Aunque tiene 15 años, no dudó en rescatar a los pequeños roedores que habían quedado huérfanos.
Ocurrió el mes pasado cuando, tras los destrozos que provocó el Huracán Ida -de categoría 4, mortal y destructivo y que se convirtió en el segundo huracán más intenso y dañino que se registró en el estado de Luisiana, en los Estados Unidos - Bailee Villavaso, de 15 años, y su familia se vieron obligados a evacuar la ciudad. Pero incluso en medio de su propia experiencia, la joven encontró el tiempo para echar una mano a unas ardillas cuyas vidas estaban en peligro.
Todo comenzó cuando vio un nido en el suelo. Los vientos huracanados habían provocado que el refugio de las ardillas cayera de un árbol. Dentro del nido había tres ardillas bebé. Sin embargo, luego de buscar por varios minutos en los alrededores, Bailee advirtió que la madre no estaba por ningún lado. Aunque son unos animales bastante independientes, cuando son pequeños necesitan muchos cuidados. En su ambiente natural, la madre las protege hasta que son capaces de valerse por sí mismas. Pero este no era el caso y Bailee supo que tenía que ayudar. Corrió a su casa y consiguió una caja y una toalla antes de acudir al rescate.
Letárgicas pero unidas
“Sequé las ardillas con la toalla y las puse en la caja con abrigo. Estaban extremadamente letárgicas y se acurrucaron para mantenerse calientes”. Bailee sabía que lo primero que debía hacer era regular la temperatura corporal de los animalitos y controlar que no estuvieran deshidratados.
Mientras continuaba el protocolo de evacuación junto a su familia, la adolescente se hizo tiempo para consultar a un veterinario amigo sobre cómo alimentar a las ardillas bebé. Y, de esa forma, se convirtió oficialmente en la madre adoptiva de los pequeños roedores. Las ardillas parecían saberlo.
Luego de alimentarlas con pequeños trozos de frutas maduras y una papilla de cereales, las ardillas comenzaron a mostrar, lentamente, signos de mejoría. “Una vez que las ardillas comieron, empezaron a ganar energía. Después de unas 24 horas, se animaron lo suficiente para correr y jugar y empezaron a trepar y correr sobre mí”. Las llamó Alvin, Simon y Theodore.
Cuando Villavaso y su familia fueron definitivamente evacuados, las ardillas fueron, desde luego, con ella. La joven las mantuvo a salvo y alimentadas en el camino. Villavaso sabe que criar ardillas huérfanas es un trabajo difícil y que lo mejor es dejarlo en manos de profesionales. Sin embargo, hasta ahora, sus esfuerzos en ese sentido no han rendido frutos.
“Me comuniqué con algunos rehabilitadores de animales, pero me dijeron que estaban abrumados por la cantidad de ardillas que han rescatado después del huracán”, dijo. Mientras ella y muchas otras personas desplazadas por el huracán trabajan para recuperarse, Villavaso está feliz de estar cuidando a los bebés que también rescató.
Más notas de Bestiario
“Creemos que vivía con una persona mayor”. Cruzó desesperada la avenida y movilizó a los vecinos que ahora buscan a su familia
“Ahora es parte de nuestra escuela”. Sobrevivía en un depósito de chatarra hasta que entendió que estaba en peligro y buscó su propio destino
“Creo que fue un milagro”. Lo rescataron del maltrato pero se lastimaba del miedo que tenía, hasta que un pequeño cambio lo ayudó a confiar
Más leídas de Lifestyle
"Hicimos saltar la banca". El director de cine que descubrió un método para ganarle a la ruleta y amasó fortunas en los casinos
Factor clave. Un estudio reveló cómo se construyeron las pirámides de Egipto hace más de 4000 años
Rico en proteínas. Esta es la forma más saludable de comer huevo
Lenguaje corporal. Cuáles son las formas en las que un gato expresa su cariño