La trama de la ciudad ofrece azoteas, terrazas, balcones y patios en planta baja, con extrema exposición al sol y al viento o pura sombra. La propuesta paisajística se centra en el estudio de las limitaciones, hasta transformarse en una solución para convertir el espacio hostil en un refugio. La selección de especies para sol, viento o sombra, distintos recursos de diseño, desniveles como protección, pérgolas para generar sombra inmediata, superficies drenantes cuando no hay césped, múltiples posibilidades se ofrecen para vivir mejor y disfrutar al máximo cada metro cuadrado.
Vista al río
La vista del Río de la Plata se lleva todas las miradas al acceder a la azotea de un piso 21, donde el horizonte y su inmensidad son los protagonistas. Esto que en principio es un potencial, también genera una dificultad para diseñar, ya que en una azotea es difícil crear un lugar "contenido" para las personas. El espacio está conformado por tres terrazas cubiertas con deck de lapacho.
La primera terraza está orientada al espejo de agua, es más baja y protegida, conectada al lugar de estar con escaleras y canteros alargados paralelos. Se eligió una vegetación que aprovechara el viento para moverse, y no tratar de imponerse a él. Para lograr una mayor contención del espacio, se generó altura con Caesalpinia gilliesii combinado con stipas como base. Los arbustos y árboles se plantaron en tamaño de mediano a chico, para que pudieran adaptarse al viento durante su crecimiento.
Para envolver el espacio, se eligió una combinación de especies que tienen diferentes características y funcionan bien juntas: barba de chivo, stipa, tomillo y sisirrinchum. La gramínea que interpreta el viento a través de su movimiento, Stipa caudata, se caracteriza por su estacional variación de color, dorado en octubre y en marzo. El tomillo usado como cubresuelo completa la matriz junto con la stipa, y entre estos surgen unos Sisyrinchium striatum de inflorescencias color amarillo que terminan de completar la composición de la vegetación.
La pérgola se compone de una trama de madera como techo que filtra el sol del verano y hace posible la estancia, y también resuelve constructivamente el anclaje de la baranda de vidrio que posee la terraza en todo su perímetro. Se usó Agave attenuata, cuyo porte arquitectónico contrasta con la soltura de la stipas en los maceteros individuales ubicados sobre el deck.
La tercera terraza, orientada al Sudoeste, y reparada totalmente de los vientos porque es la superficie más hundida, fue
Maggie Cavanagh, Estudio de Paisajismo.
Pura sombra
Este espacio hundido respecto del edificio está rodeado de construcciones vecinas que proyectan sombra todo el año. Se trata de una superficie pequeña, de 65 m², irregular, ubicada en planta baja en un condominio en la ciudad de Rosario. El objetivo fue diseñar un jardín de bajo mantenimiento para usar como un refugio para desconectarse y hacer uso de una parrilla existente. La propuesta se basó en rectificar la falsa escuadra del terreno con canteros paralelos a la construcción e intervenir el espacio con dos Acer palmatum plantados en cada extremo para crear tensión y generar escala humana de referencia. Por las condiciones limitantes de luz, se reemplazó el antiguo sector de césped por granza suelta de color claro para iluminar, sobre la cual se agregaron pasos perdidos de quebracho para hacer más cómoda la circulación.
Los límites fueron resueltos con paneles de madera dura colocados en vertical con espacios entre ellos, para que no diera la sensación de encierro.
Cecilia Baldovino, Paisajista
Espacio continuo
Con vista al río, esta terraza se concibió como un lugar para sentarse a disfrutar de la vista, leer un libro y deleitarse con el perfume de los jazmines de leche y de la floración de los agapantos enanos. Además, se plantaron ampelopsis (que crecen lento en estas condiciones) para que cubrieran las demás paredes exteriores y generar así una caja verde para ampliar el espacio.
Maggie Cavanagh, Estudio de Paisajismo
Curvas tropicales
Esta terraza ubicada en un piso 6, prácticamente sin ninguna protección en sus 360°, pertenece a una agencia de publicidad. Una gran parrilla con un sector de pérgola, barra y bancos, conforman el primer espacio de uso. El proyecto de paisajismo dialoga con el diseño de las alfombras que cubren las oficinas, que simula las veredas de Río de Janeiro, y es por eso que aparecieron las "curvas de Burle Marx" en la terraza. Para materializarlas se colocó un fleje metálico sujeto al piso para contener la piedra partida que da el contraste con el piso de cerámicos, generando las curvas que organizan el espacio en su totalidad. Para alojar la vegetación, se optó por maceteros de fibrocemento de líneas también curvas, ubicados en grupos.
La vegetación elegida fueron especies con hojas grandes y follaje voluminoso, con gran resistencia a los climas extremos: sol y calor en verano, frío en invierno y exposición al viento todo el año.
Max Mirelmann, Paisajista | Fotos: Gentileza Max Mirelmann, Laura Kelly y Bb Tesio
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