Revolución hi-tech en el mar
Con una cápsula de vidrio que se eleva 90 metros mediante un brazo mecánico y ofrece panorámicas de la nave, tragos que se sirven solos y un teatro donde los artistas son pantallas robóticas, el Quantum of the Seas se presenta como el primer crucero inteligente
Presentado como el primer crucero inteligente, el Quantum of the Seas goza de tecnología de vanguardia de proa a popa. En cada rincón de sus 348 metros de largo, 18 cubiertas y 2090 habitaciones (puede alojar hasta 4180 pasajeros) uno puede disfrutar de su veloz conexión Wi-Fi gracias a la alianza que Royal Caribbean forjó con O3B para poner en marcha su propio sistema de satélites de baja órbita terrestre. El crucero, el tercero en tamaño del mundo, que navega de la ciudad Cape Liberty, en Nueva Jersey, al Caribe hasta comienzos de mayo y que luego cruzará el Atlántico hacia Barcelona, no sólo hace alarde de su banda ancha, sino que cuenta con robots cantineros, balcones virtuales –los camarotes interiores gozan de bellas vistas oceánicas–, brazaletes inteligentes, un teatro donde los artistas principales son seis roboscreens, un brazo hidráulico con una cápsula de cristal, el gigantesco complejo deportivo y de ocio Seaplex (incluye autitos chocadores), un simulador de paracaidismo que te permite volar en una columna de aire en el medio del océano y restaurantes temáticos que les dicen adiós a los clásicos comedores de cruceros. Aquella rigidez es reemplazada por el concepto de Dynamic Dining (cena dinámica), en la que el pasajero decide cuándo y qué comer.
El mérito de degustar un buen cóctel robótico corresponde a Makr Shakr, científico del MIT, quien dio a conocer a PIL y NIC, los brazos que se dedican a mezclar tragos que los clientes preparan a través de tabletas electrónicas situadas en las mesas del bar. Otro de los tantos atractivos es el North Estrella, una gran cápsula de vidrio que se eleva a 90 metros mediante un brazo mecánico que realiza vueltas en torno a la nave, ofreciendo un panorama inolvidable de 360 grados.
En materia de entrenamiento, la última apuesta tecnológica visual es el proyecto realizado por Robotics Arts en el que pantallas de gran formato montadas sobre robots realizan espectáculos visuales dinámicos y en movimiento. Esta apuesta, creada por Andy Flessas, cuenta con seis gigantescos brazos robóticos que sujetan y mueven igual número de pantallas led de 100 pulgadas, a las que se ha denominado RoboScreen, para crear formas y mostrar diferentes contenidos. Los brazos de los robots mueven las pantallas al ritmo de la música del espectáculo que cada noche se realiza a bordo, en una espectacular coreografía visual. El futuro ya está a bordo.