote de las ondas. Ya dentro del terreno meteorológico: puede hibernar dando una predicción de que se viene un invierno extremo, puede migrar dando cuenta de variaciones climáticas y varia la altura de su vuelo lo que ayuda a predecir las tormentas. Cuando hay más humedad, los insectos vuelan más bajo porque sus alas pesan más; por eso, ellos deben bajar más que de costumbre a buscar su alimento.
Perdón, me colgué en un desagravio a los murciélagos, no quería que esto terminara en un panfleto antisocial. Retomando lo estrictamente atmosférico: se vienen varios días sin sol, en los que Bela Lugosi se sentiría muy a gusto en Buenos Aires. Todo muy gris, muy lúgubre, muy melancólico. Qué lastima que los emos se extinguieron, la que se perdieron...
Jueves: otro día gris
Bienvenidos a otro día con poco sol y con permanente sobrevuelo de nubarrones, en el que algún goteo aislado no estaría fuera de libreto. El amanecer será el momento más inestable del día. Paradójicamente, la frondosa nubosidad estará jugando a nuestro favor conservando la temperatura en la superficie en un arranque con 18°C que ni siquiera puede ser etiquetado como fresco, así que no sobreactúe con el abrigo. El viento norte vuelve a arrimar aire caliente y nos deja una jornada que nos permite seguir con la estufa apagada, llegando la máxima a superar los 25°C por la tarde. Algunos momentos del jueves pueden mostrar a las nubes separándose un poquito y dejando que Febo salude tímidamente. Hacia el atardecer vuelven las nubes bajas y cargadas, pero sin previsión de lluvia continua. La noche clausura con 20°C haciendo que le sobre una manta a la cama.
Viernes: inestable pero lejos del frío
Otro día calcado a los anteriores con descenso de aire caliente, húmedo e inestable; con la diferencia de que la probabilidad de lluvia será mucho más alta. La mañana puede ofrecer alguna llovizna aislada aunque hay chances de que -los que debamos salir- lleguemos secos al trabajo, pero la vuelta a casa sí nos puede dejar expuestos a algún chaparrón cortito. En las simulaciones llueve muy poco y de manera intermitente con más actividad vespertina y nocturna, aquellos que tengan que moverse durante todo el día no se dejen asustar por el ícono de lluvia. La mañana arranca con 20°C, toda una gentileza otoñal y la máxima puede alcanzar los 26°C, no se abrigue como un esquimal. La medianoche puede traer lluvia un poco más activa.
Sábado: lluvia y viento frío
Comienza un fin de semana donde el sol se quedará guardado en casa. El sábado es la jornada más inestable de toda la hilera, con un combo de lloviznas y viento frío donde algunas tormentas no desentonarían y se puede esperar algún pasaje con lluvia fuerte. Rota la veleta desde temprano anunciando la llegada de viento fuerte desde el sudeste que le bajará el copete al termómetro y retrocederá algunos casilleros hasta los 21°C. Sin embargo, la percepción en la calle -a merced del chiflete- puede ser mucho menor, con lo cual es un día ideal para resfriarse. La noche podría estar exentas de precipitaciones aunque conservando toda la nubosidad y la intensidad de viento.
Domingo: te vuela la peluca
La jornada dominical agrega un día más a esta fila de días inestables repitiendo el menú de cielo encapotado, viento fresco y probabilidad de precipitaciones. Las lluvias parecen relegadas hacia el final del día y las simulaciones indican que son muy débiles, con acumulados muy pobres. El protagónico se lo llevará el viento que alcanzará el estatus de ráfaga sacudiendo puertas y ventanas, doblando árboles y haciendo chiflar a los cables dado que alcanzará los 40 km/h cerca del mediodía. Otoño en su máxima expresión con el termómetro apenas superando los 20°C.
Spoiler alert
El lunes y el martes de la semana entrante agregan dos episodios más a la saga de días sin sol y con probabilidad de lluvia. Ambas jornadas pueden presentar algunos tramos de lluvia, continua especialmente el segmento que va desde el atardecer del lunes hasta la mañana del martes donde podría haber lugar para alguna tormenta eléctrica. A pesar de los eventos de mal tiempo, la temperatura no cae significativamente. El miércoles, después de toda una semana de ausencia, regresa el sol al estuario, en un día con cielo despejado.
Eso es todo amigos. Aprovechen hoy para hacer las compras, los pagos, pasear al perro o aquello que les de permiso para salir un ratito porque mañana podríamos tener algunas lluvias débiles. Se viene un sábado y un domingo para no sacarse el pijama en todo el día, aunque creo que a esta altura las precipitaciones del fin de semana no alteran los planes de nadie. Confieso que extraño cuando anunciaba lluvias para el fin de semana y se generaban murmullos en la platea, chiflidos y hasta volaba algún objeto contundente hacia mi humanidad. La mera posibilidad de algún chaparrón despertaba la ira del público que entonaba cánticos con saludos a mi madre y a mi hermana. Ya volverán esos tiempos felices.
Hasta la semana que viene.
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