Relajate con el autoshiatsu

Por María Eugenia Castagnino

El shiatsu es una terapia holística que se practica para lograr el equilibrio integral del cuerpo y que se aplica con digitopresión en líneas de puntos vinculados con el sistema nervioso y los meridianos energéticos. Elegimos tres zonas clave –rostro, cuello y cabeza– y diseñamos una rutina de autoshiatsu para que puedas practicarla vos misma en pasos sencillos. ¿Por qué en esas zonas? Porque por ahí pasan muchos canales energéticos y es un área que refleja el estado del resto del cuerpo (al igual que sucede con los pies). Asimismo, sabemos que son el blanco preferido de las tensiones y el estrés cotidianos. ¿Te da fiaca? No te imagines largas sesiones: hacer la rutina completa no te lleva más de 10 minutos. ¿Los beneficios? Muchos y placenteros: vas a levantar tus niveles de energía, estimular la irrigación sanguínea y la capacidad natural de restauración de nuestro organismo, así como relajar tensiones y aliviar las malditas contracturas. En términos terapéuticos, también puede ser un buen aliado a la hora de paliar dolores de cabeza, cervicalgias y cuadros de hipertensión e insomnio. Y, al ser una práctica tan placentera, tiene un efecto muy positivo a nivel anímico, te energiza. ¿El bonus track ? Aplicado de manera regular, el autoshiatsu mejora la regeneración de las células y tiene un efecto rejuvenecedor en la piel, la vuelve más flexible y resistente. Básicamente: ¿qué esperás para empezar?

Tu cara es como el "panel del auto" de tu cuerpo, donde fácilmente puede reflejarse cómo estás a nivel interno. Para hacer esta rutina, no necesitás experiencia previa, sino seguir algunas indicaciones sobre la postura y las presiones.

1. Frente
Cómo se hace la maniobra: utilizá los dedos índice, medio y anular de ambas manos (ubicando debajo los de la mano derecha). Realizá las presiones en los tres puntos de la línea central de la frente, desde el entrecejo y subiendo hacia el nacimiento del pelo. 3 repeticiones.

2. Sienes
Cómo se hace la maniobra: con los tres dedos centrales (índice, mayor y anular), presioná simultáneamente los tres puntos de ambas sienes durante tres segundos. Esta maniobra alivia dolores de cabeza y malestares por baja presión. 3 repeticiones.

3. Nariz
Cómo se hace la maniobra: ubicá el dedo índice abajo y el dedo medio sobre la uña del índice. Presioná los tres puntos de la nariz, desde el hueso nasal hasta el costado de las aletas nasales. Ideal para los resfríos, sinusitis y molestias bucales. 3 repeticiones.

4. Pómulos
Cómo se hace la maniobra: para ubicar los puntos, trazá una línea imaginaria en dirección ascendente desde las aletas de la nariz hacia las orejas. Con los tres dedos centrales, presioná simultáneamente los pómulos durante tres segundos. 3 repeticiones.

5. Ojos
Cómo se hace la maniobra: usá los dedos índice, medio, anular y meñique y presioná con ambas manos en la región orbital inferior (el huesito que está debajo de los ojos). Hacelo suavemente; esta es la piel más delgada de todo el cuerpo. 3 repeticiones.

En nuestra vida actual, solemos "ponerles mucha cabeza" a las cosas, y así generamos en esta zona un exceso de energía y tensiones. Con esta rutina aliviamos las obstrucciones energéticas y restauramos el ki (energía vital), lo que equilibra y relaja el cuerpo.

Cómo se hace la maniobra: con dedos medios, presioná en los seis puntos de la línea central de la cabeza (ver foto), desde el nacimiento del pelo hasta la coronilla. Cada vez que llegues a la coronilla, quedate unos cinco segundos; este es un punto importante que te conecta con la energía del cosmos. 3 repeticiones.

El cuello y las cervicales son, sin dudas, de las zonas que más sufren el día a día. Esta rutina sirve para aflojar los dolores y tensiones provocados por pasar muchas horas sentadas en un escritorio o las malas posturas. ¡Dale, aflojate y no te quedes dura!

Cómo se hace la maniobra: presioná con dedos medios en ambos lados de las cervicales, desde el punto superior bajando hacia la espalda. 3 repeticiones. Luego, incliná levemente la cabeza hacia atrás y hacé cinco presiones finales en el occipucio (es el punto central de la foto de la izquierda).

Se realiza en la postura de seiza –en japonés significa "correcto sentar"–, que consiste en arrodillarse en el suelo o una superficie más cómoda (un mat de yoga o una frazada doblada), apoyar los glúteos sobre los talones y los empeines sobre el suelo. Separá un poco las rodillas y mantené la espalda (especialmente la zona lumbar) relajada y derecha. Fijate que los hombros queden un poquito hacia atrás, como juntando los omóplatos, sin que genere tensión lumbar. Luego, apoyá una mano en la panza y acompañá con un suave vaivén desde la base hacia atrás y hacia adelante, con un movimiento orgánico.

En general, se realizan con el dedo pulgar o con la yema del dedo medio en bloque con el índice y el anular –como si la mano fuera una pinza–, haciendo una presión suave como si fueras a imprimir una huella digital sobre la piel, sin involucrar las uñas. La presión se aplica en dirección vertical; debe ser de alrededor de un centímetro y cada punto debe ser presionado durante un lapso de tres segundos. Imaginate cada presión en tres tiempos de acción y reacción: llevo el dedo, imprimo presión y retiro. Otros puntos más importantes –como los de la cabeza o el occipucio, en la región cervical– necesitan unos 5 segundos.

¿Conocías el autoshiatsu? ¿Lo probarías?
Experta consultada: Patricia Bell, Profesora de shiatsu y digitopuntura china.