Realeza: por qué el príncipe Harry y Meghan Markle jamás podrán cortar los lazos con la corona

Después de haber renunciado a sus derechos y deberes como miembros de la monarquía y de haberse separado miles de kilómetros de la familia real, a los duques de Sussex se les está haciendo demasiado difícil la vida lejos del palacio. De acuerdo con la experta en realeza británica, Victoria Murphy, la razón de los obstáculos se debe, en definitiva, a la unión de sangre que une a Harry con la corona.
"Harry y Meghan pusieron a la familia real, a los medios y a la población es una posición desconocida al abandonar el Reino Unido. El tema es que su decisión ha sido tener un tipo diferente de vida pública, pero no una vida totalmente privada como muchos creyeron de manera equivocada", aseguró Murphy en la revista Town & Country.
"Desean una vida pública que puedan controlar ellos mismos para saber a quiénes dedicar su tiempo. En esta nueva etapa, la pareja tratará de evitar menciones a su pasado pero, en el caso de Harry, se trata de un vínculo para toda la vida", continuó la experta.
"Por otro lado, no pueden negar que su reconocido perfil se debe a su relación con la corona británica. De hecho, conservan patrocinios de su etapa como royals y lo que es más importante: ellos con su hijo, aunque no lo quieran, son también la familia real", señaló la especialista.
Murphy señala que, de todas maneras, la pareja intenta tomar distancia con causas polémicas para la corona como la igualdad racial y la justicia social. Si bien algunas cuestiones legales han retrasado la presentación de Archewell, las fuentes cercanas a los duques aseguran que están aprovechando el tiempo para desarrollar la organización y para que a principios de 2021 ya esté en funcionamiento.
Otras noticias de Realeza
- 1
Qué le pasa al cuerpo si se consume espinacas todos los días
- 2
Cuáles son los alimentos ricos en vitamina D que ayudan a mejorar el estado de ánimo
- 3
La conmovedora reacción de un perro mayor al ver a su dueño que emocionó a todos
- 4
Saltó desde 1200 metros, el paracaídas falló y vivió para contarlo: quién fue el inesperado culpable